Devocional # 67 25-Septiembre-2013
Hebreos
10:17 Y nunca más me acordaré de sus
pecados y transgresiones.
El Señor, en cumplimiento de su pacto de gracia,
nos trata a su pueblo como si nunca hubiésemos pecado. Prácticamente olvida
todas nuestras transgresiones. Considera nuestros pecados, cualquiera que sea
su gravedad, como si jamás hubieran existido; como si se hubiesen borrado de su
memoria.
¡Gran milagro de la gracia! Dios hace en esto lo
que hasta cierto sentido, es imposible de hacer. Su misericordia obra prodigios
que sobrepujan todos los prodigios.
Nuestro Dios no sabe de nuestro pecado después
que Jesucristo ha ratificado su alianza. Podemos regocijarnos en Él sin temor
de provocar su ira contra nosotros a causa
de nuestros pecados. Nos cuenta como hijos suyos
y nos considera como justos; toma contentamiento en nosotros como si fuéramos
perfectos y santos. Más aún, nos pone en puestos de confianza, nos hace
guardianes de su honor, de sus tesoros y de su Evangelio.
Nos considera dignos y nos confiere un
ministerio. Esta es la prueba más evidente de que no se acuerda más de nuestros
pecados.
Cuando perdonamos a nuestros enemigos, tardamos
en depositar en ellos nuestra confianza; porque pensamos que esto no sería
prudente. Pero el Señor olvida nuestros pecados y nos trata como si nunca le
hubiéremos ofendido. ¡Confiemos y alegrémonos en esta grande promesa!
Bendiciones
Pbro.
Gilberto Flores Elizondo
Pastor
de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia
Nacional Presbiteriana
tel:
(81) 8352 6165
o
web
site: www.inpcaminoverdadyvida.org