Devocional #
29 23 de julio 2012
Salmos
23
El Señor es mi pastor
1 El
Señor es mi pastor; nada me falta. 2 En campos de verdes
pastos me hace descansar; me lleva a arroyos de aguas tranquilas. 3 Me
infunde nuevas fuerzas y me guía por el camino correcto, para hacer honor a su
nombre. 4 Aunque
deba yo pasar por el valle más sombrío, no temo sufrir daño alguno, porque tú
estás conmigo; con tu vara de pastor me infundes nuevo aliento. 5 Me preparas un banquete a la vista de mis adversarios;
derramas perfume sobre mi cabeza y me colmas de bendiciones. 6 Sé que tu bondad y tu misericordia me acompañarán
todos los días de mi vida, y que en tu casa, oh Señor, viviré por largos días.
Este es un Salmo al
que todos hemos acudido, ya sea por fortaleza, ya sea por tristeza, o
simplemente como un recordatorio de lo nuestro Dios es:
El testimonio
dividido en tres, nada me faltará (1), no temeré mal alguno (4) y
moraré (6) encuadra al Salmo, dividiéndolo en tres partes: La oveja y el
Pastor (1–3), el viajero y su compañero (4) y el invitado y el anfitrión (5,
6), enseñando respectivamente la providencia de Dios, asignando las
experiencias de la vida, su protección en el camino de la vida y su provisión
ahora y siempre.
1–3 Estos versículos enfocan una experiencia
de abundancia (prados de tiernos pastos), paz (aguas, lit. “de
todo tipo de descanso”) y renovación (confortará mi alma, ver 19:7).
La frase mi pastor da una aplicación
muy personal del Salmo. Dios cuida y dirige con amor a cada una de sus
“ovejas”. Así cada persona puede confiar en él.
Nada me faltará es consecuencia de
la primera línea. Porque Dios es mi pastor no tengo que temer, pues él
siempre proveerá lo necesario. Hemos de confiar y descansar en él
completamente. El NT enseña que él quiere que pidamos lo que necesitamos cada
día.
El principio detrás de nuestras
experiencias es que Él escoge sendas de justicia para nosotros, sendas
que “él aprueba”, o tienen sentido para él. En esto actúa por amor de su
nombre, de acuerdo con su carácter.
El Salmo nos hace recordar los actos de
Dios en el pasado y nos señala hacia Jesucristo que es nuestro buen pastor. Juan 10:11 Yo
soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.
Tenemos a este Gran Pastor de las ovejas, a
quien podemos acudir en cualquier circunstancia, ¿qué esperas para acudir a Él?
Bendiciones
Pbro.
Gilberto Flores Elizondo
Pastor
de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia
Nacional Presbiteriana
tel:
(81) 8352 6165
o
web
site: www.inpcaminoverdadyvida.org
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