martes, 21 de agosto de 2012

El Señor es mi luz y mi salvación


Devocional # 33      21 de agosto 2012
Salmos 27
El Señor es mi luz y mi salvación
1 El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién podría yo temer? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿quién podría infundirme miedo? 2 Mis malvados enemigos me ponen en aprietos; se juntan y hacen planes de acabar conmigo, pero son ellos los que tropiezan y caen. 3 Aunque un ejército acampe contra mí, mi corazón no se amedrentará; aunque me ataquen y me declaren la guerra, en esto fincaré mi confianza:
4 Le he pedido al Señor, y sólo esto busco: habitar en su casa todos los días de mi vida, para contemplar su hermosura y solazarme en su templo. 5 Cuando vengan los días malos, él me esconderá en su santuario; me ocultará en lo más recóndito de su templo, me pondrá en lo alto de una roca. 6 Ante los enemigos que me rodean me hará levantar la cabeza, y llevaré a su templo mis ofrendas de alegría
y allí cantaré salmos al Señor.
7 Señor, escúchame cuando a ti me dirija; ¡ten compasión de mí, y respóndeme! 8 A mi corazón le pides buscar tu rostro, y yo, Señor, tu rostro busco. 9 Tú eres mi Dios y salvador;
¡No escondas de mí tu rostro! No apartes con enojo a este siervo tuyo, pues siempre has sido mi ayuda. ¡No me dejes ni me desampares!
10 Podrían mi padre y mi madre abandonarme, pero tú, Señor, me recogerás. 11 Por causa de mis adversarios, enséñame, Señor, tu camino y llévame por el camino recto. 12 Testigos falsos y violentos se levantan contra mí; ¡no permitas que hagan conmigo lo que quieran!
13 ¡Yo estoy seguro, Señor, que he de ver tu bondad en esta tierra de los vivientes! 14 ¡Espera en el Señor! ¡Infunde a tu corazón ánimo y aliento! ¡Sí, espera en el Señor! (RVC).


Esta composición salmódica tiene dos partes bien definidas: a) confianza y alegría del justo por haber triunfado de los enemigos (1-6); b) súplica al Señor para que tenga piedad de él por sentirse abandonado y calumniado (7-14).

1 “El Señor es mi luz y mi salvación”;  El Dios del salmista ilumina su vida en los momentos de ansiedad y de peligro y le salva de las situaciones comprometidas 1. Contra los ataques de los enemigos, El Señor es el baluarte que defiende su vida. Por tanto, no tiene que temer a nadie. Ante la omnipotencia del Señor se quiebran todos los poderes terrenos. Sus asaltantes son como fieras que se lanzan sobre él para devorar sus carnes, pero en el momento del ataque caen vacilantes, sin poder consumar sus siniestros designios. Ni un ejército entero que acampara contra él podría prevalecer. Al menos el corazón del salmista permanecerá tranquilo, esperando la intervención divina salvadora.

4 Le he pedido al Señor, y sólo esto busco: habitar en su casa todos los días de mi vida”, El Señor es el centro de toda la vida y de las aspiraciones del salmista; con El no teme a un escuadrón de enemigos que se le opongan; pero, además, su seguridad encuentra su complemento en la vida en el santuario, contemplar el encanto de El Señor, es decir, habitar en su templo; viendo pasajes como Apocalipsis 21:3 y 22 vemos es ese templo es el mismo Cristo; 3 “Entonces oí que desde el trono salía una potente voz, la cual decía: «Aquí está el tabernáculo de Dios con los hombres. Él vivirá con ellos, y ellos serán su pueblo, 22 No vi en ella ningún templo, porque su templo son el Señor y Dios Todopoderoso, y el Cordero”. Que mejor protección que estar en ese templo eterno (Cristo), estar permanentemente en él por su Gracia y Amor.

7-14 “Señor, escúchame cuando a ti me dirija; ¡ten compasión de mí, y respóndeme”!... La oración pidiendo estar con el Señor (4) se ha desarrollado ahora hasta ser una oración pidiendo esas bendiciones que sólo el Señor puede dar. La oración descansa sobre una invitación divina; 8 A mi corazón le pides buscar tu rostro, y yo, Señor, busco tu rostro”. La oración está impregnada de confianza: 9 “Tú eres mi Dios y salvador”;... 10 “Podrían mi padre y mi madre abandonarme, pero tú, Señor, me recogerás”.

14 ¡”Espera en el Señor!... Si espera en el Señor”  El salmista concluye con una nueva declaración de confianza. Esta confianza en que Dios oye y actuará también da aliento al creyente. El Salmo es un ejemplo, en el AT de lo que dice: Romanos 8: 31 ¿Qué más podemos decir? Que si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar en contra de nosotros.

Les dejo esta ilustración verídica:
La tela de araña Roberto Bruce, uno de los grandes líderes de la  Reforma escocesa, se vio frecuentemente perseguido a causa de su fe.  Un día, cuando estaba huyendo de sus perseguidores y parecía que iba a ser atrapado, se refugió en una cueva. Bruce elevó su oración a Dios, pidiendo que su protectora mano le guardara. Desde la oscuridad de la cueva, pudo ver cómo una gruesa araña tejía su tela, casi a la misma entrada de la cueva. Cuando llegaron sus enemigos y vieron la tela de araña intacta, pensaron que nadie había penetrado en aquel lugar, y así fue preservada la vida del servidor de Dios. Más tarde cuando Roberto Bruce daba testimonio de este hecho, solía decir: “Con Dios una tela de araña es como un muro; pero sin Dios un muro es como una tela de araña.”


Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia Nacional Presbiteriana
tel: (81) 8352 6165

                           o
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