viernes, 4 de junio de 2010

Acerquémonos a Dios

Santiago 4:8
Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros.

Para entender este pasaje debemos especificar que aquí el apóstol Santiago le escribe al pueblo cristiano y como creyentes en Cristo nos habla también:

Cuanto más nos acercamos a Dios, se muestra más benigno con nosotros. Cuando el hijo pródigo vuelve a la casa paterna, su padre sale al encuentro y lo abraza. Cuando la paloma
llega al arca, Noé extiende su mano y la introduce en ella.

Cuando la solícita esposa busca la compañía de su esposo, éste se acerca a ella con las alas del amor. Acerquémonos, querido amigo o hermano, al Señor que con tanta bondad nos espera y viene a nuestro encuentro.

¿Te has fijado alguna vez en el pasaje de Isaías 58:9? Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad.

Aquí podemos ver cómo el Señor se pone a la disposición de su pueblo, diciéndole: «Heme aquí». Como si dijera:
«¿Tienes que decirme algo? ¿Qué puedo yo hacer por ti? Estoy esperándote para bendecirte». ¿Por qué, pues, tardamos tanto en acercarnos a Él? Dios está muy cerca para perdonar, para bendecir, para consolar, ayudar, vivificar y dar la libertad.

Leamos todo este capítulo 58 de Isaías, para entender la relación de Dios con su pueblo y la relación que pide Dios de su pueblo.

Sea nuestra preocupación más importante acercarnos a Dios. Si esto hiciésemos. Si nos acercamos a los hombres, éstos se cansarán pronto y nos abandonarán; mas si sólo buscamos a Dios, Él jamás cambiará; antes al contrario, cada vez se acercará más a nosotros con la más amplia y gozosa comunión.

Bendiciones

No hay comentarios:

Publicar un comentario