martes, 19 de abril de 2016

Desde el principio hasta el fin, la vida cristiana es obra de Dios parte 2


Año 7- Devocional # 2  18-abril-2016

Leer Génesis 15: 1-17  http://biblia.com/bible/nblh/Gn15.1-18

Génesis 15:17  Y sucedió que puesto el sol, y ya oscurecido, se veía un horno humeando, y una antorcha de fuego que pasaba por entre los animales divididos.
18  En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates;

Siguiendo con el tema del devocional anterior: Desde el principio hasta el fin, la vida cristiana es obra de Dios

Uno de los pasajes que mejor nos enseña que desde el comienzo hasta el fin de nuestra vida cristiana es obra de Dios, es Génesis 15:1-17, donde está descrito el pacto que Dios hizo con Abraham.

¿Qué estaba sucediendo? Es difícil entender este pasaje sin tener un poco de historia. En los días de Abraham, cuando había dos reyes y querían hacer un pacto de no agresión, ellos tomaban animales, así como Dios pidió a Abraham que hiciera, tomaban animales y los partían, los destrozaban y ponían parte del cuerpo aquí y parte del cuerpo acá y así hacían con varios animales. Era algo un poco grotesco, no era muy bonito, pero tenía un propósito. Resulta que estos dos reyes que iban a hacer pacto de no agresión, se paseaban entre los animales muertos y uno le decía al otro: “Te juro que jamás voy a atacarte, incluso si te encuentras en apuros y alguien te ataca voy a venir a socorrerte, voy a ser tu aliado”. Aquí no sólo vamos a hacer un pacto de no agresión, sino un pacto de ayuda mutua, y un rey así juraba al otro y el otro entonces respondía: “De la misma forma te juro que nunca voy a cruzar tu frontera para atacarte. Nunca voy a cruzar tu frontera enojado, y si cruzo, es solamente para ayudar o porque tú me has invitado”. Ahora viene el aspecto de los animales muertos que incluía la maldición.

Los animales muertos representaban una maldición y decían lo siguiente: “Si no guardo este juramento, este pacto que solemnemente estoy haciendo en tu presencia, si no cumplo todo lo que estoy prometiendo, que yo sea como estos animales que han sido destrozados, que así se haga conmigo, por no cumplir con mi parte del pacto” Así juraban el uno al otro, pues era la costumbre de ese tiempo.

Cuando Dios viene a Abraham le dice: “Mira, voy a hacer un pacto contigo. Anda y busca unos animales y pártelos a la mitad”. Abraham sabía exactamente lo que estaba sucediendo. Sabía porque era parte de la cultura de ese tiempo. Después que él partió los animales, mientras esperaba a que oscureciera, vinieron las aves de rapiña. Así como nosotros, como seres humanos, tenemos que sentirnos útiles, él no se sentó sin hacer nada, él se puso de espantapájaros. Ahí está Abraham ahuyentando a los pájaros de rapiña que venían. Él tenía que sentirse activo y útil, tenía que sentirse que él estaba haciendo algo.

La gracia de Dios nos demuestra que nuestro valor personal no es en nuestro ministerio. Nuestro valor personal no es en nuestras actividades ni en nuestros logros. Nuestro valor radica en el amor de Dios. El valor que nosotros adquirimos de nuestros logros es un valor insignificante con el valor que tenemos en Cristo Jesús. Aquí vemos a Abraham tratando de ser útil, ahuyentando a los pájaros para sentirse con valor.

¿Qué es lo que hace Dios? Se acuerdan de Adán y Eva, cuando Eva todavía no existía y Dios hace algo muy especial. Dios le presenta a su mujer, a Eva. Nos dice Génesis que Dios hizo caer a Adán en un profundo sueño. Me gustaría haber estado allí. Me gustaría haber visto la reacción de Adán cuando vio a Eva por primera vez. Creo que sus ojos se le pusieron cuadrados. Quedó con la boca abierta. ¡Qué maravilla! ¡Mira lo que Dios ha hecho! ¡Ella es para mí! Bueno, algo similar sucedió aquí, sólo que es con otro propósito. Es un hecho que nosotros siempre queremos meternos y entremeternos en la obra de Dios. Nosotros queremos participar en lo que Dios está haciendo para que nos sintamos útiles, sentimos que el resultado de lo que Dios ha hecho de alguna forma me da mérito. Realmente deseo recibir el aplauso por lo que Dios hizo en mi vida. Hay algo de eso en cada persona, en mí, en ti, en todos nosotros.

Ahí vemos a Abraham de espantapájaros haciendo lo que se le ocurre cuando Dios no le dijo que hiciera eso, es algo que siempre queremos hacer, ayudarle a Dios con nuestras muy buenas “estrategias y planes”, queremos llevarnos parte de la “honra”. No sabemos esperar en nuestro buen Dios. Dios dice: “Si yo no intervengo, se va a pasear conmigo entre los animales y va a jurar que él va a cumplir el pacto”. Eso no es posible, porque Abraham no es capaz de cumplir ese pacto.

En el versículo 1 del capítulo 17 de Génesis, encontramos lo siguiente: “Era Abraham de edad de 99 años cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto”. Sé perfecto.

No hay forma alguna que Abraham pudiera cumplir con el pacto que pide la perfección. Dios sabía que Abraham se iba a entrometer a menos que Él interviniera. Solamente Dios puede pasearse entre los animales para cumplir con todos los requisitos del pacto el cual Abraham va a recibir por fe…….. quedamos en continuación para la siguiente semana, Saludos a todos…


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Pbro. Gilberto Flores Elizondo
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martes, 29 de marzo de 2016

Desde el principio hasta el fin, la vida cristiana es obra de Dios

Quisiera disculparme por tanto tiempo fuera, pero procuraré por lo menos estar mandando cada 15 días el devocional
Seguimos con el libro, “Vivir en el poder del Evangelio” Jerry Cross

Año 7- Devocional # 1-Marzo-2016
Tema de hoy:

Desde el principio hasta el fin, la vida cristiana es obra de Dios


Filipenses 1: 6. estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;

  1. LO QUE DIOS HA HECHO POR NOSOTROS
La vida cristiana, desde el principio hasta el final de nuestra vida, es obra de Dios. En esto consisten las buenas obras del evangelio, que es obra de Dios y no nuestra.
En primer lugar, la vida cristiana es obra de Dios a base de lo que Él ha hecho por nosotros. La palabra clave es por. Lo que Cristo hizo en la cruz es obra por nosotros, por su gran amor con que nos ha amado, y su misericordia, al ver que no había forma alguna en que nosotros nos pudiéramos salvar a nosotros mismos.

Así la vida cristiana, aún después de creer en Cristo, sigue dependiendo de lo que Dios ha hecho por nosotros. No es que dejamos la cruz, una vez que hayamos creído en el evangelio, y ahora vamos a cosas mayores que la cruz por nuestras obras; No. ¡No existe nada mayor que la cruz! La cruz del calvario, la sangre preciosa de Cristo, no es solamente para nacer de nuevo, sino que vivimos al pie de la cruz toda la vida. Donde empezó nuestra vida espiritual, es donde nos encontramos a la mitad de esa vida, a tres cuartas partes de esa vida, al final de esa vida. Siempre vivimos al pie de la cruz del calvario, es lo que Dios ha hecho por nosotros.

B.    LO QUE DIOS HACE EN NOSOTROS

En segundo lugar, la vida cristiana es lo que Dios hace en nosotros, la transformación, la obediencia, el adorar a Dios, una vida de adoración, de alabanza, es todo resultado de lo que Dios está haciendo en nosotros. Lo que Él hace en nosotros fluye de lo que ha hecho por nosotros. Una cosa que Dios está haciendo en nosotros es el fruto del Espíritu Santo. Esa es la obra de Dios en nosotros. El fruto del Espíritu Santo crece en nuestra vida como resultado del evangelio, es decir, un constante arrepentimiento y fe en la obra de Cristo en la cruz por nosotros. Esa es también la base de nuestra obediencia, el que le ama le obedece, pero nuestro amor por Él es fruto del Espíritu Santo que Él produce.

Romanos 5:5 dice que la esperanza no avergüenza, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo. Ese amor que nos lleva a obedecer, lo recibimos de Dios. Es obra de Dios en nosotros, que recibimos por fe al arrepentirnos por nuestra falta de amor lo cual es un pecado. Nos arrepentimos de nuestra falta de amor por el Señor, de nuestra falta de amor por nuestro prójimo y recibimos por fe la obra del Espíritu Santo en nuestra vida. Si nosotros mismos pudiésemos producir ese amor ¿quién recibiría la gloria? Pues tú y yo.

C.    LO QUE DIOS HACE A TRAVÉS DE NOSOTROS
Nosotros somos instrumentos en las manos de Dios, pero la obra es de Dios, de tal forma que Él recibe toda la honra y la gloria. Si evangelizamos a una persona y acepta al Señor Jesucristo, nosotros fuimos instrumentos en las manos de Dios. No somos los que salvamos, sino Dios. Todo lo que hacemos es para su gloria y alabanza, pero es Dios haciéndolo a través de nosotros.






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Pbro. Gilberto Flores Elizondo
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miércoles, 11 de noviembre de 2015

La gracia de Dios entra en nuestras vidas por las grietas


Año 6- Devocional # 14-noviembre-2015

 

La gracia de Dios entra en nuestras vidas por las grietas

 

La gracia de Dios entra en nuestras vidas por las grietas y por el quebranto de nuestras vidas (Lucas 15:18-19).

 

Lucas 15 tiene tres parábolas. La primera es de la oveja perdida y la persona que busca la oveja perdida es el Buen Pastor. Cristo es el Buen Pastor. La segunda parábola es de la moneda perdida donde una mujer enciende una lámpara. Aquí está hablando de la acción del Espíritu Santo en nuestra vida quien nos ilumina. Él nos ayuda a ver, a entender el evangelio, y a aceptar nuestra condición de perdidos. La tercera parábola es del hijo perdido y tiene que ver con el amor del padre. Vemos aquí la obra del Hijo, del Espíritu Santo y del Padre.

 

La primera parábola empieza con la acción divina, porque toda acción humana es una respuesta a la acción divina. Si tomamos solamente la parábola del hijo pródigo o el hijo perdido, podríamos llegar a la conclusión que Dios actúa en base a nuestras acciones, pero al ver la parábola del hijo perdido, en el contexto vemos que Dios había hecho algo mucho antes. Vemos que Cristo busca a la oveja perdida, no que la oveja perdida lo buscaba a él.

 

Él era una oveja así como en Isaías 53: todos nos descarriamos como ovejas y Dios cargó sobre él, El Buen Pastor, el pecado de todos nosotros. Por naturaleza somos ovejas que nos alejamos de Dios, corremos de Dios y es Él quien nos persigue, es Cristo quien nos busca. Este hecho produce en nosotros una gran humildad. Nosotros no lo encontramos, porque Él no es la persona perdida. Fuimos nosotros los perdidos y Él nos halló. En la segunda parábola vemos la obra del Espíritu Santo obrando en nuestras vidas. No es sino hasta la tercera parábola que se observa la acción humana, protagonizada por el hijo pródigo. La acción humana siempre procede después de la acción divina en el cristiano.

 

No es así en todas las religiones falsas. En ellas, siempre se empieza con la acción humana, lo cual afecta la acción de Dios. Es la característica de una religión falsa. En el cristianismo, toda acción humana se basa (estoy hablando de nuestra fe, de nuestra salvación y de nuestro crecimiento espiritual), en la acción de Dios, no al revés. Dios está en control. En 1ª Juan 4:19 dice que nosotros le amamos a Él porque Él nos amó primero. Pero también podemos ir a Filipenses 2:12-13, los versículos precedentes a la humillación de Cristo, como se hizo siervo y se humilló hasta lo sumo, hasta la muerte de la cruz. Después de la acción de Cristo aparece un resultado en nuestra vida, al recibir esa obra de Cristo por fe. Fe es lo único que podemos añadir al evangelio, en realidad es parte del evangelio porque fe es un cero. Fe en si no es una obra, fe es sencillamente recibir la obra de Dios hecha a nuestro favor. Después de presentar la obra de Cristo y su muerte en la cruz, dice el versículo 12: “Por tanto (es decir basado en lo que Cristo hizo en las palabras anteriores, por tanto, a base de lo que Cristo ha hecho), amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor”.

 

Al llegar la obra de Cristo a nuestra vida, produce en nosotros obediencia, pero nuestra obediencia viene como resultado de la obediencia de Cristo tal como dice el pasaje anterior. Cristo se humilló, Cristo fue obediente. Cristo se entregó a sí mismo por nosotros. Es su obediencia perfecta delante de su Padre Celestial la que produce en nosotros (al recibirlo por fe), una obediencia que se une a “temor y temblor”. Enseguida dice: “porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad”. Está clarísimo aquí que nuestra acción siempre fluye de la obra de Dios que le precede.

 

 

 

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Pbro. Gilberto Flores Elizondo

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martes, 15 de septiembre de 2015

La gracia de Dios es para el que se declara en bancarrota espiritual

Año 6- Devocional # 13-septiembre-2015

La gracia de Dios es para el que se declara en bancarrota espiritual

Seguimos con el libro, “Viviendo en el poder del Evangelio”  de Jerry Cross


La gracia de Dios llega al creyente cuando reconoce su verdadera condición ante Dios. (Mateo 5:3; 2ªCorintios 4:7; 2ª Corintios 12:8-10).

Cristo, cuando empezó el Sermón del Monte, y nos dio las bienaventuranzas, comenzó diciendo: “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”. Les quiero enfatizar que no dice Bienaventurados los que eran pobres en espíritu, el día en que recibieron al Señor Jesucristo, pero ahora ya no son pobres, ahora son ricos. No dice eso. Porque de la misma manera como recibimos al Señor Jesucristo, así vivimos la vida cristiana durante toda la vida. Nos reconocemos pobres delante de Dios, tú y yo. De la misma manera cuando lo recibimos por primera vez al nacer de nuevo.

Yo recibí al Señor Jesucristo en un campamento, el mes de febrero de 1954. Ahora, más de cincuenta años después, estoy tan necesitado de la gracia de Dios, tan necesitado de su obra constante en mi vida, tan necesitado de su Espíritu Santo y tan necesitado de seguir siendo transformado por el poder de Dios, como ese día en que recibí al Señor Jesucristo. Nosotros vivimos toda la vida cristiana al pie de la Cruz. Con las rodillas de nuestro corazón dobladas delante de Él, reconocemos que sin Él no podemos hacer cosa alguna. Vivimos en un Espíritu en bancarrota, en un Espíritu de necesidad, de humildad. 2ª de Corintios 4:7 dice, y está hablando del evangelio, si leemos todo el contexto “Pero tenemos este tesoro (que es el evangelio) en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros”.  Nosotros somos débiles y dice que tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros. Él desea recibir toda la honra y toda la gloria. Por eso, la vida cristiana, de principio a fin es obra de Él. Si fuera obra nuestra, nosotros recibiríamos la honra y la gloria. Por eso, a través de toda la vida cristiana, somos igualmente necesitados de Él. Somos vasos de barro. No éramos vasos de barro solamente cuando recibimos a Jesucristo, sino que durante toda la vida cristiana continuamos siendo vasos de barro.

En 2ª Corintios 12:8-10, Pablo reconoce que tiene una gran necesidad y habla de su debilidad, y tres veces pidió a Dios que le quitara algún problema que él tuvo, y tres veces Dios le dijo: “Bástate  mi gracia”, porque mi Gracia y mi Poder se perfecciona en las debilidades. Es cuando nosotros nos declaramos débiles durante toda la vida cristiana, es la misma actitud que tuvimos cuando recién recibimos a Cristo, reconociendo que delante de Dios, no teníamos nada que ofrecerle, sino un corazón pecaminoso, en gran necesidad de Su Limpieza, de su Perdón, de Su Santidad. Esa misma actitud que tuvieron entonces debe continuar siendo nuestra actitud a través de toda la vida cristiana. Esa fue la actitud del apóstol Pablo, su vida entera. En 1ª Timoteo 1:15 él dijo: “Palabra fiel es ésta: Que Cristo vino al mundo a salvar pecadores, de los cuales yo soy el pecador más grande, soy el pecador principal”.




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martes, 4 de agosto de 2015

El evangelio es también para los cristianos

Año 6- Devocional # 12   4-agosto-2015

El evangelio es también para los cristianos
Corintios 1:29-31; Efesios 2:8-9
Seguimos con el libro, “Viviendo en el poder del Evangelio”  de Jerry Cross

Los fariseos son el contraste de la obra cumbre de Dios, la obra de la redención. Ellos son la obra cumbre del ser humano al intentar vivir la vida cristiana por esfuerzo humano. Los fariseos de hoy generalmente no se encuentran en las cárceles. Generalmente se encuentran en las iglesias. Más bien voy a decir que nos encontramos en las iglesias, porque cuando miro un espejo, veo un fariseo en recuperación. Por la gracia y misericordia de Dios soy un fariseo en recuperación.

Aquí nuestro propósito es ver que el evangelio es el medio de la justificación, es decir, es el momento de nacer de nuevo para el inconverso, y en ese momento es justificado delante de Dios, por la sangre preciosa de Cristo. Es a través del evangelio que todos fuimos justificados, pero es también el medio de la santificación para el creyente. La Santificación no es de una forma y la Justificación de otra. Nuestro crecimiento espiritual depende tanto de la obra de Dios en nuestra vida ahora, como ese instante cuando aceptamos por primera vez la obra perfecta de nuestro Señor Jesucristo en nuestra vida.

Les invito a abrir su Biblia en 1ª Corintios 1:30-31. También, en el versículo anterior, para ver el contexto: “A fin de que nadie se jacte en su presencia (en la presencia de Dios). Más por Él (es decir, por Dios) estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual (Cristo) nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación (eso sucede en el momento que somos salvos, somos declarados absolutamente perfectos y justos delante de Dios, pero luego dice), santificación (ese es el proceso de nuestra vida) y redención (que es todo el paquete); para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor”.

En efecto, dice que de principio a fin (tanto la santificación como la justificación), toda la vida cristiana es obra de Dios. Es por eso que el justo por la fe vivirá. Fe, es la mano del mendigo extendida a Dios para recibir sus Promesas, para recibir lo que Él ha hecho a nuestro favor y sea una realidad en lo más profundo de nuestro ser. Lo que Cristo compró en la cruz. El Espíritu Santo aplica lo que Cristo compró en la cruz, y lo hace una realidad cada día, más y más. Aún a la lectura de la palabra de Dios, hay que aplicarle el Evangelio, porque a la lectura de la palabra de Dios se tiene que añadir fe. Si no estás leyendo con fe, mejor deja de leer un instante. Inclina tu rostro delante de Dios y dile: Dios, dame el don de la fe. O di: tengo fe pero ayuda a mi incredulidad. Ayúdame a creerte más. Debemos reconocer que hasta la fe es obra del Espíritu Santo en nuestra vida.

Así dice Efesios 2: 8-9 “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe, que es don de Dios (está diciendo que la fe es don de Dios); no por obras, para que nadie se gloríe”. Cada aspecto del evangelio y de nuestra Salvación es un regalo de Dios que no merecemos, y no podemos producir por esfuerzo propio. Colosenses 2:6 “Así como habéis recibido al Señor Jesucristo, así andad en Él”. Es el mismo evangelio que nos salvó, que transforma la vida del cristiano diariamente. Aplicamos el evangelio a todas las áreas de nuestra vida. Es el evangelio que nos transforma a diario.

El evangelio es depender diariamente de Cristo, es depender diariamente de la obra de Dios en nuestras vidas. Cuando nosotros estamos mirando a Cristo cuando hay transformación como nos dice 2ª Corintios 3:18 que con cara descubierta, vemos la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria, a la misma  imagen por el Espíritu del Señor. Al hablar del evangelio, estamos hablando de Cristo, estamos hablando de aceptar lo que Él ha hecho y está haciendo en nuestra vida diaria por fe, aunque no lo merecemos, Dios a través del Evangelio nos transforma.

Seguiremos con este tema….



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martes, 14 de julio de 2015

¡Lo opuesto al evangelio en las Escrituras, son nuestras "buenas" obras!

Año 6- Devocional # 11   14-julio-2015
Seguimos con el libro, “Viviendo en el poder del Evangelio”  de Jerry Cross

La gracia de Dios no solamente  es para los inconversos, es también para nosotros los creyentes. Colosenses 2:6 dice lo siguiente: “Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en Él”.

Nuestra tendencia es de entregarnos a Cristo de una forma y vivir la vida cristiana de otra forma. De entregarnos a Cristo por Gracia y vivir la vida cristiana por esfuerzo humano. Esa es nuestra tendencia. Pero Colosenses 2:6 nos dice: la vida cristiana se vive exactamente de la misma forma en que la comenzamos por el evangelio. No empieza de una forma y sigue de otra. No empieza por el poder del Espíritu  Santo y termina por el poder humano. ¿No empieza tu vida a base de lo que Cristo ha hecho?, o ¿de lo que Dios ha hecho en Cristo Jesús? y ¿ahora continúa en base de lo que tú haces para agradar y servir a Dios? ¡No! La vida cristiana es obra de Dios, porque la vida cristiana es una vida sobrenatural. Repito, la vida cristiana es una vida sobrenatural. No se puede vivir por esfuerzo humano, ni se puede lograr el fruto del Espíritu Santo en nuestra vida esforzándonos. No existe ni siquiera un aspecto de la vida cristiana que nosotros podamos lograr o producir. Es por eso que tenemos que vivir por fe.

Y ¿qué es el evangelio para el ya convertido? El evangelio es continuar viendo a esa persona gloriosa con quien empezamos y reconocer que Él, todo lo ha hecho por nosotros, y humillarnos a diario delante de Él. Doblamos la rodilla  de nuestro corazón delante de Él y reconocemos día a día que somos pecadores. Como el primer día que le conocimos, reconocemos nuestra gran necesidad diaria de Él. Reconocemos que sin Él, nada podemos hacer. Así es el resto de nuestra vida cristiana. De la misma forma en que recibimos a nuestro Señor Jesucristo, de esa forma, con esa actitud de fe, de arrepentimiento, de  confianza en la obra de Dios en nuestra vida, así vivimos el resto de nuestra vida cristiana.

Lo que es opuesto al evangelio lo encontramos en la mitad de todos los capítulos de los evangelios. Hay un contraste constante en lo que es la obra de Cristo y lo que es el opuesto del evangelio. Se van a sorprender que lo opuesto al evangelio, es lo mejor que existe aquí sobre la tierra, hecho por el hombre. Repito, lo opuesto al evangelio es lo mejor que existe sobre la tierra hecho por el hombre. ¡Lo opuesto al evangelio en las Escrituras son los fariseos!

Continuaremos con el tema……El evangelio es también para los cristianos




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miércoles, 8 de julio de 2015

Buenas y malas noticias

Año 6- Devocional # 10   8-julio-2015

Buenas y malas noticias
Seguimos con el libro, “Viviendo en el poder del Evangelio”  de Jerry Cross
Un día, salí un rato a caminar por la tarde y pasé por una iglesia, estaban abiertas las puertas. Entré, porque escuché que el pastor estaba predicando y me quedé unos diez o quince minutos a escuchar su predicación. Me senté atrás para escuchar lo que estaba diciendo y él estaba hablando acerca de las bodas de Canaán, y que la virgen María les dijo a los que allí estaban: Miren, todo lo que el Señor Jesucristo les pida, háganlo.
Su mensaje era: “Obedezcan a Dios, esfuércense, hagan todo lo que esté en su poder para agradarle. Comenzó a mencionar algunas cosas que Cristo dice que hagamos en la Biblia, tal como el amar a nuestros enemigos, en fin. Es decir, su mensaje realmente era: Ustedes tienen el control, y Dios reaccionará en base a lo que hagan ustedes. Pues casi podemos ver a Dios tamborileando los dedos esperando que vamos a hacer para reaccionar.
Esa es la marca de toda religión falsa. Es un hombre-centrismo donde Dios depende de nosotros, en vez de que nosotros dependamos de Él. La religión falsa dice: Dependiendo de lo que nosotros hagamos, eso va a determinar la obra de Dios. “Pero ese no es el evangelio. El evangelio se basa en lo que Dios ha hecho y continúa haciendo. Cuando leemos por ejemplo Juan 19 y llegamos al versículo 30 estando Jesús por expirar y entregar su alma a Dios, Él exclama: “Consumado es”. Cuando recibimos un boleto ya pagado le ponen su sello de “Pagado por Completo” eso es lo que significa esa palabra “Consumado”, pagado por completo, ya no se debe nada. Cristo allí en la cruz compró nuestra Redención y lo pagó todo. Cristo en la cruz, consiguió de tal forma nuestra Redención que nosotros la recibimos por fe como un regalo. Recibimos esa vida eterna como un regalo. Nosotros no podríamos amar a Dios lo suficiente si dependiera su amor por nosotros de amarle a Él primero. Él jamás nos amaría si dependiera de nosotros el amarle, pero es todo al revés, nosotros le amamos a Él, nos dice en 1ª de Juan 4:19, porque Él nos amó primero. Nos amó aún antes de que naciéramos. Él ya conocía nuestros nombres. El Señor Jesucristo murió en la cruz hace dos milenios pensando en ti y en mí. Él tomó la iniciativa y en la cruz exclamó que lo había hecho por completo de tal forma que cuando nosotros compartimos el evangelio con alguien, no le decimos: “primero tienes que arreglar tu vida, poner tus cosas en orden y entonces puedes venir a la cruz y aceptar el regalo de la vida eterna”. No es así, porque Dios lo hizo todo por nosotros en Cristo Jesús. Él puso la base y nos dio al Espíritu Santo para producir en nosotros todo lo que necesitamos para vivir la vida cristiana, por el poder de Dios y no por nuestro esfuerzo humano.
La gracia de Dios no solamente  es para los inconversos, es también para nosotros los creyentes. Colosenses 2:6 dice lo siguiente: “Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en Él”.
Continuará……




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