lunes, 23 de abril de 2012

“Más yo en la misericordia de Dios he confiado”


Más yo en la misericordia  de Dios he confiado

Salmo 13:1  ¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre?  ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí? 2  ¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma,  Con tristezas en mi corazón cada día?  ¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí? 3  Mira, respóndeme, oh Jehová Dios mío;  Alumbra mis ojos, para que no duerma de muerte; 4  Para que no diga mi enemigo: Lo vencí.  Mis enemigos se alegrarían, si yo resbalara. 5  Mas yo en tu misericordia he confiado;  Mi corazón se alegrará en tu salvación. 6  Cantaré a Jehová, Porque me ha hecho bien.


Este salmo es una típica súplica individual en que el salmista empieza con un clamor a Dios después pide la intervención de Dios y termina con la expresión de confianza.

¿Hasta cuándo? se repite cuatro veces. Indica la impaciencia humana frente al silencio de Dios. Cuando el creyente sufre y parece que Dios no oye sus oraciones, empieza a dudar, la angustia se apodera de él. Ya no siente la comunión con Dios como antes.

Toda esta mezcla de angustia, sufrimiento y duda causa conflicto en mi alma (v. 2).

Según Calvino, cuando la angustia se apodera de los corazones de los hombres sus víctimas miserables están agitadas violentamente por dentro, y encuentran más tolerable atormentarse a sí mismos sin obtener alivio, que soportar sus aflicciones con mente serena y tranquila.

Lutero decía que la esperanza misma desespera y la desesperación empieza a esperar. A menudo, el mismo creyente, en su angustia, busca respuesta por otros caminos.

A pesar de la debilidad de la carne, el salmista busca ayuda en Dios. ¡Mira; respóndeme...! Jesús dijo: Pedid, y se os dará (Mateo_7:7).

Podemos ver la trayectoria de la fe del salmista:
Pasa por la prueba, la angustia y la duda, pero sigue confiando y ahora está seguro de que Dios le contestará. Su fe tiene una buena base, no en sí misma sino que la base es la misericordia de Dios. Se basa en lo que Dios es, en sus promesas, y en que el mismo salmista ha experimentado este amor de Dios. Ya que brota de nuevo esta confianza, se alegra su corazón; la verdadera alegría es tener la salvación de Dios y su obra en la vida a través de Cristo. La respuesta: Cantaré a Jehová. Nótese, es a Jehová; y la adoración se dirige a él porque es el único que la merece.

Texto clave de este salmo: Pero yo confío en tu misericordia; mi corazón se alegra en tu salvación.


Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia Nacional Presbiteriana
tel: (81) 8352 6165

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