lunes, 26 de diciembre de 2011

Un Niño nos es nacido, Hijo nos es dado


Devocional # 74       26 diciembre 2011

Isaías 9:2  El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.
6  Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

Esta Luz a la que hace referencia el profeta Isaías, iba a llegar en medio de un contexto similar al nuestro; en medio de tinieblas, en tierra de sombra de muerte, tenemos miedo de salir, pues solo estamos pensando en la inseguridad, oímos de la muerte la cada día, etc..., pero en medio de este contexto en que vivimos al igual que en la época del profeta (750 años AC), hay una esperanza de Luz, como el horizonte se ilumina con el resplandor del sol que sale por el oriente deshaciendo toda oscuridad, así también hay esperanza, porque un Niño nos es nacido, Hijo nos es dado.

En esta frase un Niño nos es nacido, Hijo nos es dado, el profeta no está hablando en forma redundante, sino que inspirado por el Espíritu Santo escribe esto para aclararnos las 2 naturalezas de Jesús:

Como Jesucristo fue un niño en Su naturaleza humana, es nacido engendrado dentro del vientre de la virgen María por el Espíritu Santo. Nació  siendo un niño verdaderamente, como cualquier otro hombre que haya vivido sobre la faz de la tierra. Él es entonces en Su humanidad, un niño nacido. Pero como Jesucristo es el Hijo de Dios, no es nacido, sino dado, engendrado por Su Padre desde antes de la fundación del todo el universo, engendrado, no creado, de la misma naturaleza que el Padre.

Por tanto podemos decir que Jesucristo, como niño nos es nacido, pero como Hijo, no nos es nacido, sino dado. Él es una dádiva que se nos concede, "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha Dado a su Hijo unigénito (al mundo), para que todo aquel que en Él cree no se pierda sino que tenga Vida Eterna."

Como Hijo de Dios Él no nació si no fue enviado, fue dado, vino a nacer en forma humana. Podemos percibir que la distinción es muy sugerente y nos transmite la gran verdad de Jesús; que nació como Niño pero se nos dio como Hijo de Dios.

¿Ya has creído en este Hijo para llegue su Luz?, es la única esperanza que nos da la Palabra de Dios, ningún plan social, ninguna fuerza pública es la solución; sino el creer en este Niño hermoso que nos ha sido dado.

"Porque un Niño nos es nacido, Hijo nos es dado."


Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia Nacional Presbiteriana
tel: (81) 8352 6165

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lunes, 19 de diciembre de 2011

Reflexiones sobre la Navidad


Devocional # 73       19 diciembre 2011


Malaquías 4:5  »Estoy por enviarles al profeta Elías antes que llegue el día del Señor, día grande y terrible.
6  Él hará que los padres se reconcilien con sus hijos y los hijos con sus padres, y así no vendré a herir la tierra con destrucción total.» (NVI)

Lucas 1:68  «Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha venido a redimir  a su pueblo. (NVI)

Para estas fechas podemos hacer tres reflexiones;
La primer reflexión la podemos tomar del profeta Malaquías, profeta del Antiguo testamento que cierra las profecías (aunque el último fue Juan el Bautista), Malaquías es el último que profetiza sobre el advenimiento del Mesías, el profeta nos menciona la importancia de Elías (Juan el Bautista), y nos dice que es necesaria la venida de Elías para reconciliar y preparar el camino al Mesías, pues si Elías no viene, el Mesías vendría solamente a destruir totalmente la tierra junto con todo lo que vive en ella. Mal 4.6...así no vendré a herir la tierra con destrucción total.

La segunda reflexión la podemos tomar del mismo mensaje de Juan el Bautista, “Él hará que los padres se reconcilien con sus hijos y los hijos con sus padres” no futurista ni de adivinación, sino que el mismo Jesús nos dice que la verdadera profecía es la de la reconciliación con Cristo, la pureza del Evangelio.  Lucas 7:28  Os digo que entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista;...

La tercera reflexión la podemos tomar de Lucas, que nos dice que el mismo Dios vino a redimir a su pueblo, no vino alguien de menor jerarquía en la Trinidad, no vino un gran maestro, no vino un gran profeta, vino Dios mismo a pagar por algo que Él no había hecho, vino a pagar una deuda que habíamos contraído nosotros por nuestro pecado al alejarnos de Él, deuda que no podemos pagar (somos insolventes). Por eso vino Él ha pagarla.

¿Qué nos queda por hacer?, Darle gracias a Dios por venir a salvarme de su ira.

“Señor permite que tenga un corazón agradecido contigo por lo que hiciste”.


Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
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lunes, 12 de diciembre de 2011

Busquemos primeramente el reino de Dios

         Devocional # 72       12 diciembre 2011


Mateo 6:33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

La Biblia comienza con estas palabras. «En el principio... Dios». Que nuestra vida (donde quiera que estemos, en nuestro trabajo, escuela, hogar), empiece del mismo modo. Buscando primeramente con todo nuestro ser el reino de Dios, siendo nuestra ciudadanía permanente, buscando su justicia como la característica de nuestra vida. Lo demás nos será dado por el Señor mismo, sin que tengamos que preocuparnos. Todas las cosas que sean necesarias para esta vida y para la piedad «os serán añadidas».

¡Qué gran promesa nos ha dado! Dios se encarga de proporcionarnos alimento, vestido, casa, todo lo que necesitemos, mientras lo busquemos a Él. Si miramos por sus negocios, Él se ocupará de los nuestros.  

Del mismo modo, cuando buscamos las cosas del reino de Dios, recibiremos además otros dones de la tierra. El que hereda la salvación, no morirá de hambre, y el que viste su alma con la justicia de Dios, no quedará desnudo por parte del Señor. ¡Apartemos toda ansiedad inquietante! Pongamos todo nuestro empeño en buscar al Señor.

La codicia es pobreza, y la ansiedad, miseria: la fe en Dios es una bienaventuranza, y la paz con Dios es una herencia celestial.

Señor, te busco; permite que lleve tu luz y tu amor donde quiera vaya.


Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
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viernes, 9 de diciembre de 2011

Por nada te angusties

Devocional # 71               09 diciembre 2011


Filipenses 4:6-7  Por nada estéis afanosos; sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros entendimientos en Cristo Jesús.


No tengas afanes, sino oraciones; no tengas inquietudes, sino mucha comunión con Dios. Pon tus súplicas delante del Señor de tu vida, guardián de tu alma. Acércate a Él con oración y alabanza.

No ores con dudas, sino con gratitud. Ten seguridad que tus peticiones han sido atendidas, y, por tanto, alaba al Señor por su misericordia.
Él te da sus bendiciones; dale tú las gracias. Nada le escondas, ni guardes en tu pecho inquietud alguna que perturbe tu corazón; «sean conocida vuestras peticiones». No recurras al hombre, sino sólo a Dios, al Padre de Jesús que en Él os ama.

De este modo encontrarás la paz de Dios. Jamás podrás comprender de cuánta paz te inundará. Él te estrechará en sus brazos amorosos. Tu corazón y tu espíritu quedarán sumergidos por Cristo Jesús en un océano de reposo.

Venga sobre ti la vida o la muerte, la pobreza o el dolor, la calumnia o el odio, siempre estarás al abrigo de toda tempestad, por encima de todas las nubes que te amenacen. Ven sumiso a hacer su voluntad, dale a conocer tus peticiones... «Y sean conocidas tus peticiones delante de Dios en toda oración y ruego»  

¿Por qué no obedeces a este tan inefable mandato? Sí, Señor, creo en ti, pero ayuda mi incredulidad.


Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
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lunes, 5 de diciembre de 2011

Jehová cumplirá su propósito en mí

            Devocional # 70           5 diciembre 2011


Salmos 138:8 Jehová cumplirá su propósito en mí;  Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre;
No desampares la obra de tus manos.


Aquél que ha comenzado la obra en mi alma la perfeccionará. Ese es nuestro consuelo.

Por mí mismo no podría yo terminar la obra de su gracia. Mis pecados cotidianos lo demuestran suficientemente,  si hasta el momento he perseverado es porque el Señor me ha socorrido.

Si me abandonara un solo instante, de nada me valdría mi pasada experiencia, y fracasaría en el camino. Pero el Señor perfecciona mi fe, mi amor, mi carácter.

Él Señor seguirá bendiciéndome. Y lo hará porque ha comenzado en mí esta obra. De Él me viene el interés que pongo en su Camino. No me lo imagino esperando tamborileando los dedos a ver cuando me animo a hacer algo por Él y por mí.

Nunca deja una obra incompleta (pues su labor en mi vida es eficaz), porque esto es su naturaleza, ni redundaría en gloria suya. Él conoce la manera de realizar los designios de su gracia, y aunque mi torcida naturaleza, el mundo y Satanás conspiran para detener su obra, su promesa la cumplirá por eso yo le alabaré para siempre.

¡Señor, haz que la obra de tu gracia prospere en mí durante este día!



Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
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viernes, 25 de noviembre de 2011

...A fin de que vivas

 
             Devocional # 69                25 noviembre 2011
   
Deuteronomio 30:6 Y circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, a fin de que vivas.

Aquí nos habla el Señor de la verdadera circuncisión. Notemos que dice: «Jehová tu Dios». Sólo Él puede obrar con eficacia en el corazón y quitar de él todo lo carnal.

El que amemos a Dios con todo nuestro corazón y con toda nuestra alma es un milagro de la gracia que sólo el Espíritu Santo puede realizar.

Notemos dónde se hace esta circuncisión. No es en la carne, sino en el espíritu. Es la marca esencial y especial de la Alianza de gracia. El amor de Dios es la señal indeleble de la simiente escogida; por medio de esta señal secreta, es confirmada en el creyente la elección de la gracia.

Miremos que nuestra confianza no esté cifrada en ningún rito externo o en lo que podemos hacer, sino que seamos sellados en el corazón por la operación del Espíritu Santo.

Notemos, finalmente, el resultado: «a fin de que tú vivas». La intención de la carne es muerte. Al estar en el Espíritu, viviremos.

¡Gracias a Dios podamos vivir para Él!

Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
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lunes, 21 de noviembre de 2011

...Dijo Jehová el Señor: EN descanso y en reposo seréis salvos


Devocional # 68                   21 noviembre 2011

Isaías 30:15   Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza.

Siempre será una debilidad acongojarse y preocuparse, desconfiar y cavilar. ¿Qué provecho hay en estas debilidades? ¿Qué conseguimos con la duda y el enojo?
Nos incapacitamos para la acción y turbamos nuestro espíritu de tal manera que no somos capaces de tomar una decisión prudente. Nos hundimos con nuestros esfuerzos cuando podíamos salir a flote si conociéramos más las promesas de fe que nos ha dado nuestro Señor.

¡Quién tuviera la gracia de permanecer tranquilo! ¿Por qué corremos de casa en casa para contar la triste historia que nos aflige, la repetimos y la repetimos cada vez de tal forma que cada vez que la repetimos nos angustiamos más? Y si nos quedamos en nuestra casa, ¿por qué lloramos angustiosamente pensando en cosas que tal vez no se realizarán? Bueno sería refrenar la lengua, pero mejor sería conservar el corazón tranquilo.

¡Ojalá pudiéramos estar sosegados y conocer que Jehová es nuestro Dios!
¡Quién pudiera tener la gracia de confiar en Dios!  
El Santo de Israel prometió defender y librar a los suyos; no puede retractarse de sus compromisos. Seguros podemos estar que cada palabra suya permanecerá, aunque se moviesen los montes.

Confiemos en Él, así podremos estar en paz y tranquilos esperando en nuestro Señor. Isaías 26:3  “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.”

Vuelve, alma mía, a tu reposo, y reclina tu cabeza en el pecho de tu Señor Jesús

Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
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