viernes, 31 de mayo de 2013

Espera en Dios, ¡Él es mi Dios! ¡Él es mi salvador!



Espera en Dios, ¡Él es mi Dios! ¡Él es mi salvador!

Salmo 42:
1 Como ciervo que brama por las corrientes de agua, así mi alma clama por ti, mi Dios.
2 Mi alma tiene sed de ti, Dios de la vida; ¿cuándo vendré a presentarme ante ti, mi Dios?
3 Mis lágrimas son mi pan, de día y de noche, pues a todas horas me preguntan: «¿Dónde está tu Dios?»
4 Pienso en esto, y se me parte el alma; recuerdo cuando acompañaba yo a la multitud, cuando la conducía hasta el templo de Dios entre voces de alegría y de alabanza, entre la alegría del pueblo en fiesta.
5 ¿Por qué te desanimas, alma mía? ¿Por qué te inquietas dentro de mí? Espera en Dios, porque aún debo alabarlo. ¡Él es mi Dios! ¡Él es mi salvador!
6 Dios mío, mi alma está muy abatida. Por eso me acuerdo de ti desde estas tierras del Jordán, desde los montes Hermón y Mizar.
7 Un abismo llama a otro abismo, y resuena la voz de tus cascadas. Todas tus ondas y tus olas pasan sobre mí.
8 Pero tú, Señor, durante el día me enviarás tu gran misericordia, y por la noche tu cántico estará conmigo, con mi oración a ti, Dios de mi vida. 9 Dios mío y Roca mía, yo te pregunto: ¿Por qué te has olvidado de mí? ¿Por qué debo andar acongojado y sufrir por la opresión del enemigo? 10 Siento un dolor mortal en los huesos cuando mis enemigos me afrentan, cuando a todas horas me preguntan: «¿Dónde está tu Dios?»
11 ¿Por qué te desanimas, alma mía? ¿Por qué te inquietas dentro de mí? Espera en Dios, porque aún debo alabarlo. ¡Él es mi Dios! ¡Él es mi salvador!

Con este salmo se abre el segundo libro del Salterio (42-72), en el que prevalece el nombre Elohim para designar a Dios, frente al libro primero, en el que era más usual el nombre de Yahvé. Por eso la nueva colección se llama elohística. Es obra de un compilador que ha recogido y seleccionado salmos de tres fuentes diversas: a) levítica o de los hijos de Coré; b) davídica, es decir, salmos que llevan en el título el nombre de David; c) asáfica: de la familia de Asaf. Los cinco primeros salmos de este segundo libro pertenecen a la colección de los hijos de Coré, nieto de Leví, que se rebeló contra Moisés y murió trágicamente engullido por la tierra 6. Descendientes de Coré aparecen en la vida de David 7, y eran los encargados de guardar las puertas del templo 8, oficio que volvieron a tener después del retorno del exilio babilónico 9. En general, los salmos de la colección coreíta se caracterizan por su devoción al templo y sus solemnidades litúrgicas 10 y a la Ciudad Santa, en la que moraba Yahvé 11. El estilo suele ser expresivo y patético, con un profundo sentido nacional.


(1-6).- Con una bellísima comparación expresa el salmista sus ardientes anhelos de vivir a la sombra de su Dios. Su alma es como el ciervo sediento — poco habituada al calor — en busca de aguas refrescantes.
Triste y apesadumbrado, el salmista medita en su condición de expatriado, fuera del centro litúrgico, único lugar donde se podía entrar en relaciones íntimas con su Dios; en su soledad y desventura derrama lágrimas sin cesar, de forma que puede decir que constituyen su pan y alimento cotidiano.
Su dolor se acrecienta con las preguntas irónicas que le dicen los impíos al verle en su situación de expatriado: ¿Dónde está tu Dios?. Contra el pesimismo y la nostalgia deprimente reacciona el salmista: ¿Por qué te abates, alma mía? ¿Por qué te turbas contra mí? (v.6). Todavía hay lugar a la esperanza de volver a tomar parte en las manifestaciones religiosas de Jerusalén, pues Dios no le abandonará definitivamente, porque es la salvación de su faz, es decir, de su persona.

(7-12).- De nuevo el salmista se deja vencer por la nostalgia de la patria y del templo, se siente abatido en su calidad de desterrado en TransJordania o en los parajes del norte de palestina junto a las fuentes del Jordán, cerca de la actual Banias (la Cesárea de Filipo de los evangelios), donde el río nace de las estribaciones del Hermán (v.7). El monte Misar debe de ser el nombre de alguna colina de esta cadena de montañas del Antilíbano, de la que formaba parte el propio Hermón. Cerca de Banias hay una localidad con el nombre de Seora, que puede relacionarse con el Misar del salmo. El salmista parece situarse idealmente sobre las cimas del monte más alto para desde allí dirigir su mirada nostálgica hacia Jerusalén, donde estaba el santuario de Yahvé, meta ideal de sus aspiraciones religiosas.

Apesadumbrado con negros pensamientos de pesimismo, el poeta se presenta como anegado por un turbión o diluvio en el que los remolinos, las ondas y las olas se suceden ininterrumpidamente, sin dejarle levantar la cabeza. Los infortunios se suceden. Quizás el símil esté tomado de los torrentes que en la época del deshielo bajan impetuosos del Hermón. “En esta región, en la época de las lluvias y en el deshielo de las nieves, los arroyos y torrentes se precipitan en las gargantas profundas de los roquedales de basalto negro, en cascadas imponentes y ruidosas, de forma que parecen llamarse unas a otras. Su rumor temible y melancólico recuerda al poeta las calamidades terribles que se abaten sobre él.”

Sin embargo, el salmista reacciona de nuevo, porque sabe que Yahvé no olvida a los suyos y constantemente les dispensa su gracia; por ello, de noche le dedica cánticos de alabanza (V.9). Sabe que puede liberarle de la situación presente, y por ello le dirige su oración, al Dios que es el centro de su vida. Dios es, en realidad, su Roca o refugio inconmovible y seguro, desde el que se halla fuera del alcance de sus enemigos.

No obstante, el salmista vuelve de nuevo a expresar su esperanza de rehabilitación corporal y moral, pues cree que podrá de nuevo alabar y presentarse ante Yahvé, que es la salvación de su rostro, es decir, su Salvador.

Si bien tenemos aflicción aprendamos como el salmista; a pesar del dolor que podamos tener Cristo en nuestra Roca eterna donde deben estar firmes nuestro pies, decir lo que también el salmista decía:

¿Por qué te desanimas, alma mía? ¿Por qué te inquietas dentro de mí? Espera en Dios, porque aún debo alabarlo. ¡Él es mi Dios! ¡Él es mi salvador!


Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia Nacional Presbiteriana
tel: (81) 8352 6165

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jueves, 9 de mayo de 2013

Súplica individual; desde el lecho del dolor



Devocional # 57    9-Mayo-2013

Súplica individual; desde el lecho del dolor

Salmo 41:
1¡Dichoso (Bienaventurado) aquél que piensa en los pobres! En los días malos el Señor lo ayudará.
2 El Señor lo cuidará y le dará vida, lo hará vivir feliz en la tierra, y no lo dejará caer en manos de sus enemigos.
3 Cuando esté enfermo, el Señor lo sustentará; suavizará sus males mientras recobra la salud.
4 Yo le pido al Señor que me tenga compasión, que me sane, pues he pecado contra él.
5 Mis enemigos hablan mal de mí, y dicen: «¿Cuándo morirá? ¿Cuándo será olvidado?»
6 Si vienen a verme, sólo dicen sandeces; guardan en su mente las malas noticias, y en cuanto salen a la calle las divulgan.
7 Todos los que me odian se unen contra mí y sólo piensan malas cosas. Hasta dicen:
8 «Lo que tiene es cosa del demonio; cayó en cama, y no volverá a levantarse.»
9 Aun mi mejor amigo, en quien yo confiaba, el que comía conmigo, me ha traicionado.
10 Pero tú, Señor, ¡ten compasión de mí! ¡Devuélveme la salud, y les daré su merecido!
11 Con esto sabré que soy de tu agrado: si mi enemigo no llega a burlarse de mí.
12 Y a mí, ¡sostenme por causa de mi integridad! ¡Permíteme estar en tu presencia para siempre!
13 ¡Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, por los siglos de los siglos! ¡Amén y Amén!

Este Salmo 41, como varios otros, contiene varios estilos. La primera parte es una enseñanza sapiencial. La segunda parte es una súplica o lamento (vv. 4-9) y la última una acción de gracias y alabanza. Todo el Salmo también puede considerarse un salmo de acción de gracias del salmista después de haber sido sanado por Dios.

La  pregunta que se puede hacer es: ¿por qué se incluye este tema social con la súplica del salmista enfermo? Se han dado varias respuestas. El salmista quiere mostrar el contraste con la actitud de los enemigos de Dios; ellos se aprovechan para hacer más daño al débil. También quiere enseñar a sus oyentes que se preocupen de otros que caigan en la misma situación que él describe en los vv. 4-9. Algunos sugieren que un sacerdote hubiera dado esta enseñanza (vv. 1-3) al principio de la súplica, o quizá con la implicación que él que estuvo enfermo, recibió la misericordia de Dios porque él había sido misericordioso con otros. Por cierto, la combinación de temas como aquí se ve, no debe llevarnos a ver incompatibilidad entre estos temas, al contrario, a los que adoramos a Dios debe preocuparnos el bienestar de nuestro próximo.

(9). “Aun mi mejor amigo, en quien yo confiaba, el que comía conmigo, me ha traicionado”, Parte mesiánica de este salmo: unió de los temas principales de este Salmo es la traición de Judas a Jesús; Zac 11:12-13; Y Zacarías nos da Un relato detallado de esta traición al Mesías, LA VENIDA DEL MESíAS. David, autor del Salmo 41, vivió cerca de 500 años antes de Zacarías y este a su vez, más de 500 años antes de Cristo, lo que podemos deducir que David profetizó esto 1,000 aC. Sin embargo, las palabras de estos dos hombres (David y Zacarías), conforman una sola profecía, que se cumplió en todo detalle. David profetizó que un amigo de confianza sería el traidor del Señor y Judas Iscariote, uno de los doce, le traicionó (Mat_26:14-16; Luk_22:1-6). Zacarías fue más allá, ya que especificó la cantidad que sería pagada al traidor, prediciendo también que sería arrojada en el templo y usada para comprar un lote de tierra. Cada punto se cumplió en detalle: Los principales sacerdotes le dieron a Judas 30 monedas de plata (Mat_26:15); Judas, debido a su remordimiento, devolvió el dinero y lo tiró en el templo (Mat_27:5); entonces, los sacerdotes lo usaron para comprar el campo del alfarero (Mat_27:6-10). El cumplimiento de esta profecía, hasta en sus más mínimos detalles, constituye un verdadero testimonio de la soberanía divina y su intervención en los asuntos humanos.

El v. 14 es una doxología litúrgica que cierra el primer libro o colección del Salterio, (Libro primero: Salmos 1-41), la parte atribuida por la tradición al Profeta Rey. Los dirigentes de las asambleas litúrgicas responderían a los deseos de salvación del salmista asociándolo a los destinos del propio pueblo Israel, vinculado en sus destinos históricos, pasados y futuros, a Yahvé como Dios Soberano. Claro que no podemos añadir nada a la bendición de nuestro Dios, pero como pueblo respondemos en gratitud a Su bendición, gritando Amén, Amén;
Amén está tomado de la palabra hebrea cuya raíz se halla en las palabras «verdad» o «fiel», y que en el NT se traduce comúnmente como «verdadero o fiel y verdadero».

Por 2 semanas a partir de este domingo 12 voy a estar fuera de la ciudad; por lo que no podré mandar los devocionales de esas semanas

Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia Nacional Presbiteriana
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miércoles, 1 de mayo de 2013

El, Esperó (Pasado) … Y Todavía Esperando



Devocional # 56    1-Mayo-2013

El, Esperó (Pasado) … Y Todavía Esperando

Salmo 40: 1 Yo puse mi esperanza en el Señor, y él inclinó su oído y escuchó mi clamor; 2 me sacó del hoyo de la desesperación, me rescató del cieno pantanoso, y plantó mis pies sobre una roca; ¡me hizo caminar con paso firme! 3 Puso en mis labios un nuevo canto, un canto de alabanza a nuestro Dios. Muchos vieron esto y temieron, y pusieron su esperanza en el Señor. 4 Dichoso el hombre que confía en el Señor y no en gente soberbia y mentirosa. 5 Tú, Señor mi Dios, has pensado en nosotros, y has realizado grandes maravillas; no es posible hablar de todas ellas. Quisiera contarlas, hablar de cada una, pero su número es incontable. 6 Las ofrendas y los sacrificios no te agradan; tú no pides holocaustos ni ofrendas de expiación, pero me has abierto los oídos.
7 Por eso dije: «Aquí vengo ya.»  En el pergamino se habla de mí. 8 Hacer tu voluntad, Dios mío, me agrada; tu ley la llevo dentro de mí. 9 He proclamado tu justicia ante la gran multitud, y tú, Señor, lo sabes muy bien. No he refrenado mis labios. 10 Mi corazón no ha ocultado tu justicia. He dado a conocer tu fidelidad y tu salvación. Nunca, en la reunión de mis hermanos, dejé de hablar de tu misericordia y tu verdad. 11 Señor, ¡no me niegues tu misericordia! ¡Permite que siempre me acompañen tu misericordia y tu verdad! 12 Son muchos los males que me acechan; mi maldad se ha volcado contra mí, y me ha opacado la vista. Tengo más problemas que pelos en la cabeza; ¡estoy totalmente descorazonado! 13 Señor, ¡dígnate ayudarme! Señor, ¡ven pronto a socorrerme! 14 ¡Que sean avergonzados y confundidos todos los que buscan acabar con mi vida! ¡Qué retrocedan en vergonzosa derrota todos los que buscan mi mal! 15 ¡Que sean derrotados por sus ofensas todos los que se burlan de mí! 16 Pero que se alegren todos los que te buscan; Señor, que siempre proclamen tu grandeza todos los que aman tu salvación. 17 Y a mí, que estoy pobre y afligido, ¡no me olvides, Señor! Tú eres mi ayuda y mi libertador; ¡no te tardes en responderme, Dios mío! (rvc)

El Salmo se compone de dos partes; la primera (vv. 1-10) habla de la experiencia de la misericordia de Dios en un tiempo de crisis; la segunda (vv. 11-17) es un clamor por esta misericordia ahora en una nueva crisis.

1–3  Espera fructífera. Simplemente esperar (en esperanza y seguridad, 1) conduce a la liberación, seguridad, renovación personal y a un impacto público eficaz (2, 3). 1 Pacientemente esperé, más bien dice “únicamente esperé”. 2 Cenagoso, significando incertidumbre, quizá “ruidoso”, “desolado”. 3 Nuevo canto, “fresco”, respondiendo a misericordias “nuevas”. Muchos vieron y pusieron su esperanza en el Señor. Según  reaccionemos en la vida constituye un portentoso testimonio y nada es más poderoso que mantener una sencilla actitud de fe que espera. Es algo que se nota (verán), genera reverencia hacia el Dios que responde a la fe (temerán) y atrae a otros a la fe (confiarán).

4, 5  La acción divina del pasado registrada. La bendición es un corolario de la fe debido a la abundancia de los hechos y planes del Señor. 4 Soberbios … falsedad. Dos reacciones prohibidas: respectivamente pretender ser competente y resolver un problema mintiendo. Cuantiosas Maravillas no se pueden contar, cosas que llevan sobre ellas la marca de lo sobrenatural, que señalan a un agente divino. Nadie comparable a ti Señor, ¡nada se puede comparar contigo!

6–13 La disposición de primordial importancia. Tres estrofas (6–8, 9 y 10, 11–13) están conectadas a la disposición interior: el corazón obediente (8), el corazón que testifica (10), el corazón que falla (12). Dichas maravillas de Dios (5) demandan una respuesta. No hay ritual que valga (6), sólo un sometimiento a la voluntad de Dios (7, 8). Esto no puede dejarse como asunto de una piedad interior; debe ser un testimonio público (9, 10).  porque la vida todavía es amenazadora, el pecado todavía acecha y lo resuelto de su espíritu se va debilitando (12). 13: a pesar de todo, las puertas permanecen abiertas a la oración.

14–16  Búsqueda de futura acción divina. El Señor actuó a favor de David personalmente (4, 5); ahora anhela que la acción divina ponga en su lugar a la comunidad.  (16) y los fieles que, en igual medida, han aguantado con David, necesitan, como él, disfrutar de nuevas misericordias.

17  Esperando todavía. Sabiéndose sin fuerzas (pobre, agobiado por la vida, aplastado) y sin fuerza de voluntad (necesitado, influenciado fácilmente) David sabe, por más grandes que fueron las misericordias en el pasado, mientras la vida terrenal siga estamos siempre necesitados de misericordias nuevas cada día.

En este salmo David tiene en mente el carácter la misión del Mesías. figurado el Isaías 61:

Isaías 61: 1 El espíritu de Dios el Señor está sobre mí. Sí, el Señor me ha ungido; me ha enviado a proclamar buenas noticias a los afligidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a anunciar libertad a los cautivos, y liberación a los prisioneros; 2 a proclamar el año de la buena voluntad del Señor, y el día de la venganza de nuestro Dios; a consolar a todos los que están tristes; 3 a alegrar a los afligidos de Sión; a ponerles una diadema en lugar de ceniza, perfume de gozo en lugar de tristeza, un manto de alegría en lugar de un espíritu angustiado. Y serán llamados «robles de justicia», plantados por el Señor para gloria suya.

Que después el mismo Jesús anunciara como suya esta misión:

Lucas 4: 17 Se le dio el libro (a Jesús) del profeta Isaías, y al abrirlo encontró el texto que dice: 18 «El Espíritu del Señor está sobre mí. Me ha ungido para proclamar buenas noticias a los pobres; me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos, a dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos 19 y a proclamar el año de la buena voluntad del Señor.»




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