Devocional # 22 6-octubre-2014
“Humillaos,
pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere
tiempo.” 1 Pedro 5: 2.
Esto
equivale a una promesa: si nos inclinamos, el Señor nos levantará. La humildad
conduce al honor: la sumisión es el camino a la exaltación. La misma mano de
Dios que nos empuja hacia abajo, está esperando para levantarnos cuando estemos
preparados para recibir la bendición. Nos humillamos para vencer.
Muchos
se rebajan delante de los hombres, para recibir algún “favor” o recompensa,
pero no reciben la protección o lo que ambicionan; pero aquel que se
humilla bajo la mano de Dios no dejará de ser enriquecido, exaltado, sostenido
y consolado por el Dios siempre lleno de gracia.
Es un
hábito de Jehová derribar al altivo y exaltar al humillado. Sin embargo, hay un
tiempo para que el Señor haga su obra, “cuando fuere tiempo”. La humillación
debe ser ahora, en este preciso instante; estamos obligados a continuar
haciéndolo, ya sea que el Señor ponga sobre nosotros Su mano que causa
aflicción o no. Cuando el Señor hiere, es nuestro deber especial aceptar el
castigo con profunda sumisión. Pero en cuanto a nuestra exaltación proveniente
del Señor, esa sólo puede venir “cuando fuere tiempo”, Dios es el mejor
juez de ese día y hora. ¿Clamamos impacientemente pidiendo la bendición?
¿Deseamos un honor inoportuno? ¿Qué pretendemos? Seguramente no nos hemos humillado
verdaderamente, pues, de lo contrario, esperaríamos con tranquila sumisión.
Filipenses
2:4 No busque cada uno su propio interés, sino cada cual también el de los
demás.
5 Que
haya en ustedes el mismo sentir que hubo en Cristo Jesús,
6
quien, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que
aferrarse,
7 sino
que se despojó a sí mismo y tomó forma de siervo, y se hizo semejante a los
hombres;
8 y
estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente
hasta la muerte, y muerte de cruz.
9 Por
lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre
todo nombre,
10 para
que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos,
y en la tierra, y debajo de la tierra;
Entonces,
hagamos lo que el Señor nos pide.
Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia Nacional Presbiteriana
Tel: (81) 8352 6165
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