miércoles, 20 de marzo de 2013

IRA DIVINA, Y SALVACIÓN DIVINA


Devocional # 53    20-Marzo-2013


Ira Divina,  y SALVACIÓN Divina

Salmo 38:                 Dice el dicho: Hasta que el pecado sepa amargo, Cristo será dulce, en este Salmo lo vemos cumplido

1 Señor, no me reprendas en tu enojo; ¡no me castigues en tu ira! 2 Tus flechas se han clavado en mí; ¡sobre mí has dejado caer tu mano! 3 Por causa de tu enojo, nada sano hay en mi cuerpo; por causa de mi maldad, no hay paz en mis huesos. 4 Mi pecado pesa sobre mi cabeza; ¡es una carga que ya no puedo soportar! 5 Por causa de mi locura, mis heridas supuran y apestan. 6 Estoy abrumado, totalmente abatido; ¡todo el tiempo ando afligido! 7 La espalda me arde sin cesar; ¡no hay nada sano en todo mi cuerpo! 8 Me siento débil y en gran manera agobiado; ¡mis quejas son las de un corazón atribulado! 9 Señor, tú conoces todos mis deseos; mis anhelos no te son ocultos. 10 Mi corazón se agita, me faltan fuerzas,
y hasta mis ojos se van apagando. 11 Mis mejores amigos se alejan de mis males; ¡hasta mis parientes se apartan de mí! 12 Hay quienes conspiran contra mi vida; buscan mi mal y tratan de arruinarme. ¡Todo el tiempo hacen planes contra mí! 13 Pero yo cierro los oídos, y no los oigo; finjo ser mudo y no abro la boca. 14 Soy como los que no oyen ni profieren ningún reproche. 15 Señor, yo confío en ti; ¡tú, Señor mi Dios, responderás por mí! 16 Tan sólo pido que no se alegren de mí; ¡que no se burlen de mí, si acaso caigo! 17 En realidad, estoy a punto de caer, y mi dolor no me abandona. 18 Por eso, voy a confesar mi maldad; pues me pesa haber pecado. 19 Mis enemigos están sanos y fuertes; aumentan los que me odian sin razón.  20 Los que me pagan mal por bien me atacan porque prefiero hacer lo bueno. 21 Señor, ¡no me abandones! Dios mío, ¡no te alejes de mí! 22 Señor, mi salvador, ¡ven pronto en mi ayuda!


El primer versículo y los dos últimos resumen el tema y la maravilla de este Salmo. Cuando el Señor está ofendido, y se avecinan su furor (furia explosiva) y su ira (enojo ardiente) (1) y sus flechas empiezan a volar (2), es al mismo Señor a quien apelamos pidiendo su presencia, su cercanía (21), su socorro y salvación (22). Sólo la aprobación del Señor puede salvarnos de su desaprobación. Si hubo alguna vez un Salmo diseñado para prevenirnos del pecado exponiendo sus consecuencias, es éste. El pecado ofende al Señor y pone una carga sobre el pecador, reemplaza el bienestar por heridas, induce la depresión, dolores físicos y agitación del corazón (1–8). Entristece y debilita, nos aísla de nuestros amigos e incita enemistad (9–12); nos deja sin excusa (13, 14). Pero no cierra la puerta a la oración ni nos excluye del arrepentimiento (15–18).

9-12 Aunque la oración no se pueda articular por la opresión del pecado cometido, hay un volverse al Señor. 9 Señor, “El Soberano”, El Señor “declara su poder soberano pero principalmente mostrando misericordia y compasión”.

21, 22 El nombre del Señor del pacto, el Dios personal  y el Señor soberano se juntan en esta apelación final. El Señor que se presentó en Egipto porque sabía del dolor y tristeza de su pueblo no ha cambiado: El Dios que se dejó conocer y tener una relación personal con cada uno de nosotros nunca será desleal a esa relación; el Dios soberano salvará.
1 Juan 1: 8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. 9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. 10 Si decimos que no hemos pecado, lo hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.
1 Juan 2: 1 Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no pequen. Si alguno ha pecado, tenemos un abogado ante el Padre, a Jesucristo el justo.



Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
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martes, 12 de marzo de 2013

La solución está en los secretos designios divinos sobre la humanidad


Devocional # 52    12-Marzo-2013
La solución está en los secretos designios divinos sobre la humanidad

Salmo 37      
Pongo el enlace del Salmo 37 para su lectura

1 No te impacientes a causa de los malignos ni tengas envidia de los malhechores, 2 porque como la hierba serán pronto cortados y como la hierba verde se secarán. 3 Confía en Jehová y haz el bien; habitarás en la tierra y te apacentarás de la verdad. 4 Deléitate asimismo en Jehová y él te concederá las peticiones de tu corazón. 5 Encomienda a Jehová tu camino, confía en él y él hará.


Este salmo es acróstico y trata sobre los secretos caminos de la Providencia de Dios en la vida de los hombres. Los justos despreciados no comprenden por qué prosperan los impíos en esta vida, mientras que ellos se consumen en la incomprensión y el ostracismo en la sociedad. Es el mismo problema planteado por el libro de Job. La solución está en los secretos designios divinos sobre la humanidad, pues aunque de momento parece que los impíos prosperan, en realidad, los justos serán los que al fin saldrán victoriosos y reconocidos en su virtud. El estilo se asemeja en parte a las reflexiones del libro de los Proverbios, — el salmista, se limita a poner una idea tras otra más o menos conexas entre sí, pero lógicas dentro del tema general del salmo: los justos al fin prosperarán, mientras que los impíos serán desenraizados de la tierra.

El tema principal se expresa en el v. 1; es una respuesta a la indignación de los justos por la prosperidad de los malos (cf. paralelos con los Salmos. 36, 49 y 73).

Hoy también es común la tentación de pensar que a Dios no le interesa lo que sucede en la vida cotidiana de uno, o que Dios no hace diferencia entre los justos y los impíos, pues estos a menudo prosperan más que los justos. La solución que da el salmista es confiar en la justicia de Dios, pues la prosperidad de los impíos es efímera; al fin Dios enderezará las cosas, hará justicia.

El Salmo es un desafío para mirar a Dios y la bendición de confiar y obedecer a él en vez de mirar la acción de los malvados y actuar acorde con ellos.

A veces el creyente es atraído por el aparente éxito de gente sin escrúpulos; otras veces sencillamente se enoja contra Dios o solamente dentro de sí mismo. La palabra te impacientes significa “calentarse” o “estar enojado”. El salmista exhorta al justo a no enojarse; no hace falta porque Dios hará justicia. Además, como dice Santiago 1:20: La ira del hombre no lleva a cabo la justicia de Dios.

Los vv. 3-7 dan el énfasis positivo; no hay que pensar tanto en las dificultades sino en Dios. Nótense los imperativos: confía, deléitate, encomienda, calla. El creyente debe ejercitar su fe, depositando y “arrollando” (encomienda, v. 5, es “arrolla”) echad toda su ansiedad sobre Dios, porque Él tiene cuidado de nosotros (1 Pedro 5:7). Tierra (v. 3) es la Tierra Prometida. Apaciéntate de la verdad (v. 3) puede tomarse como “seguir” o “interesarse en” la verdad, es decir, ser fiel; o puede hablar más de “vivir tranquilo” porque descansa en la fidelidad de Dios. El v. 3 indica, como lo hace toda la Biblia, que la fe y la obediencia van juntas.

Deléitate en Jehová (v. 4) es el secreto del contentamiento y madurez cristianos. Y ¡qué promesa! Si uno vive la primera parte, sus anhelos estarán acordes con la voluntad de Dios.

Y él hará (v. 5). Dios hará todo. Nos enseña cómo preservar nuestras mentes en tranquilidad en medio de ansiedades, peligros y ríos de problemas. “Arrollar” todo sobre él es la esencia de la fe. Los cristianos no somos fatalistas. La Biblia enseña que Dios actúa en respuesta a la oración con fe; cambia las cosas, las situaciones, las personas; no sólo al que ora.

Nos dice Jesús:
Juan 16:33  Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz.  En el mundo tendréis aflicción,  pero confiad,  yo he vencido al mundo. 




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Pbro. Gilberto Flores Elizondo
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jueves, 21 de febrero de 2013

La máxima gracia que nos ha dado Dios es: Que Jesús sea nuestro Buen Pastor


Devocional # 51    21 Febrero 2013
Algunos pensamientos me permitió ponerlos el Teólogo Reformado; Gaby Balan David Jiménez Cristhell Cordero

La máxima gracia que nos ha dado Dios es:
Que Jesús sea nuestro Buen Pastor
·          
Jehová es mi pastor

Salmo 23:1  Jehová es mi pastor; nada me faltará. 2  En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. 3  Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. 4  Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. 5  Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
6  Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días.

·          
·         Qué bueno es saber que tenemos un pastor que cuida y vela por nosotros con amor y que a pesar de la situación en la que nos encontremos llámese enfermedad, dificultad, problema, podemos aferrarnos a esa promesa que dice así “Jehová es mi pastor nada me faltará” Salmo 23 vs. 1 y es que nuestro Dios es tan bueno con nosotros que nos ha dejado esa promesa y que es una realidad pues aunque estemos ahora en una situación que es difícil podemos estar confiados en que nada nos va a faltar ¿por qué? Porque sabemos que el va a suplir para la necesidad que tengamos en estos momentos es decir que la situación crítica que vivimos hoy no será para siempre, es momentánea es algo que cambiara pues ahí está nuestro pastor para suplir lo que nos falte.

Este salmo nos llena de esperanza, nos anima y nos fortalece, “Confortará mi alma, me guiará por sendas de justicia por amor a su nombre”, no importa que estés en angustia, Él va a darle descanso a tu alma, va a darte esa paz y ese aliento, pues somos sus amadas ovejas.

“Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tu estarás conmigo”, Él siempre estará pendiente de nosotros, no importa lo peligroso de nuestro entorno Isaías 43:1   Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. 2  Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Qué mejor aliento y paz podemos tener, saber que nuestro Buen Pastor está con nosotros en la situación apremiante que estemos

“Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,  Y en la casa de Jehová moraré por largos días”.  Nunca nos dejará desamparados Sal 103:17  Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen,  Y su justicia sobre los hijos de los hijos;

Dice Jesús en Juan 10:11 y 14; Yo Soy el buen Pastor, el Buen Pastor su vida da por su ovejas, si dio su vida por sus ovejas (nosotros creyentes en Él), con mayor razón nos dará todo lo que nos falte y replico lo que dice Juan 1:14....Gracia sobre gracia....como las olas del mar, así es su gracia, una tras otra, no nos falta nada pues viene una Gracia tras otra como las olas del mar.



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Pbro. Gilberto Flores Elizondo
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jueves, 14 de febrero de 2013

Fortaleza en la Gracia que es en Cristo Jesús


Fortaleza en la Gracia que es en Cristo Jesús

Seguimos con el tema de la Gracia de Dios:

Veamos otro aspecto de la Gracia de Dios, La Fortaleza en la Gracia

2ª Timoteo 2: 1, 2. Tú, pues, hijo mío, fortalécete (o esfuérzate) en la gracia (que es) en Cristo Jesús; y las cosas que has oído de mí entre muchos testigos, estas cosas encomienda a hombres confiables, tales que sean capaces de enseñar también a otros.

El apóstol Pablo está entregando la estafeta a Timoteo, está entregando el legado del Evangelio para transmitirlo a su vez a otros, Pablo ya está según dice en 4: 6-8  listo; pues “...El tiempo de mi partida ha llegado”. Y está dando los últimos consejos a Timoteo; en vista de todo lo que se ha dicho en el capítulo 1—los ejemplos de fe y firmeza (Loida y Eunice, Pablo mismo, Onesíforo), el don del Espíritu Santo a Timoteo, la gran salvación que espera a quien persevera, el maravilloso llamamiento—que Timoteo se fortalezca en la Gracia don Cristo-céntrico. La fortaleza de Timoteo en la esfera de la gracia crecerá si transmite  el don que la gracia le concedió, a decir el Evangelio mismo. Esta exhortación está dada con un amor paternal “Tu pues, Hijo mío”.

Lo que el padre amoroso (Pablo), quiere del hijo amado (Timoteo)  es que se fortalezca y una forma segura de fortalecerse en la gracia es transmitir a otros las verdades que se han anidado en el corazón y que son guardadas como un Gran tesoro. Para esto, Timoteo debe actuar como maestro. Aun más, que produzca maestros. Timoteo necesita esta experiencia, y lo que es mucho más importante, la iglesia necesita maestros. El depósito que fue confiado a Timoteo debe ser depositado en manos de hombres dignos de confianza, contrastando con los hombres que abandonaron a Pablo, como Himeneo y Fileto.

Deben ser hombres que sean “aptos para enseñar” a otros, de modo que estos otros también, como su maestro, estén instruidos en la verdad redentora de Dios. Esta verdad redentora o evangelio de salvación, que Timoteo debe transmitir, aquí se describe como “las cosas que has oído de mí entre muchos testigos”.

Aquí en este pasaje el apóstol Pablo nos sigue hablando del tema de la Gracia, nos ha estado diciendo que la gracia nos fortalece en nuestras angustias, que la gracia basta para nuestras debilidades, en la tristeza y ahora nos dice también que nos fortalecemos al transmitir el mensaje del Evangelio de Jesucristo y que nos esforcemos en transmitirlo.

De Timoteo hasta nosotros este legado sigue vigente y el Señor Jesucristo nos sigue diciendo a través de Pablo, que nos fortalezcamos predicando Su Palabra a hombres y mujeres que sean aptos.

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Pbro. Gilberto Flores Elizondo
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jueves, 7 de febrero de 2013

Seguimos con: El orgullo de la autosuficiencia


Devocional # 49    7 Febrero 2013

En este tema de la gracia, algunos de estos pensamientos son tomados del libro La Gracia Transformadora de Jerry Bridges

Seguimos con: El orgullo de la autosuficiencia

Hemos sido creados para depender de Él de un forma sencilla, como un niño depende de sus padres, pero desde la caída hemos tenido la inclinación a rechazar esa dependencia y el Señor sabe de esta tendencia humana, por algo le dijo a Israel a través de Moisés: Deuteronomio 8: 17 No vayas a decir en tu corazón: “Mi poder y la fuerza de mi brazo me han hecho ganar estas riquezas.” 18 Más bien, acuérdate del Señor tu Dios, porque él es quien te da el poder de ganar esas riquezas, a fin de confirmar el pacto que hizo con tus padres, como en este día.

“Mi poder y la fuerza de mi brazo...” Esta actitud de autosuficiencia es muy nociva para nuestra relación con Dios; al contrario de lo que ha dicho Pablo en el pasaje que estamos analizando 2 Corintios 12: 9 ...Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Nosotros más bien tendemos a gloriarnos en nuestras fuerzas y ocultar nuestras debilidades, es donde el Señor permite en nosotros ya sea aguijones en la carne, crisis, decepciones que sufrimos por no lograr nuestras metas, traiciones, humillaciones, y en ciertos padecimientos físicos para llevarnos a aprender a depender de Él, y poder decir como el apóstol Pablo,...de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
Pablo no era un escritor en su torre de marfil escribiendo en su oficina con clima, sino que él escribió su propia y cruda experiencia que había experimentado en carne propia. Pablo había aprendido que la gracia de Dios era suficiente; que el poder de Dios a través del Espíritu Santo, lo sostendría en medio de los tormentos de su aguijón, en sus debilidades, en las afrentas, necesidades, persecuciones y angustias, Pablo experimentó una expresión muy concreta del amor de Dios al consolarlo y alentarlo a través del Espíritu Santo en medio de sus aflicciones. Por eso podía decir: Filipenses 4: 13 ¡todo lo puedo en Cristo que me fortalece!

Pablo no fue el primero de los escritores bíblicos que habló de la suficiencia de la gracia de Dios. Jeremías un profeta de Dios que sufrió grandes aflicciones y calamidades también pudo decir: Jeremías 3: 19 Tan amargo como la hiel es pensar en mi aflicción y mi tristeza, 20 y lo traigo a la memoria porque mi alma está del todo abatida; 21 pero en mi corazón recapacito, y eso me devuelve la esperanza. 22 Por la misericordia del Señor no hemos sido consumidos; ¡nunca su misericordia se ha agotado! 23 ¡Grande es su fidelidad, y cada mañana se renueva!. Jeremías ve la misericordia del Señor nueva cada día, pero el apóstol Juan en Juan 1: 16 nos dice Gracia sobre Gracia, llevándonos a imaginar que la gracia de Dios es como las olas del mar que viene una tras otra infinitamente, así el apóstol Juan nos lleva a pensar en la gracia de Dios en forma interminable a cada momento sobre nuestra vida. También Job, en medio de la desesperación y sufrimiento pudo decir: Job 23: 10 Pero Dios sabe por dónde ando; me pondrá a prueba, y saldré refinado como el oro.

Los testimonios del poder de Dios hecho perfecto en la debilidad humana no se agotan, a través del Canon Sagrado vemos los testimonios vividos por los escritores sagrados que a lo largo de los siglos han sido de consuelo y aliento para todos los llamados por Cristo y podemos decir como el salmista David:

Salmo 13:
1 ¿Hasta cuándo, Señor?
¿Hasta cuándo me ocultarás tu rostro?
¿Te olvidarás de mí para siempre?
2 ¿Hasta cuándo debo estar angustiado,
Y andar triste todo el día?
¿Hasta cuándo mi adversario me dominará?
3 Señor y Dios mío, mírame y respóndeme;
Ilumina mis ojos, y mantenme con vida.
4 Que no diga mi adversario que logró vencerme.
¡Se burlará de mí si acaso caigo!
5 Yo confío en tu misericordia;
Mi corazón se alegra en tu salvación.
6 Te cantaré salmos, Señor,
Porque tú siempre buscas mi bien.







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martes, 29 de enero de 2013

El orgullo de la autosuficiencia


Devocional # 48     29 Enero 2013

En este tema de la gracia, algunos de estos pensamientos son tomados del libro La Gracia Transformadora de Jerry Bridges

El orgullo de la autosuficiencia
2 Corintios 12:9
Y me ha dicho: «Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad.» Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.

Seguimos con el tema del aguijón en la carne del apóstol Pablo; Dios nunca le quitó el aguijón, a pesar de sus angustiosos ruegos, no vemos aquí que el apóstol hiciera declaraciones y menos hubo decretos creo que sabía que sería su palabra contra la Palabra de Dios debemos aprender de esto también, una pregunta que debe surgir en este momento es: ¿Porqué Dios no quitó el aguijón en la carne de Pablo a pesar de los ruegos del apóstol?.

Dios tenía un propósito al darle este aguijón: 1. El apóstol dice para que “no me ensoberbezca” creo que hay mucho de esto el día de hoy al ensoberbecernos y tratar de “forzar” a Dios por cualquier medio que haga algo que en Su soberanía no ha querido hacer. 2. Dios quería que Pablo “experimentara la suficiencia de Su gracia”, quería que aprendiera que la ayuda del Espíritu Santo era todo lo que necesitaba; quería que aprendiera a depender totalmente del Espíritu para su fortaleza.

La gracia es lo opuesto al orgullo de la autosuficiencia y al orgullo del legalismo para auto-santificarse. La humanidad fue creada para depender de Dios, tanto físicamente como espiritualmente, “porque en Él vivimos y nos movemos y somos” (Hechos 17:28), Jesús dijo: “porque separados de mi nada podéis hacer” (Juan 15:5), Dios quiso que nuestra dependencia de Él fuera total y permanente.

Desde el inicio mismo de la creación cuando satanás tentó a Eva alentándola a ser autónoma y autosuficiente; “la idea de independencia soberana fue muy seductora y tomó de la fruta y comió”, desde la misma caída, Dios se propone rescatar a sus hijos con la promesa del conocido proto-Evangelio; “Y pondré enemistad entre tú y la mujer, entre tu simiente y su simiente, y él te herirá en la cabeza, y tu le herirás en el calcañar”, Génesis 3:15, cumpliéndose desde el principio lo que dice el apóstol Pablo: “...pero donde el pecado abundó, sobreabundó la gracia” Romanos 5:20.

Desde que se produjo la caída, Dios se ha propuesto lograr que su pueblo reconozca su total dependencia de Él, y lo hace a veces llevándonos al límite de la aflicción humana, donde no nos queda sino solo volver a Él, hay un pasaje en el Antiguo Testamento donde podemos ver perfectamente este designio de Dios.  

Deuteronomio 8:
2 “Te acordarás de todo el camino en el desierto, por donde el Señor tu Dios te ha traído estos cuarenta años para afligirte y ponerte a prueba, y para saber lo que había en tu corazón, y si habrías de cumplir o no con sus mandamientos.
3 El Señor te afligió, y te hizo sentir hambre, pero te sustentó con maná, comida que ni tú ni tus padres habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vive el hombre, sino que vive de todo lo que sale de la boca del Señor.
4 En estos cuarenta años la ropa que llevabas puesta nunca se envejeció, ni se te han hinchado los pies”.


Moisés hizo memoria de la extrema necesidad de los israelitas para recordarles que solo necesitaban a Dios:

·         Dios los afligió.
·         Los hizo pasar hambre.
·         Los alimentó con comida que nunca antes habían visto.
·         Les enseñó que el hombre vive de la Palabra que sale de la boca de Dios. (dependencia totalmente de Dios).

Quizá en este momento nos está enseñando que debemos depender totalmente de Él, nos está enseñando que solo lo necesitamos a Él.

¿Te está diciendo el Señor en este momento, Bástate mi gracia?, no desechemos la enseñanza de nuestro Dios.

Jesús enfrentándose a satanás que lo tentaba, repitió este pasaje contra satanás; Mateo 4: 4 Jesús respondió: «Escrito está: “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”»


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martes, 22 de enero de 2013

La suficiencia de la Gracia


Devocional # 47     22 Enero 2013

En este tema de la gracia, algunos de estos pensamientos son sacados del libro La Gracia Transformadora de Jerry Bridges

La suficiencia de la Gracia

Siguiendo con el tema de la gracia:

2 Corintios 12:9
Y me ha dicho: «Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad.» Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.

La vida es difícil es una verdad clara que todo el mundo reconoce (aunque algunos prediquen lo contrario). Es cuestión de ver las noticias matutinas para darnos cuenta de esta realidad.
Vivimos en un mundo caído y bajo maldición, y ni siquiera los cristianos estamos a salvo de estas frustrantes y agobiantes circunstancias de la vida  resultante de esta maldición, sufrimos de todo tipo de enfermedades degenerativas, contagiosas, etc...

Me han llegado muchas solicitudes de oración y lo hago con gusto de familias que están tratando de salir adelante con sus hijos adolecentes y aun adultos que se encuentran viviendo diferentes etapas de rebeldía espiritual, o están batallando económicamente, o por algún tipo de enfermedad,  digo esto, para darnos cuenta que los cristianos no somos inmunes, y a menudo parece que padecemos más que los no cristianos que nos rodean.

Por casi dos mil años, miles y miles de creyentes han o hemos encontrado consuelo, estímulo y fortaleza para soportar sus aflicciones, en las palabras de Dios  al apóstol Pablo: «Bástate mi gracia» 2 Corintios 12:9.

Pablo no fue ajeno a las adversidades. Poco antes en la misma carta a los corintios, había hablado de tribulaciones, angustias, necesidades, azotes, cárceles, trabajos, desvelos, ayunos (6:4-5). Pero una aflicción en particular parecía causarle más dolor y angustia que todas las demás juntas y se refería a esa angustia como: «... me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee,» (12:7).

Quisiera ocuparme particularmente de esta categórica y divina declaración de 2 Corintios 12:9 “Bástate mi gracia”, porque nos conduce a otra dimensión de la gracia de Dios que pocas veces se considera o se de plano se le ignora. Lo más conocido es la definición de favor inmerecido de Dios para nosotros por medio de Jesucristo. En este versículo y en otros lo que el apóstol Pablo nos quiere decir: es la ayuda divina que nos es dada por Dios a través del Espíritu Santo que a fin de cuentas también es favor inmerecido de parte de Dios,  podemos ver otro pasaje con el mismo sentido que es muy conocido y tan mal interpretado; “Sé vivir humildemente y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.  Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” Filipense 4: 12-13.

Por cuestión de tiempo para que no sea largo este devocional (que terminaré la próxima semana), bástenos decir que el apóstol estaba declarando que por la fortaleza que Cristo le daba (a través del Espíritu Santo), podía soportar el hambre, la necesidad, y todos los padecimientos precisamente por la fortaleza de la gracia de Dios a través de Cristo que lo fortalecía que hemos estado viendo, no estaba convirtiéndose en una especie de súper-hombre.

Dios jamás permite el dolor sin un propósito en la vida de sus hijos. Él permite que satanás o las circunstancias, o alguna persona malintencionada nos cause sufrimiento y dolor, los utiliza (el Señor), para nuestro bien. Y el bien es conformarnos (o transformarnos) cada vez más a semejanza de su Hijo, nuestro único modelo. Lean  Romanos 8: 28-39; “Sabemos, además, que a los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien.....” Les dejo el link..   https://www.youversion.com/es-ES/bible/150/rom.8.rvr95

Confiemos en que Dios tiene todo bajo su control y cuando permite algo que para nosotros es doloroso,  es para nuestro bien y nuestro bien es ser transformados a la imagen de Cristo,  ese es el propósito principal de nuestro buen Dios.


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