Devocional # 52 12-Marzo-2013
La
solución está en los secretos designios divinos sobre la humanidad
Salmo
37
Pongo
el enlace del Salmo 37 para su lectura
1 No te impacientes a causa de
los malignos ni tengas envidia de los malhechores, 2 porque
como la hierba serán pronto cortados y como la hierba verde se secarán. 3 Confía
en Jehová y haz el bien; habitarás en la tierra y te apacentarás de la verdad. 4 Deléitate asimismo en Jehová
y él te concederá las peticiones de tu corazón. 5 Encomienda
a Jehová tu camino, confía en él y él hará.
Este
salmo es acróstico y trata sobre los secretos caminos de la Providencia de Dios
en la vida de los hombres. Los justos despreciados no comprenden por qué
prosperan los impíos en esta vida, mientras que ellos se consumen en la
incomprensión y el ostracismo en la sociedad. Es el mismo problema planteado
por el libro de Job. La solución está en los secretos designios divinos
sobre la humanidad, pues aunque de momento parece que los impíos prosperan,
en realidad, los justos serán los que al fin saldrán victoriosos y reconocidos
en su virtud. El estilo se asemeja en parte a las reflexiones del libro de
los Proverbios, — el salmista, se limita a poner una idea tras otra más o
menos conexas entre sí, pero lógicas dentro del tema general del salmo: los
justos al fin prosperarán, mientras que los impíos serán desenraizados de la
tierra.
El
tema principal se expresa en el v. 1; es una respuesta a la indignación de los
justos por la prosperidad de los malos (cf. paralelos con los Salmos.
36, 49 y 73).
Hoy
también es común la tentación de pensar que a Dios no le interesa lo que sucede
en la vida cotidiana de uno, o que Dios no hace diferencia entre los justos y
los impíos, pues estos a menudo prosperan más que los justos. La solución que
da el salmista es confiar en la justicia de Dios, pues la prosperidad de los
impíos es efímera; al fin Dios enderezará las cosas, hará justicia.
El
Salmo es un desafío para mirar a Dios y la bendición de confiar y obedecer a él
en vez de mirar la acción de los malvados y actuar acorde con ellos.
A
veces el creyente es atraído por el aparente éxito de gente sin escrúpulos;
otras veces sencillamente se enoja contra Dios o solamente dentro de sí mismo.
La palabra te impacientes significa “calentarse” o “estar enojado”. El
salmista exhorta al justo a no enojarse; no hace falta porque Dios hará
justicia. Además, como dice Santiago 1:20: La
ira del hombre no lleva a cabo la justicia de Dios.
Los
vv. 3-7 dan el énfasis positivo; no hay que pensar tanto en las
dificultades sino en Dios. Nótense los imperativos: confía, deléitate,
encomienda, calla. El creyente debe ejercitar su fe, depositando y
“arrollando” (encomienda, v. 5, es “arrolla”) echad toda su ansiedad
sobre Dios, porque Él tiene cuidado de nosotros (1
Pedro 5:7). Tierra (v. 3) es la Tierra Prometida. Apaciéntate
de la verdad (v. 3) puede tomarse como “seguir” o “interesarse en”
la verdad, es decir, ser fiel; o puede hablar más de “vivir tranquilo” porque
descansa en la fidelidad de Dios. El v. 3 indica, como lo hace toda
la Biblia, que la fe y la obediencia van juntas.
Deléitate
en Jehová (v. 4) es el secreto del
contentamiento y madurez cristianos. Y ¡qué promesa! Si uno vive la primera
parte, sus anhelos estarán acordes con la voluntad de Dios.
Y
él hará (v. 5). Dios hará todo. Nos
enseña cómo preservar nuestras mentes en tranquilidad en medio de ansiedades,
peligros y ríos de problemas. “Arrollar” todo sobre él es la esencia de la fe.
Los cristianos no somos fatalistas. La Biblia enseña que Dios actúa en
respuesta a la oración con fe; cambia las cosas, las situaciones, las personas;
no sólo al que ora.
Nos
dice Jesús:
Juan 16:33 Estas cosas os he
hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción,
pero confiad, yo he vencido al mundo.
Bendiciones
Pbro.
Gilberto Flores Elizondo
Pastor
de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia
Nacional Presbiteriana
tel:
(81) 8352 6165
o
web
site: www.inpcaminoverdadyvida.org
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