miércoles, 14 de noviembre de 2012

Plegaria en que se pide ser librado de los enemigos


Devocional # 41     14 noviembre 2012

Plegaria en que se pide ser librado de los enemigos
Salmo 35 de David.
1 Señor, defiéndeme de mis oponentes; combate a los que me atacan. 2 Echa mano del escudo y del pavés, y ven pronto en mi ayuda. 3 Toma una lanza y ataca a mis perseguidores, y dile a mi alma: «Yo soy tu salvación.» 4 ¡Haz que queden confundidos y en vergüenza los que quieren matarme! ¡Qué retrocedan y queden confundidos los que buscan mi mal! 5 ¡Que sean como el tamo que arrebata el viento!
¡Que el ángel del Señor los acose! 6 ¡Que sea su camino oscuro y peligroso! ¡Que el ángel del Señor los persiga! 7 Sin motivo, ellos me tendieron una trampa; sin motivo, cavaron un hoyo para mí.
8 ¡Que sean quebrantados de repente, y caigan en la trampa que antes me tendieron! ¡Que caigan en ella, para su desgracia! 9 Entonces yo me alegraré en el Señor; ¡me regocijaré en su salvación!
10 Todos mis huesos exclamarán: «Señor, ¿quién puede compararse a ti? ¡Tú libras de los fuertes a los débiles! ¡Tú libras de sus opresores a los menesterosos!» 11 Unos testigos violentos se levantan
y me interrogan acerca de cosas que yo ignoro. 12 Me pagan mal el bien que les hice, y eso me duele en el alma. 13 Si estaban enfermos, yo me preocupaba; ayunaba y me vestía de cilicio.
¡Quisiera que mis oraciones volvieran a mí! 14 Yo manifestaba mi tristeza por ellos vistiéndome de luto, como por un hermano; ¡como si hubiera muerto mi propia madre! 15 Pero caí, y ellos se juntaron contra mí; se juntó contra mí gente despreciable, gente que yo no conocía, y me maltrataron sin descanso. 16 ¡Como auténticos truhanes y malvivientes, rechinaban los dientes contra mí! 17 Señor, ¿cuánto más seguirás viendo esto? ¡Salva mi vida de las garras de estos leones! ¡Es la única vida que tengo! 18 Yo hablaré de ti en medio de la multitud; ¡te alabaré delante de todo el pueblo! 19 ¡No dejes que se burlen de mí los que sin causa me ven como enemigo, ni tampoco los que me odian sin motivo, esos que se hacen señas con los ojos! 20 Son gente que no busca la paz, sino que urden planes engañosos en contra de gente inocente. 21 Se carcajean al hablar de mí, y exclaman: « ¡Ja, ja! ¡Miren lo que hemos llegado a ver!» 22 Pero tú, Señor, eres testigo; ¡no te quedes callado, ni te alejes de mí! 23 ¡Señor, levántate a defenderme! ¡Dios mío, levántate y hazme justicia! 24 Señor y Dios, ¡júzgame según tu justicia, para que nadie se burle de mí! 25 Que nadie piense en su corazón: «¡Se cumplió nuestro deseo de verlo derrotado!» 26 Que la vergüenza y la confusión sean para los que buscan mi mal. Que se queden avergonzados y confundidos los que se engrandecen contra mí. 27 Pero que canten y se alegren los que están a mi favor. Que digan siempre: «¡Grande es el Señor, pues se deleita en el bienestar de su siervo!» 28 Con mi lengua proclamaré tu justicia, y a todas horas te alabaré.


Un inocente ante las acusaciones y ataques de enemigos que antes eran sus amigos clama a Dios pidiendo justicia. Algunos ven su origen en la persecución de David por Saúl (ven el Salmo como una expansión de 1Sa_24:15); otros en la rebelión de Absalón.

Ciertamente es apto para uno que sufre calumnias y ataques injustos en cualquier época.
y dile a mi alma(v. 3). El salmista afirma su fe; a la vez pide que Dios la afirme más. La fe siempre tiene que crecer; las crisis y las pruebas presentan la necesidad y la oportunidad para tal crecimiento.

¡Haz que queden confundidos vv. 4-8 Esta estrofa es una imprecación, donde el salmista pide que Dios envíe castigo sobre sus enemigos. El creyente del Nuevo Pacto pregunta: “¿Cómo hemos de entender estas oraciones imprecatorias?” Vemos que el salmista da por sentado que estos son enemigos de Dios. El mismo no toma venganza sino pide que Dios haga justicia. Igualmente, ahora, no debemos desear mal a otras personas. No debemos ver conjuros mágicos aquí, como algunos suponen; más bien el salmista se pone al lado de Dios y pide que Dios haga justicia contra los que hacen mal. No debemos usar estas oraciones contra personas (enemigos personales);

Jesús enseñó que debemos amar a nuestros enemigos (aun el AT lo enseña: Exodo_23:4-9; salmo_25:21-22). Pero sí podemos usarlas contra el diablo y los poderes malignos. Este lenguaje militante viene a ser lenguaje de batalla espiritual en el NT. Calvino dijo: “A la vez este pasaje puede explicarse tanto de los demonios como de los santos ángeles, quienes están listos a ejecutar los deseos divinos.”

Entonces yo me alegraré en el Señor...  vv. 9, 10 El salmista es celoso de la honra de Dios; por lo tanto, se goza cuando caen sus enemigos. El creyente no se goza cuando algo malo sucede a otros; pero sí, se goza cuando es evidente que las fuerzas del mal son juzgadas y derrotadas.

Señor, ¿cuánto más seguirás viendo esto? vv. 17-21 A menudo no entendemos los tiempos que Dios usa; En el v. 18, promete alabar a Dios. Ya está viendo la salvación.

Cuando le va mal al cristiano, otros se alegran. Me aborrecen sin causa (v. 19) fue citado por Jesús (Juan_15:25).

Todo este salmo es imprecatorio y usa muchos imperativos. Pide que Dios actúe ahora. Si los salmos son modelos para nuestra oración, ¿cómo hemos de usar estas oraciones imprecatorias? Podemos pedir a Dios la derrota de los poderes malignos que tienen atrapados a tantos millones. Puesto que Dios es justo, es correcto pedir y esperar que él haga justicia.
Mateo 5: 44 Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, bendigan a los que los maldicen, hagan bien a los que los odian, y oren por quienes los persiguen,
Efesios 6: 12 La batalla que libramos no es contra gente de carne y hueso, sino contra principados y potestades, contra los que gobiernan las tinieblas de este mundo, ¡contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes!

Estos pasajes debemos tener en cuenta para nuestras oraciones: amar y pedir por nuestros prójimo o enemigo con la esperanza de que la luz de Cristo llegue a él y pedir a Dios por la derrota del poder maligno en le gente que nos rodea para que Dios haga justicia.




Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
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sábado, 3 de noviembre de 2012

Salmo 34 Gozo por la Protección Divina


Devocional # 40     3 noviembre 2012


Salmo 34  Gozo por la Protección Divina
1 Bendeciré al Señor en todo tiempo; su alabanza estará siempre en mi boca. 2 Alabaré al Señor con toda el alma. ¡Escuchen, gente humilde, y alégrense también! 3 ¡Únanse a mí, y reconozcan su grandeza! ¡Exaltemos a una voz su nombre! 4 Busqué al Señor, y él me escuchó, y me libró de todos mis temores. 5 Los que a él acuden irradian alegría; no tienen por qué esconder su rostro. 6 Este pobre clamó, y el Señor lo oyó y lo libró de todas sus angustias. 7 Para defender a los que temen al Señor, su ángel acampa alrededor de ellos. 8 ¡Prueben ustedes mismos la bondad del Señor! ¡Dichoso aquél que en él confía! 9 Ustedes, sus fieles, teman al Señor, pues a quienes le temen nunca les falta nada. 10 Los cachorros del león chillan de hambre, pero los que buscan al Señor lo tienen todo. 11 Hijos míos, acérquense y escúchenme; voy a enseñarles a honrar al Señor. 12 ¿Quién de ustedes anhela vivir mucho tiempo? ¿Quién quiere vivir y llegar a ver el bien? 13 Eviten entonces que su lengua hable mal; eviten que sus labios profieran mentiras. 14 Apártense del mal y practiquen el bien; busquen la paz, y no la abandonen. 15 El Señor no aparta sus ojos de los justos; sus oídos están siempre atentos a su clamor. 16 El Señor vigila a los que hacen el mal para borrar de la tierra su memoria. 17 Los justos gimen, y el Señor los escucha y los libra de todas sus angustias. 18 Cercano está el Señor para salvar a los que tienen roto el corazón y el espíritu. 19 El justo pasa por muchas aflicciones, pero el Señor lo libra de todas ellas. 20 El Señor le cuida cada uno de sus huesos, y ni uno solo de ellos se le quebrará. 21 Al malvado lo destruye su propia maldad; y los que odian al justo recibirán condenación. 22 El Señor rescata el alma de sus siervos; no serán condenados los que en él confían.


Él salmo 34, es acróstico, de forma que cada verso empieza con una letra del alefato. Aquí lo pongo solo para que se vea el acróstico

1De David, cuando se fingió loco ante Abimelec, que le echó de sí, pudiendo así escapar.
2 Alef. Yo bendeciré a Yahvé en todo tiempo; su alabanza estará siempre en mi boca.
3 Bet. En Yahvé se gloriará mi alma; lo oirán los humildes, y se alegrarán.
4 Guímel. ¡Engrandeced conmigo a Yahvé, ensalcemos a una su nombre!
5 Ddlet. Yo he buscado a Yahvé, y El me ha respondido, librándome de todos mis terrores.
6 He. Volveos todos a El y seréis iluminados, y vuestros rostros no serán confundidos.
7 Zain. Clamó este pobre, y Yahvé escuchó y le salvó de todas sus angustias.
8Jet. Acampa el ángel de Yahvé en derredor de los que le temen y los salva.
9Tet. Gustad y ved cuan bueno es Yahvé. Bienaventurado el varón que a Él se acoge.
10 Yod. Temed a Yahvé vosotros sus santos, pues nada falta a los que le temen.
11 Kaf. Empobrecen los ricos y pasan hambre, pero a los que buscan a Yahvé no les falta bien alguno.
12 Lamed. Venid, hijos, y oídme, y os enseñaré el temor de Yahvé.
13 Mem. ¿Quién es el hombre que ama la vida y desea ver días felices?
14 Nun. Preserva del mal tu lengua, tus labios de palabras mentirosas.
15 Sámec. Aléjate del mal y haz el bien, busca y persigue la paz.
16 Ayin. Los ojos de Yahvé están sobre los justos, y sus oídos, atentos a sus clamores.
17 Pe. La faz de Yahvé contra los que hacen el mal, para borrar de la tierra su memoria.
18 Sade. Clamaron (los justos), y Yahvé los oyó y los libró de todas sus angustias.
19 Qpf. Yahvé está próximo a los contritos de corazón y salva a los de espíritu abatido.
20 Resh. Muchas son las calamidades del justo, pero de todas ellas le libra Yahvé.
21 Shin. Toma a su cuidado todos sus huesos, y ni uno solo de ellos será roto.
22 Tau. La malicia matará al impío, y los que aborrecen al justo expiarán.

El salmista inicia un himno de alabanza a Yahvé para que los que le escuchan se asocien a Él. Dios es la fuente de la luz y de la vida; de El procede la vida espiritual y la física, y, por tanto, la felicidad; por ello, el salmista invita a que los humildes, que saben valorar las íntimas alegrías de la amistad divina, se dirijan hacia El, pues serán iluminados, en cuanto que sus rostros volverán radiantes de alegría y de optimismo ante la vida, porque saben que tienen a Dios a su lado (v.6). Nunca serán confundidos o avergonzados de haber confiado en Yahvé, pues en la hora difícil les tenderá la mano. En realidad, el pobre afligido, temeroso de Dios, no se halla solo y desamparado, pues en torno suyo acampa el ángel de Yahvé para protegerle y salvarle, nos lleva a la promesa de Cristo de Mateo 20: 20;...Y yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.» Amén.

La vida del justo está amasada de calamidades, pues es víctima de los que sin conciencia organizan su vida en la sociedad; pero esos sufrimientos tienen un límite, pues al fin Yahvé siempre los salva. En su providencia tiene cuenta de todos los huesos del justo, para que ninguno sea roto. Aquí parece que alude a las torturas morales, simbolizadas en la rotura de huesos; pero la frase tiene también aplicación a los casos en que el justo se halla postrado en el lecho del dolor.

Cristo como dice la promesa está siempre próximo a los de espíritu abatido.





Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
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jueves, 18 de octubre de 2012

Amor que no falla en Su Creación y en Su Elección


Devocional # 39      18 de octubre 2012

Alabanzas al Creador
1 Ustedes los justos, ¡alégrense en el Señor! ¡Hermosa es la alabanza de los hombres íntegros! 2 ¡Aclamen al Señor con arpas! ¡Alábenlo al son del salterio y del decacordio! 3 ¡Canten al Señor un cántico nuevo! ¡Canten y toquen bien y con regocijo! 4 Ciertamente, la palabra del Señor es recta; todo lo hace con fidelidad. 5 El Señor ama la justicia y el derecho; la tierra está llena de su misericordia. 6 Con su palabra, el Señor hizo los cielos; todo lo creado lo hizo con un soplo de su boca. 7 El Señor junta el agua del mar en una vasija, y pone en un depósito las profundidades del mar. 8 ¡Que toda la tierra tema al Señor! ¡Que le teman todos los habitantes del mundo! 9 El Señor habló, y todo fue creado; el Señor ordenó, y todo apareció. 10 El Señor anula los planes de las naciones; frustra las maquinaciones de los pueblos. 11 Pero los planes y pensamientos del Señor permanecen por todas las generaciones. 12 Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, ¡el pueblo que él escogió como su propiedad! 13 El Señor observa desde los cielos; desde allí vigila a toda la humanidad. 14 Desde el lugar de su residencia contempla a todos los habitantes de la tierra. 15 El Señor formó el corazón de todos ellos, y pondera atentamente todos sus hechos. 16 El rey no se salva por tener un gran ejército, ni se escapa el valiente por tener mucha fuerza. 17 Ningún caballo es garantía de salvación; y aunque tiene mucha fuerza, no salva a nadie.
18 El Señor mira atentamente a quienes le temen, a quienes confían en su misericordia, 19 para librarlos de la muerte y darles vida en tiempos de escasez. 20 Con el alma esperamos en el Señor, pues él es nuestra ayuda y nuestro escudo. 21 Por él se alegra nuestro corazón; confiamos en su santo nombre. 22 Señor, sea tu misericordia sobre nosotros, tal y como lo esperamos de ti.


Salmo 33: Amor Que No Falla en Su CREACIÓN y en Su ELECCIÓN

Esta elegante poesía empieza y termina con estrofas de seis líneas (1–3, 20–22) que encierran cuatro estrofas de cuatro líneas (4–7, 8–11, 12–15, 16–19). La estrofa inicial y la final respectivamente claman por, y afirman, el gozo en el Señor. Las estrofas de ocho líneas van en pares: el primer par enfoca la obra de Dios en la creación, su misericordia que no falla (5) como el factor que todo lo llena y su gobierno soberano sobre todas las naciones (10) como su corolario; el segundo par enfoca la elección (12) y el lugar especial dentro de la providencia divina de quienes ponen su esperanza en su misericordia que no falla (18). Apropiadamente, es con una oración pidiendo esta misericordia que no falla, que termina el Salmo (22), porque para vivir con plena satisfacción en el mundo de Dios y como pueblo de Dios tenemos que estar a una con el Espíritu que anima a ambos.
La voz de alabanza. Canto y alabanza, acción de gracias (alabanza, “dar gracias”), música instrumental y ruidosas aclamaciones (hacedlo bien, “con fuerte aclamación”): todos contribuyen a la respuesta hermosa, adecuada al Señor por parte de quienes (son justificados por Cristo) (justos) son de corazón recto ante él en sus vidas. Cántico nuevo, no tanto un canto novedoso como de nueva frescura, motivado por la renovada percepción de quién y qué es él. La auténtica alabanza requiere este sentido renovado de Dios, tanto como necesita el fervor del gozo y la habilidad del buen músico.
Porque explica el llamado anterior a alabar: (i) el carácter de la palabra del Señor, del Señor y de la tierra (4, 5); (ii) la obra del Señor en la creación (6, 7); (iii) la reverencia que el Creador merece (8, 9); (iv) la soberanía del Señor, anulando (10) y ordenando (11). Las dos estrofas de esta sección (4–7, 8–11) se unen en el tema de la suprema facilidad con la cual el Creador domina la creación física y la personal. El es el dueño de las aguas (7) y los pueblos (10); las aguas hacen lo que él ordena; los pueblos están a su merced. 4, 5 Antes que podamos entender el mundo que nos rodea tenemos que conocer a su Creador a través de Cristo. Su palabra (el instrumento de la creación, 6) es recta,  en su expresión e intención, perfecta en su valor moral e impecable en su verdad. Con verdad.  Se nos asegura, que el Creador es fiel a su propio carácter y fiel al bienestar de su creación. Misericordia que no falla.
Dios en la elección. Dentro de su creación, el Creador escogió a un pueblo para ser su posesión (12) y, al poner a todos los vivientes sobre la tierra bajo su vigilancia (13–15), nota lo inútil de las providencias mundanas para tener seguridad (16, 17): ni posición (rey), ni poder (ejército), ni valentía, (fuerza), ni equipo (caballo) pueden librar. Pero comparada con esta pompa del Estado, las fuerzas armadas y los materiales de guerra, ¡cuán sencilla es la protección que él da a los suyos! Su ojo y su misericordia (18), son suficientes para vencer las amenazas eternas (muerte) y temporales (hambre) y es superior a ellas (19).
El es nuestra ayuda y nuestro escudo (20);  gozo y confianza. El corazón gozoso es el producto de haber confiado, confianza que descansa sobre lo que el Señor ha revelado de sí (nombre) y sobre su carácter (santo), por lo que nunca puede negarse a sí mismo.
La misericordia es intrínseca a todo lo que él hace (5) y la porción específica de su pueblo elegido (18). Orar que esta misericordia sea sobre nosotros abarca todas nuestras necesidades en una sola petición.


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Pbro. Gilberto Flores Elizondo
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lunes, 8 de octubre de 2012

Acción de gracias por el perdón recibido


Devocional # 38      8 de octubre 2012


Acción de gracias por el perdón recibido

Salmo 32
1  Dichoso aquél cuyo pecado es perdonado, y cuya maldad queda absuelta. 2 Dichoso aquel a quien el Señor ya no acusa de impiedad, y en el que no hay engaño. 3 Mientras callé, mis huesos envejecieron,  pues todo el día me quejaba.  4 De día y de noche me hiciste padecer; mi lozanía se volvió aridez de verano. 5 Te confesé mi pecado; no oculté mi maldad. Me dije: «Confesaré al Señor mi rebeldía», y tú perdonaste la maldad de mi pecado. 6 Por eso, todos tus fieles orarán a ti mientras puedas ser hallado. Aunque sufran una gran inundación, las aguas no los alcanzarán. 7 ¡Tú eres mi refugio! ¡Tú me libras de la angustia! ¡Tú me rodeas con cánticos de libertad! 8 «Yo te voy a hacer que entiendas. Voy a enseñarte el camino que debes seguir, y no voy a quitarte los ojos de encima. 9 No seas como los caballos ni como las mulas, que no quieren obedecer, y que hay que sujetarlos con la brida y el freno, pues de lo contrario no se acercan a su amo.» 10 Al malvado le esperan muchas aflicciones, pero la misericordia del Señor acompaña a todos los que confían en él. 11 Ustedes, los hombres justos, ¡alégrense y regocíjense en el Señor! Y ustedes, los de recto corazón, ¡canten todos llenos de alegría!

El Salmo se considera realmente un himno de acción de gracias por el perdón ya recibido; además incluye instrucción al estilo sapiencial (vv. 1, 2, 9, 10).

Este era el salmo favorito de Agustín, y Lutero lo llamaba un salmo paulino. Ciertamente el gozo verdadero es estar en comunión con Dios. No hay nada más terrible que tener a Dios como enemigo, pero casi todo el mundo prefiere no pensar en el juicio de Dios. Así viven en un letargo fatal. No reconocen que Dios les ama y que su primer acto de mostrar amor es proveerles el perdón de sus pecados, si se humillan y se entregan a Él.

El salmista usa tres palabras para pecado en estos dos versículos: transgresión (pesha), “rebelión”; pecado (jata?), “errar el blanco”; e iniquidad (von) “maldad”, “culpa”. Las usa como sinónimos, lo que es típico del paralelismo en la poesía hebrea, pero a la vez cada uno agrega un aspecto distinto para cubrir todo lo que es pecado.

Como el párrafo da tres palabras para el pecado, también da tres explicaciones del perdón: perdonado, cubierto y no atribuye iniquidad. El ser humano no debe intentar cubrir su pecado, pero Dios sí lo puede cubrir con la sangre de su sacrificio expiatorio. Esta verdad, con el hecho de no atribuir iniquidad presenta la misma verdad que Pablo explica como la justificación (Rom_4:6-8; también 2Co_5:19).

Según el NT el que cree en Cristo Jesús es justificado por la fe, es decir, ya Dios no le atribuye iniquidad, lo declara justificado, sin culpa delante de él.

El párrafo predica un doble mensaje: una advertencia a los que no reconocen su necesidad de perdón, y un consuelo y base de confianza al que ha recibido el perdón de Dios. Así la frase en cuyo espíritu no hay engaño también tiene doble aplicación, pues, para el primero, debe saber que no puede engañar a Dios, tiene que ser sincero; el arrepentimiento no puede ser a medias. Y para el segundo, el secreto de la transparencia en la vida es saber que está perdonado y que Dios no le atribuye iniquidad. Todo creyente en Jesucristo debe saber esto.

Estos dos versículos muestran la lucha interna que sufre cualquier ser humano que ha pecado, sea creyente o no. Pero aquí es claro que el salmista había conocido la comunión con Dios, pero aquella dulce comunión había sido rota por algún pecado. Por cierto el no creyente a menudo es insensible a su condición perdida y no siente tanto la falta de comunión con Dios.

Mientras callé (v. 3). Callarse cuando uno debe confesar puede ser engaño (v. 2). No vale la pena postergar la confesión y el arrepentimiento. El pecado es como una serpiente; cuando uno la cubre la mantiene caliente para que pueda picar y herir más fuerte, inyectando más veneno de maldad. Un creyente que ha conocido la paz y la comunión con Dios siempre estará triste e inquieto cuando está rota esta comunión, pues el Espíritu Santo que mora adentro estará redarguyéndole.

Que el Espíritu Santo nos redarguya a hacer lo correcto delante de Cristo que es el que vino a cubrir con la sangre de su sacrificio expiatorio nuestro pecado y declararnos justos delante de Él.

Bendito sea el por los siglos ¡Amén!


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Pbro. Gilberto Flores Elizondo
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jueves, 27 de septiembre de 2012

CONFIANZA EN SITUACIÓN DE ANGUSTIA


Devocional # 37      27 de septiembre 2012

Salmos 31
CONFIANZA EN SITUACIÓN DE ANGUSTIA

1 Señor, yo confío en ti; no permitas nunca que sea yo avergonzado. ¡Ponme a salvo, pues tú eres justo! 2 ¡Inclínate a escucharme! ¡Ven pronto en mi ayuda! ¡Sé tú mi roca fuerte, la fortaleza que me salve!
3 Ciertamente, tú eres mi roca y mi castillo; guíame; encamíname por causa de tu nombre. 4 Sácame de la red que me han tendido, pues tú eres mi refugio. 5 En tus manos encomiendo mi espíritu; ¡ponme a salvo, Señor, Dios de la verdad! 6 Señor, yo confío en ti, pero odio a los que adoran ídolos huecos. 7 Yo me lleno de alegría por tu misericordia, pues tú has tomado en cuenta mi aflicción y conoces las angustias de mi alma. 8 No me has puesto en manos de mi adversario; más bien, me has plantado en lugares amplios. 9 Ten misericordia de mí, Señor, porque estoy muy angustiado. Mis ojos se consumen de tristeza, lo mismo que mi alma y todo mi ser. 10 Mi vida se va consumiendo de dolor; mis años transcurren en medio de suspiros. La maldad acaba con mis fuerzas, y hasta mis huesos se van debilitando.
11 Todos mis enemigos se burlan de mí, y más aún mis vecinos; ¡soy el hazmerreír de mis conocidos! Los que me ven en la calle, huyen de mí. 12 Me han olvidado, como a los muertos; hasta parezco una vasija hecha pedazos. 13 Puedo oír cómo muchos me calumnian: «¡Hay terror por todas partes!», y mientras tanto, todos conspiran contra mí y hacen planes para matarme. ¡Sólo piensan quitarme la vida! 14 Señor, yo confío en ti, y declaro que tú eres mi Dios. 15 Mi vida está en tus manos; ¡líbrame de mis enemigos y perseguidores! 16 ¡Haz brillar tu rostro sobre este siervo tuyo! ¡Sálvame, por tu misericordia!
17 Señor, no permitas que sea yo avergonzado, porque a ti te he invocado. ¡Que sean avergonzados los impíos! ¡Qué enmudezcan en el sepulcro! 18 ¡Que sean silenciados los labios mentirosos, esos que hablan mal del hombre honrado y lo tratan con soberbia y desprecio! 19 ¡Cuán grande es tu bondad, la cual reservas para los que en ti confían! ¡Delante de todos la manifiestas a los que en ti buscan refugio!
20 En lo más recóndito de tu presencia los pones a salvo de la maldad humana; les das refugio en tu tabernáculo; ¡los pones a salvo de las malas lenguas! 21 ¡Bendito seas, Señor! ¡Grande ha sido tu misericordia por mí! ¡Me pusiste en una ciudad fortificada! 22 En mi angustia llegué a pensar que me habías apartado de tu vista, pero tú escuchaste mi voz suplicante en el momento en que a ti clamé.
23 Ustedes, fieles del Señor, ¡ámenlo! El Señor cuida de quienes le son fieles, pero a los que actúan guiados por la soberbia les da el castigo que merecen. 24 Ustedes, los que esperan en el Señor, ¡esfuércense, y cobren ánimo!


Este Salmo es una petición personal expresando la confianza del salmista en el Señor en cuya salvación él espera. El clamor del salmista es desesperado. Hombres idólatras (vers. 6) le han llevado a las puertas de la muerte (vers. 9, 10).

La conspiración es tan poderosa que algunos de sus amigos le abandonan (vers. 11). Es como un vaso roto (vers. 12) y en su aflicción le ha invadido la desesperación pensando que Dios se ha olvidado de él (vers. 22). Sin embargo, se vuelve a Dios ofreciendo una de las oraciones más poderosas y personales que encontramos en el salterio.

El Salmo tiene tres estrofas: 1) Comienza con una expresión inicial de confianza (vers. 1-8); 2) continúa con un lamento (vers. 9-18); 3) concluye con un himno de alabanza a Dios quien ha escuchado el clamor de ayuda (vers. 19-24). La nota de confianza personal es aparente en cada estrofa. La primera estrofa consiste de confianza (vers. 1-4) y gozo (vers. 5-8). En el centro de la estrofa el autor confiesa su seguridad al orar en tu mano encomiendo mi espíritu (vers. 5).

La segunda estrofa consiste de una descripción de la situación (vers. 9-13), un verso central expresando confianza en el Señor (vers. 14) y una petición de ayuda (vers. 15-18).

La tercera estrofa consiste de ciertos elementos himnológicos (vers. 19-21), una conclusión al lamento personal del Salmo (vers. 22) y un apéndice llamando a los fieles a resistir con valentía las pruebas (vers. 23, 24).

El Salmo tipifica proféticamente la pasión de Cristo: rodeado de una poderosa y malvada conspiración (Sal 22:7-8, 12-18), sus amigos esparcidos (cp. Mr. 14:27) y al borde de la muerte, El exclamó En tus manos encomiendo mi espíritu (vers. 5, Lc 23:46).


Qué mejor enseñanza para nosotros; Encomendar nuestra vida al Señor en cada momento de nuestra vida.


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viernes, 14 de septiembre de 2012

Acción de gracias por haber sido librado de la muerte


Devocional # 36      14 de septiembre 2012

Salmos 30
Acción de gracias por haber sido librado de la muerte
1 Te alabo, Señor, porque me has salvado; porque no dejaste que mis enemigos  se burlaran de mí. 2 Mi Señor y Dios, te pedí ayuda, y tú me sanaste; 3 tú, Señor, me devolviste la vida; ¡me libraste de caer en el sepulcro! 4 Ustedes, pueblo fiel del Señor, ¡canten salmos y alaben su santo nombre! 5 Su enojo dura sólo un momento, pero su bondad dura toda la vida. Tal vez lloremos durante la noche, pero en la mañana saltaremos de alegría. 6 En mi prosperidad llegué a pensar que nunca conocería la derrota. 7 Y es que tú, Señor, con tu bondad, me mantenías firme como un baluarte. Pero me diste la espalda, y quedé aterrado. 8 A ti, Señor, seguiré clamando, y jamás dejaré de suplicarte. 9 ¿Qué ganas con que yo muera, con que baje yo al sepulcro? ¿Acaso el polvo podrá alabarte? ¿Acaso el polvo proclamará tu verdad? 10 ¡Escúchame, Señor, y tenme compasión! ¡Nunca dejes, Señor, de ayudarme! 11 Tú cambias mis lágrimas en danza; me quitas la tristeza y me rodeas de alegría, 12 para que cante salmos a tu gloria. Señor, mi Dios: ¡no puedo quedarme callado! siempre te daré gracias!

El Salmo 30 Es un himno público de gratitud, alabando a Dios por ser librado de la muerte. El rey David fue librado de una situación que amenazaba su vida como resultado de una actitud de no depender de Dios (vers. 6). Conforme al título en hebreo, el Salmo se cantó en la dedicación del templo.  

El Salmo hace referencia a la gran plaga que afligió a la nación por razón del pecado de David al hacer el censo del pueblo (1 Cr 21:1-22:1). En esa ocasión el corazón del rey se enorgulleció y en su prosperidad él confió en el poderío de su ejército (1 Cr 21:1-7). Dios entonces envió una horrible plaga (1 Cr 21:8-17). Las siguientes alusiones parecen apropiadas a este respecto: su prosperidad material la ve como el pecado de soberbia y lo lleva a no depender de Dios (vers. 6), y la consecuencia es ser afligido por el Señor (vers. 7), se siente llegar hasta la muerte y suplica a Dios en oración por salvación (vers. 2, 8-10).

8–12 Peligro mortal: Oración contestada y alabanza como respuesta. Invocaré … suplicaré son los verbos de presente de indicativo, “seguí invocando … seguí suplicando”; misericordia: “gracia” (también 10). Dado que David sentía que moría fuera del favor de Dios (9, cf. 5, 7) no tenía esperanza de eternidad (cf. 73:24). Pero la única manera de ser salvado en esas condiciones es correr hacia Dios y orar pidiendo gracia que se expresará en alabanza y transformación (11), gozo interior y un verdadero sentido de una relación permanente con Dios (Dios mío … para siempre) (12).

Este salmo fue escrito por David para ser usado en la dedicación del templo para el cual se preparó (1 Cr 22:2-26:32), planificó (1 Cr 28) y proveyó materiales (1 Cr 29:1-20), pero que su hijo Salomón construyó (1 R 8:63).

David invocó, siguió invocando la Gracia de Dios, la Gracia perfecta de Dios es Cristo, al cual debemos correr en busca de socorro.



Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia Nacional Presbiteriana
tel: (81) 8352 6165

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martes, 4 de septiembre de 2012

Gloria al Señor por su poder


Devocional # 35      4 de septiembre 2012


Salmos 29
Gloria al Señor por su poder
1 ¡Rindan al Señor, seres celestiales; rindan al Señor la gloria y el poder! 2 ¡Ríndanle la gloria digna de su nombre! ¡Adoren al Señor en su santuario hermoso! 3 La voz del Señor resuena sobre las aguas. El Dios de la gloria hace oír su voz. El Señor está sobre las muchas aguas. 4 La voz del Señor es potente. La voz del Señor es majestuosa. 5 La voz del Señor desgaja los cedros; ¡el Señor desgaja los cedros del Líbano! 6 ¡Su voz hace que los montes Líbano y Sirión salten como becerros, como búfalos pequeños! 7 La voz del Señor lanza llamas de fuego. 8 La voz del Señor hace temblar al desierto; el Señor hace temblar al desierto de Cades. 9 La voz del Señor desgaja las encinas y deja los árboles sin hojas, mientras en su templo todos proclaman su gloria. 10 El Señor es el rey eterno; ¡él ocupa su trono sobre las aguas! 11 El Señor infunde poder a su pueblo y lo bendice con la paz.

1. Llamado a la adoración, vv. 1, 2

Rindan al Señor... ...Ríndanle la gloria digna de su nombre. No damos a otro la gloria. En aquel entonces la tentación era dar crédito a Baal y participar en los ritos paganos de los vecinos cananeos; hoy día la tentación es dar honor a la tecnología y a los logros del hombre, dar la gloria a nosotros mismos en lugar de a Dios. Hemos de darle toda la gloria digna de su nombre.


Podemos ver un doble contexto del himno, en todo lo que ve el salmista David del porqué dar la gloria a Dios. Algunos lo llaman “el salmo de siete truenos” porque “voz de Jehová” aparece siete veces y se refiere al trueno en una tormenta. El salmista fue motivado por una gran tormenta que llegó del Mediterráneo (v. 3), pasó a las montañas del Líbano (v. 6) y luego a lugares más desérticos al este o al sur (v. 8).

Pero en esta época posmoderna tendemos a dar culto y gloria al hombre “exitoso” en los diferentes campos, tecnología, intelecto, incluso en lo espiritual y decimos como los corintios yo soy de Pablo o yo soy de... (Algún personaje moderno) 1 Corintios 1: 12.

Este poder que nos muestra el salmista es el porqué de rendirle la gloria y ese mismo poder es el que nos dice el Apóstol Pablo que Dios usó primero para decir que se haga la luz y ese mismo poder lo usó para que brillara Cristo en nuestras vidas.

2 Corintios 4: 6 Porque Dios, que mandó que de las tinieblas surgiera la luz,  es quien brilló en nuestros corazones para que se revelara el conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo.

Romanos 11: 33 ¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán incomprensibles son sus juicios, e inescrutables sus caminos! 34 Porque ¿quién ha entendido la mente del Señor? ¿O quién ha sido su consejero? 35 ¿O quién le dio a él primero, para que él tenga que devolverlo? 36 Ciertamente, todas las cosas son de él, y por él, y para él. ¡A él sea la gloria por siempre! Amén.



Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia Nacional Presbiteriana
tel: (81) 8352 6165

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