miércoles, 30 de julio de 2014

Yo soy tu Dios que te esfuerzo

Devocional # 18   30-Julio-2014


“Yo soy tu Dios que te esfuerzo.” Isaías 41: 10. 
Cuando somos llamados a servir o a sufrir, hacemos un inventario de nuestras fuerzas, y descubrimos que son menores de lo que pensábamos, y menores de las que requerimos. Pero nuestro corazón no debe abatirse en nuestro interior, ya que contamos con una palabra como esta, en la que podemos apoyarnos, pues nos garantiza todo lo que podamos necesitar.
Dios tiene una fuerza omnipotente y Él puede comunicarnos esa fuerza, y nos promete que lo hará. Él será el alimento para nuestras almas, y la salud de nuestros corazones; y así, Él nos dará fortaleza.
Cuando la fortaleza divina viene, la debilidad humana ya no es más un obstáculo. ¿No recordamos épocas de trabajos y pruebas en las que recibimos esa fortaleza especial que nos sorprendimos de nosotros mismos? En medio del peligro conservamos la calma, ante la pérdida de seres queridos estábamos fortalecidos, ante la calumnia poseíamos dominio propio, y en la enfermedad éramos pacientes.
El hecho es que Dios provee una fortaleza inesperada cuando nos sobrevienen pruebas inusuales. Nos levantamos por encima de nuestras débiles constituciones. Los cobardes hacen papeles de valentía, los insensatos reciben sabiduría, y a los silenciosos les es dado en el preciso instante lo que han de hablar.
Mi propia debilidad hace que me acobarde, pero la  promesa de Dios me vuelve valeroso. Señor, fortaléceme “conforme a Tu dicho.”  
Hebreos 13:5... Más bien, confórmense con lo que ahora tienen, porque Dios ha dicho: «No te desampararé, ni te abandonaré».
6 Así que podemos decir con toda confianza: «El Señor es quien me ayuda; no temeré lo que pueda hacerme el hombre.»
El escritor de la carta a los Hebreos, inspirado por el Espíritu Santo, hace referencia al libro de Deuteronomio 31:6  y al Salmo 118:6-7
Deuteronomio 31:6 Esfuércense y cobren ánimo; no teman, ni tengan miedo de ellos, porque contigo marcha el Señor tu Dios, y él no te dejará ni te desamparará.»
Salmo 118:6 El Señor está conmigo; no tengo miedo de lo que simples mortales me puedan hacer.
7 El Señor está conmigo y me brinda su ayuda; ¡he de ver derrotados a los que me odian!
Todo este salmo 118 está lleno de confianza en la ayuda de nuestro Señor, un pasaje más; Salmo 6:10  Estad quietos, y conoced que yo soy Dios;
Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.

¿Nuestra parte?, el mismo Señor nos lo dice: “¡¡Estar quietos y conocer que Él es Dios; estar quietos y esperar en Él!!”.



Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia Nacional Presbiteriana
Tel: (81) 8352 6165

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