Devocional #
32 15 de agosto 2012
Salmos
26 (RVC)
Declaración de integridad
1 Señor,
yo me conduzco con integridad, y en ti confío sin vacilar; ¡hazme justicia! 2 ¡Ponme a prueba, Señor! ¡Examíname! ¡Escudriña mis
anhelos y mis pensamientos! 3 Siempre
tengo presente tu misericordia, y jamás me aparto de tu verdad. 4 No convivo con gente falsa, ni me junto con gente
hipócrita. 5 Aborrezco las
reuniones de los malvados, y no tengo parte con ellos. 6 Señor, mis manos están limpias de pecado, así que
puedo acercarme a tu altar. 7 y
prorrumpir en cantos de alabanza para contar todas tus maravillas. 8 Señor, yo amo la casa en que resides, la mansión donde se
posa tu gloria. 9 ¡No me
arrebates la vida junto con los pecadores y asesinos! 10 ¡Tienen la maldad en la punta de los dedos! ¡Su
diestra está llena de sobornos! 11 Yo,
en cambio, me conduzco con integridad; ¡sálvame y ten compasión de mí! 12 Plantado estoy en terreno firme, y te bendigo,
Señor, en las reuniones de tu pueblo.
Titulo:
«Salmo de David.»
El dulce cantor de Israel está delante de nosotros en este Salmo como alguien
que sufre reproche; en esto era el tipo del gran Hijo de David, y un ejemplo
alentador para que llevemos la carga de la calumnia al trono de la gracia. Es
una suposición ingeniosa la de que esta apelación al cielo fue escrita por
David en el tiempo del asesinato de Is-boset por Baaná
y Recab, para protestar su inocencia
de toda participación en aquel asesinato a traición. El
tenor del Salmo ciertamente está de acuerdo con la supuesta ocasión, pero no es
posible ir más allá de la conjetura con tan pocos datos.
Vers. 1. Júzgame, oh Jehová. Una apelación así no
debe hacerse de modo precipitado en ninguna ocasión; y en toda nuestra vida no
debería hacerse, a menos que «estemos justificados en
Cristo Jesús».
C. H. Spurgeon
Porque
yo en mi integridad he andado. David tenía la integridad como principio, y
andaba en ella como práctica. No había
usado medios solapados o torcidos para
ganar la corona y conservarla; sabía perfectamente que era
guiado por los principios más nobles del honor en todas sus acciones referentes
a Saúl y su familia.
He
confiado asimismo en Jehová sin titubear. ¿Por qué debo robar, cuando Dios ha
prometido suplir mi necesidad? ¿Por qué debo vengarme, cuando sé que el Señor
ha adoptado mi causa? La confianza en Dios es la seguridad más efectiva contra
el pecado.
Vers.
5. Aborrecí la reunión de los malignos. Qué reflexión tan triste es la de que
haya una congregación de malhechores, así como una congregación de justos; una
iglesia de satanás, y una iglesia de Dios; una simiente de la serpiente, así
como una simiente de la mujer; una antigua Babilonia, así como una nueva
Jerusalén; una gran ramera sentada sobre las muchas aguas, para ser juzgada en
ira, así como una esposa casta del Cordero que será coronada a su venida. C. H.
Spurgeon
Después de la
súplica de salvación, el salmista declara abiertamente que se siente seguro,
pues sus pies están en tierra firme, Seguro de la justicia divina, da
por hecho su salvación del peligro en que se halla, y promete, como en otros
casos similares de los salmos, dar gracias a Yahvé en la asamblea pública
del pueblo cuando se halle reunido con motivo de alguna festividad
litúrgica.
La enseñanza que el
Señor nos deja es que debemos confiar en su Palabra dicha como promesa y
podemos decir como el Apóstol Pablo en Romanos 8: 31 ¿Qué más podemos decir? Que si Dios está a nuestro
favor, nadie podrá estar en contra de nosotros. (RVC)
Bendiciones
Pbro.
Gilberto Flores Elizondo
Pastor
de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia
Nacional Presbiteriana
tel:
(81) 8352 6165
o
web
site: www.inpcaminoverdadyvida.org
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