Devocional # 41 14 noviembre
2012
Plegaria en que se pide ser librado de los enemigos
Salmo 35 de David.
1 Señor,
defiéndeme de mis oponentes; combate a los que me atacan. 2 Echa
mano del escudo y del pavés, y ven pronto en mi ayuda. 3 Toma
una lanza y ataca a mis perseguidores, y dile a mi alma: «Yo soy tu salvación.»
4 ¡Haz que queden confundidos y en vergüenza los que quieren
matarme! ¡Qué retrocedan y queden confundidos los que buscan mi mal! 5 ¡Que
sean como el tamo que arrebata el viento!
¡Que el
ángel del Señor los acose! 6 ¡Que sea su camino oscuro y
peligroso! ¡Que el ángel del Señor los persiga! 7 Sin
motivo, ellos me tendieron una trampa; sin motivo, cavaron un hoyo para mí.
8 ¡Que
sean quebrantados de repente, y caigan en la trampa que antes me tendieron!
¡Que caigan en ella, para su desgracia! 9 Entonces
yo me alegraré en el Señor; ¡me regocijaré en su salvación!
10 Todos
mis huesos exclamarán: «Señor, ¿quién puede compararse a ti? ¡Tú libras de los
fuertes a los débiles! ¡Tú libras de sus opresores a los menesterosos!» 11 Unos
testigos violentos se levantan
y me
interrogan acerca de cosas que yo ignoro. 12 Me
pagan mal el bien que les hice, y eso me duele en el alma. 13 Si
estaban enfermos, yo me preocupaba; ayunaba y me vestía de cilicio.
¡Quisiera
que mis oraciones volvieran a mí! 14 Yo
manifestaba mi tristeza por ellos vistiéndome de luto, como por un hermano;
¡como si hubiera muerto mi propia madre! 15 Pero
caí, y ellos se juntaron contra mí; se juntó contra mí gente despreciable,
gente que yo no conocía, y me maltrataron sin descanso. 16 ¡Como
auténticos truhanes y malvivientes, rechinaban los dientes contra mí! 17 Señor,
¿cuánto más seguirás viendo esto? ¡Salva mi vida de las garras de estos leones!
¡Es la única vida que tengo! 18 Yo
hablaré de ti en medio de la multitud; ¡te alabaré delante de todo el pueblo! 19 ¡No
dejes que se burlen de mí los que sin causa me ven como enemigo, ni tampoco los
que me odian sin motivo, esos que se hacen señas con los ojos! 20 Son
gente que no busca la paz, sino que urden planes engañosos en contra de gente
inocente. 21 Se carcajean al hablar de mí, y exclaman: « ¡Ja, ja! ¡Miren lo
que hemos llegado a ver!» 22 Pero tú, Señor, eres testigo;
¡no te quedes callado, ni te alejes de mí! 23 ¡Señor,
levántate a defenderme! ¡Dios mío, levántate y hazme justicia! 24 Señor y
Dios, ¡júzgame según tu justicia, para que nadie se burle de mí! 25 Que
nadie piense en su corazón: «¡Se cumplió nuestro deseo de verlo derrotado!» 26 Que la
vergüenza y la confusión sean para los que buscan mi mal. Que se queden
avergonzados y confundidos los que se engrandecen contra mí. 27 Pero
que canten y se alegren los que están a mi favor. Que digan siempre: «¡Grande
es el Señor, pues se deleita en el bienestar de su siervo!» 28 Con mi
lengua proclamaré tu justicia, y a todas horas te alabaré.
Un inocente ante las
acusaciones y ataques de enemigos que antes eran sus amigos clama a Dios
pidiendo justicia. Algunos ven su origen en la persecución de David por Saúl
(ven el Salmo como una expansión de 1Sa_24:15);
otros en la rebelión de Absalón.
Ciertamente es apto para
uno que sufre calumnias y ataques injustos en cualquier época.
y dile
a mi alma
… (v. 3). El salmista afirma su fe; a la vez pide que Dios la afirme
más. La fe siempre tiene que crecer; las crisis y las pruebas presentan la
necesidad y la oportunidad para tal crecimiento.
¡Haz
que queden confundidos vv. 4-8 Esta estrofa es una imprecación, donde el
salmista pide que Dios envíe castigo sobre sus enemigos. El creyente del Nuevo
Pacto pregunta: “¿Cómo hemos de entender estas oraciones imprecatorias?” Vemos
que el salmista da por sentado que estos son enemigos de Dios. El mismo no toma
venganza sino pide que Dios haga justicia. Igualmente, ahora, no debemos desear
mal a otras personas. No debemos ver conjuros mágicos aquí, como algunos
suponen; más bien el salmista se pone al lado de Dios y pide que Dios haga
justicia contra los que hacen mal. No debemos usar estas oraciones contra
personas (enemigos personales);
Jesús enseñó que debemos
amar a nuestros enemigos (aun el AT lo enseña: Exodo_23:4-9;
salmo_25:21-22). Pero sí podemos
usarlas contra el diablo y los poderes malignos. Este lenguaje militante viene
a ser lenguaje de batalla espiritual en el NT. Calvino dijo: “A la vez este
pasaje puede explicarse tanto de los demonios como de los santos ángeles,
quienes están listos a ejecutar los deseos divinos.”
Entonces
yo me alegraré en el Señor... vv. 9, 10 El salmista es celoso de
la honra de Dios; por lo tanto, se goza cuando caen sus enemigos. El creyente
no se goza cuando algo malo sucede a otros; pero sí, se goza cuando es evidente
que las fuerzas del mal son juzgadas y derrotadas.
Señor,
¿cuánto más seguirás viendo esto? vv. 17-21 A menudo no entendemos
los tiempos que Dios usa; En el v. 18, promete alabar a Dios. Ya está viendo la
salvación.
Cuando le va mal al
cristiano, otros se alegran. Me aborrecen sin causa (v. 19) fue citado
por Jesús (Juan_15:25).
Todo este salmo es
imprecatorio y usa muchos imperativos. Pide que Dios actúe ahora. Si los salmos
son modelos para nuestra oración, ¿cómo hemos de usar estas oraciones
imprecatorias? Podemos pedir a Dios la derrota de los poderes malignos que
tienen atrapados a tantos millones. Puesto que Dios es justo, es correcto pedir
y esperar que él haga justicia.
Mateo 5: 44 Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, bendigan a
los que los maldicen, hagan bien a los que los odian, y oren por quienes los
persiguen,
Efesios 6: 12 La batalla que libramos no es contra gente de
carne y hueso, sino contra principados y potestades, contra los que gobiernan
las tinieblas de este mundo, ¡contra huestes espirituales de maldad en las
regiones celestes!
Estos pasajes debemos tener
en cuenta para nuestras oraciones: amar y pedir por nuestros prójimo o enemigo
con la esperanza de que la luz de Cristo llegue a él y pedir a Dios por la
derrota del poder maligno en le gente que nos rodea para que Dios haga
justicia.
Bendiciones
Pbro.
Gilberto Flores Elizondo
Pastor
de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia
Nacional Presbiteriana
tel:
(81) 8352 6165
o
web
site: www.inpcaminoverdadyvida.org
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