Devocional #
36 14 de septiembre 2012
Salmos
30
Acción de gracias por haber sido librado de la muerte
1 Te
alabo, Señor, porque me has salvado; porque no dejaste que mis enemigos
se burlaran de mí. 2 Mi
Señor y Dios, te pedí ayuda, y tú me sanaste; 3 tú, Señor, me
devolviste la vida; ¡me libraste de caer en el sepulcro! 4 Ustedes,
pueblo fiel del Señor, ¡canten salmos y alaben su santo nombre! 5 Su
enojo dura sólo un momento, pero su bondad dura toda la vida. Tal vez lloremos
durante la noche, pero en la mañana saltaremos de alegría. 6 En
mi prosperidad llegué a pensar que nunca conocería la derrota. 7 Y
es que tú, Señor, con tu bondad, me mantenías firme como un baluarte. Pero me
diste la espalda, y quedé aterrado. 8 A ti, Señor, seguiré
clamando, y jamás dejaré de suplicarte. 9 ¿Qué ganas con que yo
muera, con que baje yo al sepulcro? ¿Acaso el polvo podrá alabarte? ¿Acaso el
polvo proclamará tu verdad? 10 ¡Escúchame, Señor, y tenme compasión!
¡Nunca dejes, Señor, de ayudarme! 11 Tú cambias mis lágrimas
en danza; me quitas la tristeza y me rodeas de alegría, 12 para
que cante salmos a tu gloria. Señor, mi Dios: ¡no puedo quedarme callado!
siempre te daré gracias!
El Salmo 30 Es un himno público
de gratitud, alabando a Dios por ser librado de la muerte. El rey David fue
librado de una situación que amenazaba su vida como resultado de una actitud de
no depender de Dios (vers. 6). Conforme al título en hebreo, el Salmo se cantó
en la dedicación del templo.
El Salmo hace referencia a la gran plaga
que afligió a la nación por razón del pecado de David al hacer el censo del
pueblo (1 Cr 21:1-22:1). En esa ocasión el corazón del rey se enorgulleció y en
su prosperidad él confió en el poderío de su ejército (1 Cr 21:1-7). Dios
entonces envió una horrible plaga (1 Cr 21:8-17). Las siguientes alusiones
parecen apropiadas a este respecto: su prosperidad material la ve como el
pecado de soberbia y lo lleva a no depender de Dios (vers. 6), y la
consecuencia es ser afligido por el Señor (vers. 7), se siente llegar hasta la
muerte y suplica a Dios en oración por salvación (vers. 2, 8-10).
8–12 Peligro mortal: Oración contestada y
alabanza como respuesta. Invocaré … suplicaré son los verbos de presente
de indicativo, “seguí invocando … seguí suplicando”; misericordia:
“gracia” (también 10). Dado que David sentía que moría fuera del favor de Dios
(9, cf. 5, 7) no tenía esperanza de eternidad (cf. 73:24). Pero
la única manera de ser salvado en esas condiciones es correr hacia Dios y orar
pidiendo gracia que se expresará en alabanza y transformación (11), gozo
interior y un verdadero sentido de una relación permanente con Dios (Dios
mío … para siempre) (12).
Este salmo fue escrito por David para ser
usado en la dedicación del templo para el cual se preparó (1 Cr 22:2-26:32),
planificó (1 Cr 28) y proveyó materiales (1 Cr 29:1-20), pero que su hijo
Salomón construyó (1 R 8:63).
David invocó, siguió invocando la Gracia de
Dios, la Gracia perfecta de Dios es Cristo, al cual debemos correr en busca de
socorro.
Bendiciones
Pbro.
Gilberto Flores Elizondo
Pastor
de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia
Nacional Presbiteriana
tel:
(81) 8352 6165
o
web
site: www.inpcaminoverdadyvida.org
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