viernes, 25 de noviembre de 2011

...A fin de que vivas

 
             Devocional # 69                25 noviembre 2011
   
Deuteronomio 30:6 Y circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, a fin de que vivas.

Aquí nos habla el Señor de la verdadera circuncisión. Notemos que dice: «Jehová tu Dios». Sólo Él puede obrar con eficacia en el corazón y quitar de él todo lo carnal.

El que amemos a Dios con todo nuestro corazón y con toda nuestra alma es un milagro de la gracia que sólo el Espíritu Santo puede realizar.

Notemos dónde se hace esta circuncisión. No es en la carne, sino en el espíritu. Es la marca esencial y especial de la Alianza de gracia. El amor de Dios es la señal indeleble de la simiente escogida; por medio de esta señal secreta, es confirmada en el creyente la elección de la gracia.

Miremos que nuestra confianza no esté cifrada en ningún rito externo o en lo que podemos hacer, sino que seamos sellados en el corazón por la operación del Espíritu Santo.

Notemos, finalmente, el resultado: «a fin de que tú vivas». La intención de la carne es muerte. Al estar en el Espíritu, viviremos.

¡Gracias a Dios podamos vivir para Él!

Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia Nacional Presbiteriana
tel: (81) 8352 6165

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lunes, 21 de noviembre de 2011

...Dijo Jehová el Señor: EN descanso y en reposo seréis salvos


Devocional # 68                   21 noviembre 2011

Isaías 30:15   Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza.

Siempre será una debilidad acongojarse y preocuparse, desconfiar y cavilar. ¿Qué provecho hay en estas debilidades? ¿Qué conseguimos con la duda y el enojo?
Nos incapacitamos para la acción y turbamos nuestro espíritu de tal manera que no somos capaces de tomar una decisión prudente. Nos hundimos con nuestros esfuerzos cuando podíamos salir a flote si conociéramos más las promesas de fe que nos ha dado nuestro Señor.

¡Quién tuviera la gracia de permanecer tranquilo! ¿Por qué corremos de casa en casa para contar la triste historia que nos aflige, la repetimos y la repetimos cada vez de tal forma que cada vez que la repetimos nos angustiamos más? Y si nos quedamos en nuestra casa, ¿por qué lloramos angustiosamente pensando en cosas que tal vez no se realizarán? Bueno sería refrenar la lengua, pero mejor sería conservar el corazón tranquilo.

¡Ojalá pudiéramos estar sosegados y conocer que Jehová es nuestro Dios!
¡Quién pudiera tener la gracia de confiar en Dios!  
El Santo de Israel prometió defender y librar a los suyos; no puede retractarse de sus compromisos. Seguros podemos estar que cada palabra suya permanecerá, aunque se moviesen los montes.

Confiemos en Él, así podremos estar en paz y tranquilos esperando en nuestro Señor. Isaías 26:3  “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.”

Vuelve, alma mía, a tu reposo, y reclina tu cabeza en el pecho de tu Señor Jesús

Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia Nacional Presbiteriana
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miércoles, 16 de noviembre de 2011

Señor, tu eres Dios y tus Palabras son Verdad

                                 
              Devocional # 67                   16 noviembre 2011

2 Samuel 7:
28  Ahora pues, Jehová Dios, tú eres Dios, y tus palabras son verdad, y tú has prometido este bien a tu siervo.
29  Ten ahora a bien bendecir la casa de tu siervo, para que permanezca perpetuamente delante de ti, porque tú, Jehová Dios, lo has dicho, y con tu bendición será bendita la casa de tu siervo para siempre.


David se apoya en esta promesa y nos da una doble lección. Todo cuanto Dios ha dicho es verdadero y podemos servirnos de las declaraciones hechas por Dios mismo para presentarlas delante de su trono.

¡Es bueno en extremo poder citar a Dios sus propias palabras, y cuán precioso servirse de esta razón: «Ahora pues y para que», como lo hace David en estos versículos!

Oramos no porque dudemos, sino porque creemos. Orar sin fe es indigno de los hijos de Dios. Señor, no podemos dudar de ti: estamos persuadidos de que toda palabra tuya es un fundamento firme que alienta nuestras esperanzas. A ti recurrimos diciendo: «Haz conforme has dicho».

Bendice la casa de tus siervos que está leyendo este mensaje; sana a nuestros enfermos, salva a los indecisos; atrae a los perdidos; los que entren donde trabajamos o donde estemos que sean llenos de tu Luz Admirable y sean confortados, confirma a los que viven en temor. Señor, danos alimento y vestido según tu palabra.

Prospera Señor nuestros esfuerzos, cuando van dirigidos a la extensión de tu Evangelio y a glorificarte en nuestros pasos diarios. Haz que los que nos ayudan de alguna forma sean hijos tuyos, y nuestros hijos que sean tus hijos.

Que tu bendición descienda sobre las generaciones venideras, y que, mientras vivan nuestros descendientes, te permanezcan fieles. ¡Oh, Señor, Dios nuestro, «con tu bendición será bendita la casa de tus siervos para siempre».


Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
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jueves, 10 de noviembre de 2011

¡No hay puentes ni atajos en nuestra vida!

Devocional # 66                   11 noviembre 2011

Isaías 43:2 Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.

No hay puente, ni atajo; “Cuando pases...” forzosamente hemos de pasar por las aguas y sentir la potencia de los ríos. En la inundación, la presencia de Dios es mejor que una barca. Seremos probados, pero saldremos victoriosos pues no depende de nosotros, porque el mismo Dios, más poderoso que las muchas aguas, estará con nosotros.

En ocasiones parecerá que por algún tiempo está lejos de nosotros, pero es indudable que siempre está con su pueblo, Él no miente, prometió, “Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo...Amén; Mateo 28:20, y lo estará en medio de las dificultades y peligros. Las tristezas de la vida pueden llegar a rebasarnos, pero el Señor presta su ayuda adecuada según las necesidades.

Los enemigos del Señor pueden sembrar nuestro camino de peligros: persecuciones crueles, que para nosotros son como un horno ardiente, ¿qué haremos? Andaremos sobre las ascuas. Si Dios está con nosotros, no nos quemaremos; ni siquiera se percibirá en nosotros el olor del fuego.

¡Qué maravillosa seguridad tenemos como peregrinos nacidos del cielo y que al cielo vamos! Muchas aguas no le ahogarán, ni el fuego le consumirá.

Tu presencia, oh Señor, es la protección de tus santos contra los múltiples peligros del camino.

¡¡Señor Jesús, por tu Gracia haz que me entregue a ti con fe, y mi espíritu entrará en reposo!!.

Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
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sábado, 5 de noviembre de 2011

La Promesa viva viene de un Dios vivo


                   Devocional # 65                    05 noviembre 2011


Habacuc 2:3  Aunque la visión tardará aún por un tiempo, más se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá; no tardará.

Tal vez en tu vida parezca que tarda la misericordia de Dios; sin embargo, esa misericordia es verdadera y cierta en tu vida. En su sabiduría divina, el Señor ha fijado un tiempo para la manifestación de su poder, y su hora es la mejor.

Nosotros tenemos prisa; la vista de una bendición estimula nuestro deseo y aviva nuestro anhelo. Pero el Señor vendrá a su tiempo con su misericordia y bondad. Nunca llega antes de hora, pero tampoco después.

La promesa de Dios se nos presenta aquí como una cosa viva y real. Su palabra no es letra muerta, como algunas veces nos sentimos tentados a creer, cuando tarda su cumplimiento.

La palabra viva viene del Dios vivo, aunque parezca tardar: No llega con retraso. Ni llega demasiado tarde. Tengamos  paciencia y pronto veremos la fidelidad del Señor. «Ninguna promesa suya se perderá en el silencio».

¡Qué palabras tan consoladoras dirá al oído del creyente! Ninguna promesa de nuestro misericordioso Dios es una letra muerta que no ha sido pagada a su debido tiempo: «No tardará».

Alma mía, ¿no puedes esperar a tu Dios? Descansa en Él y permanece tranquila con inefable calma.

Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
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