miércoles, 5 de diciembre de 2012

Vivir por Gracia


Devocional # 43     5 diciembre 2012

Vivir por Gracia

Efesios 2:
8 Ciertamente la gracia de Dios los ha salvado por medio de la fe. Ésta no nació de ustedes, sino que es un don de Dios; 9 ni es resultado de las obras, para que nadie se vanaglorie.


Quisiera iniciar el día de hoy una serie de devocionales hablando de la Gracia de Dios, ya que es uno de los temas más importantes de la Biblia, y al mismo tiempo quizá uno de los menos comprendidos.

Todos los cristianos, por definición, creemos en la Gracia de Dios, muchos de nosotros citamos este pasaje de Efesios, incluso el hermoso himno de John Newton “Maravillosa gracia” ha ocupado hasta ahora el primer lugar entre nuestros favoritos. ¿Por qué digo que la gracia de Dios es uno de los temas menos entendidos de la Biblia?

Porque cuando pensamos en la gracia, casi siempre pensamos en la salvación por gracia. Hasta la literatura cristiana que trata el tema de la gracia parece ocuparse exclusivamente de la salvación. Pero la Biblia enseña que no solo somos salvos por gracia, sino que además vivimos por gracia cada día de nuestra existencia. Es este aspecto de la gracia el que parece ser tan poco comprendido y practicado por el pueblo de Dios y ponemos pesadas cargas sobre nuestros hombros y sobre los hombros de los demás que estamos discipulando. La mayoría de nosotros tendemos a basar nuestra relación personal con Dios en base a nuestras obras antes que en la gracia, ¿oré de la forma adecuada?, ¿hice bien o mal? Si lo hice bien, sea lo que se que “hice bien” según nuestro propio criterio (o el de Dios según nosotros), esperamos que Dios nos bendiga. Pero si no lo hemos hecho tan bien, entonces nuestras expectativas de recibir bendición se reducen de la misma manera. En este sentido. Vivimos por obras antes de por gracia. Hemos sido salvados por gracia, pero estamos viviendo por el “sudor” de nuestros propios logros.

Además, nos estamos siempre retando a nosotros mismos y a los demás a “hacerlo mejor”, al punto de estar convencidos de que el éxito en la vida cristiana (sea cual fuere la definición de “éxito”), depende básicamente de nosotros mismo: de nuestra entrega, de nuestra disciplina, de nuestro celo, con un poco de ayuda divina de paso (al ver Dios nuestra entrega, nos ayuda). Creemos de labios lo que dice el apóstol Pablo 1 Corintios 15.10: Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no ha sido en vano, pues he trabajado más que todos ellos, aunque no lo he hecho yo, sino la gracia de Dios que está conmigo.  Pero nuestro lema interno es: “Dios ayuda a los que se ayudan”

Espero que a través de esta serie de devocionales aprendamos a descansar en la Obra de Cristo, pues Él ya hizo todo lo que debíamos de haber hecho. Juan 19:30 «Consumado es» es real y cierto tan cierto como Filipense 1:6 Estoy persuadido de que el que comenzó en ustedes la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.



Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia Nacional Presbiteriana
tel: (81) 8352 6165

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