lunes, 13 de junio de 2011

Y sabrán que Yo Jehová estoy con ustedes

Y sabrán que yo Jehová su Dios estoy  con ellos, y ellos son mi pueblo, la casa de Israel, dice Jehová el Señor. Ezequiel 34:30

Algo muy excelente es pertenecer al pueblo del Señor, pero es una bendición consoladora saber que ya pertenecemos.
Una cosa es esperar que Dios esté con nosotros, y otra cosa es saber que ya está con nosotros. La fe nos salva, pero la certidumbre nos da la paz.

Encontramos a Dios como Dios nuestro cuando creemos en Él; pero tenemos gozo cuando Él es nuestro y nosotros suyos.
Ningún creyente puede encontrar plenitud con vanas esperanzas, sino que debe pedir al Señor que le dé la plena seguridad para que las cosas esperadas (sus promesas) sean ciertas.

Entonces es cuando gozamos de las bendiciones del pacto y vemos al Señor Jesús como «una planta de renombre» (Ezequiel 34:29), que se levanta en nuestro favor cuando venimos al conocimiento claro de la gracia de Dios.

No olvidemos que somos el pueblo de Dios no por ley, sino por gracia. Miremos siempre hacia la gracia. La certidumbre de la fe nunca puede venir por las obras de la ley.
Es una virtud que sólo puede venirnos del Evangelio. No miremos a nosotros mismos; miremos solamente al Señor. Viendo a Jesús, vemos la salvación.

Señor, envíanos tan alta marea de amor, que seamos arrastrados por encima del fango y de la duda.

Bendiciones

jueves, 9 de junio de 2011

Antes que clamen, responderé


¡Qué rápido es el obrar de nuestro Dios! El Señor nos oye antes de que le llamemos, y a veces nos responde con la misma rapidez.

Previendo nuestras necesidades y oraciones, su Providencia, de esta forma dispone las cosas, que antes de que se sienta la necesidad, ya queda ésta remediada, y antes de que sobrevenga la lucha, estemos armados contra ella.

Tal es la prontitud de la Omnisciencia, y más de una ocasión la hemos experimentado. Cuando ni siquiera sospechábamos que pudiera sobrevenirnos la aflicción, ya contábamos con el consuelo poderoso destinado a sostenernos.

¡Cuán presto está Dios a responder a nuestras oraciones! La segunda cláusula nos recuerda al teléfono.

Dios está en el cielo y nosotros moramos en la tierra, pero Él hace que nuestra palabra corra con tanta rapidez como la suya. Cuando oramos, hablamos al oído mismo de Dios.
Nuestro benigno Mediador presenta al momento nuestras súplicas a su Padre, el cual las despacha favorablemente. ¡Grande privilegio poder orar así!

¿Quién no se decidirá a orar, sabiendo que el Rey de Reyes le está escuchando? Oraré hoy con fe, creyendo no sólo que seré oído, sino que estoy siendo escuchado ahora mismo, no sólo que obtendré respuesta, sino que ya la he obtenido.

Espíritu Santo, ayúdame a orar así. “¡Bendito seas mi Dios que tuviste y sigues teniendo misericordia de nosotros hijos tuyos!

martes, 7 de junio de 2011

El Señor me ayuda


Jehová el Señor me ayudará. Isaías 50:7 (leer todo el capítulo 50).

En esta profecía las palabras son del Mesías en el día de su obediencia hasta la muerte, cuando ofreció su cuerpo a los azotes de sus verdugos, y sus mejillas a quienes
Mesaban (arrancaban) sus cabellos. Confiaba en el auxilio divino y esperaba en Jehová.

Si ponemos en la balanza nuestros sufrimientos junto a los sufrimientos del Mesías. Al compararlas creo que nuestros sufrimientos son como las partículas de polvo sobre el platillo de la balanza, El Señor se encontraba en una posición especial, porque, como representante de todos los pecadores y sustituto de todos ellos, era necesario que el Padre le abandonara y que su alma sintiera toda la amargura de la separación.

A nosotros no se nos exige tanto; no nos hemos visto obligados a exclamar: « ¿Por qué me has desamparado?» (Aunque a veces lo hacemos por ignorancia o ingratitud). Aun así, nuestro Salvador confió en su Señor. ¿No puedes confiar tú también?

Él murió por nosotros, cargando así en Él nuestra culpa para que no fuéramos abandonados y desterrados del paraíso divino para siempre. Confía, ten valor cada día.

En los afanes de este día, exclama: «El Señor Jehová me ayudará».

Vayamos a nuestra vida diaria donde nos movemos, confiados en Él. Estemos con la  certeza de la ayuda del Omnipotente, ¿puede haber alguna carga excesivamente pesada para nosotros? Empieza con gozo este día, y que ninguna sombra de duda cruce entre tu mente y el resplandor de su rostro sobre nosotros.

¿Sigues dudando de su ayuda?

Bendiciones

viernes, 3 de junio de 2011

Volveré a ver y se gozará vuestro corazón.


Juan 16:22 Os volveré a ver y se gozará vuestro corazón.

La promesa  de Jesús es que vendrá de nuevo y cuando nos vea y nosotros le veamos a Él, habrá gran gozo. ¡Ojalá vuelva pronto el Señor!
Mientras Él regresa esta promesa se cumple cada día en otro sentido. Nuestro bondadoso Señor repite en muchas ocasiones su «volveré a ver» cuando habla con nosotros. Nos dio el perdón, y cada vez que nos ve entristecidos a causa de nuestros pecados, nos repite palabras de absolución. Cada momento se cumple «volveré a ver», en cada circunstancia que vamos se cumple su «volveré a ver» y nuestro corazón se llena de gozo por su promesa.

Él nos ha revelado que hemos sido aceptados por Dios, y cuando ve cómo desfallece nuestra fe, se acerca nuevamente a nosotros para decirnos:
«Paz a vosotros», y nuestros corazones se llenan de gozo.

Amados hermanos en Cristo compañeros de los escuadrones del Dios Viviente,  las misericordias pasadas son garantía de bendiciones futuras. Si Jesús ha vivido con nosotros, nos verá de nuevo.

No mires los favores pasados como cosa muerta. para enterrarlos en el olvido, sino como simiente sembrada que crecerá y levantará su cabeza sobre el polvo, y clamará:
«Otra vez os veré». ¿Son estos tiempos oscuros porque Jesús no está con nosotros como lo estaba antes? Recobremos el ánimo, porque no está lejos. Más bien está aquí con nosotros. Por tanto, regocijémonos, porque aun ahora nos dice: «Otra vez os veré».


Bendiciones

miércoles, 1 de junio de 2011

Jehová va delante de ti


Deuteronomio 31:8
Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides.

Aquí tenemos una hermosa promesa declarada por el Señor a través de Moisés; si tenemos frente a nosotros una empresa o una lucha peligrosa, nos infundirá valor para enfrentarla.

Si Jehová va delante de nosotros, estaremos seguros siguiéndole. ¿Quién puede oponerse a nuestro paso si el mismo Señor va delante de nosotros? ¡Compañeros hermanos militantes de los ejércitos del Dios viviente, avancemos con decisión! No dudemos la victoria es nuestra, “Si Dios por nosotros ¿Quién contra nosotros?” El Señor no sólo va delante: está con nosotros.

Arriba, debajo, alrededor y dentro, está el Omnipotente, el Omnisciente, el Omnipresente. En todo tiempo y por la eternidad, estará con nosotros como lo ha estado hasta el presente. ¡Cuánta fuerza nos debe dar en nuestro caminar diario este pensamiento! ¡Levantémonos con valentía, soldados de la Cruz, porque Jehová de los ejércitos es con nosotros!

Va delante de nosotros y con nosotros, nunca dejará de ayudarnos. Él no puede faltar a su palabra y jamás faltará; seguirá dándonos su ayuda según nuestra necesidad, hasta el fin.

Tampoco nos desamparará. Siempre será poderoso para darnos fuerza y ayuda hasta que hayan terminado los días de la lucha.

No nos intimidemos; porque Jehová de los ejércitos irá con nosotros a la batalla, va en medio de la batalla con nosotros; nos dará la victoria.

Bendito sea nuestro Capitán