Devocional #
33 21 de agosto 2012
Salmos
27
El Señor es mi luz y mi salvación
1 El
Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién podría yo temer? El Señor es la
fortaleza de mi vida; ¿quién podría infundirme miedo? 2 Mis
malvados enemigos me ponen en aprietos; se juntan y hacen planes de acabar
conmigo, pero son ellos los que tropiezan y caen. 3 Aunque un ejército acampe contra mí, mi corazón no se
amedrentará; aunque me ataquen y me declaren la guerra, en esto fincaré mi
confianza:
4 Le he pedido al Señor, y sólo esto busco: habitar en su casa todos los días de mi vida, para contemplar su hermosura y solazarme en su templo. 5 Cuando vengan los días malos, él me esconderá en su santuario; me ocultará en lo más recóndito de su templo, me pondrá en lo alto de una roca. 6 Ante los enemigos que me rodean me hará levantar la cabeza, y llevaré a su templo mis ofrendas de alegría
y allí cantaré salmos al Señor. 7 Señor, escúchame cuando a ti me dirija; ¡ten compasión de mí, y respóndeme! 8 A mi corazón le pides buscar tu rostro, y yo, Señor, tu rostro busco. 9 Tú eres mi Dios y salvador;
¡No escondas de mí tu rostro! No apartes con enojo a este siervo tuyo, pues siempre has sido mi ayuda. ¡No me dejes ni me desampares! 10 Podrían mi padre y mi madre abandonarme, pero tú, Señor, me recogerás. 11 Por causa de mis adversarios, enséñame, Señor, tu camino y llévame por el camino recto. 12 Testigos falsos y violentos se levantan contra mí; ¡no permitas que hagan conmigo lo que quieran!
4 Le he pedido al Señor, y sólo esto busco: habitar en su casa todos los días de mi vida, para contemplar su hermosura y solazarme en su templo. 5 Cuando vengan los días malos, él me esconderá en su santuario; me ocultará en lo más recóndito de su templo, me pondrá en lo alto de una roca. 6 Ante los enemigos que me rodean me hará levantar la cabeza, y llevaré a su templo mis ofrendas de alegría
y allí cantaré salmos al Señor. 7 Señor, escúchame cuando a ti me dirija; ¡ten compasión de mí, y respóndeme! 8 A mi corazón le pides buscar tu rostro, y yo, Señor, tu rostro busco. 9 Tú eres mi Dios y salvador;
¡No escondas de mí tu rostro! No apartes con enojo a este siervo tuyo, pues siempre has sido mi ayuda. ¡No me dejes ni me desampares! 10 Podrían mi padre y mi madre abandonarme, pero tú, Señor, me recogerás. 11 Por causa de mis adversarios, enséñame, Señor, tu camino y llévame por el camino recto. 12 Testigos falsos y violentos se levantan contra mí; ¡no permitas que hagan conmigo lo que quieran!
13 ¡Yo
estoy seguro, Señor, que he de ver tu bondad en esta tierra de los vivientes! 14 ¡Espera
en el Señor! ¡Infunde a tu corazón ánimo y aliento! ¡Sí, espera en el Señor!
(RVC).
Esta composición
salmódica tiene dos partes bien definidas: a) confianza y alegría del
justo por haber triunfado de los enemigos (1-6); b) súplica al
Señor para que tenga piedad de él por sentirse abandonado y calumniado
(7-14).
1 “El
Señor es mi luz y mi salvación”; El Dios del salmista ilumina su
vida en los momentos de ansiedad y de peligro y le salva de las situaciones
comprometidas 1. Contra los ataques de los enemigos, El Señor es el baluarte
que defiende su vida. Por tanto, no tiene que temer a nadie.
Ante la omnipotencia del Señor se quiebran todos los poderes terrenos. Sus
asaltantes son como fieras que se lanzan sobre él para devorar sus carnes, pero
en el momento del ataque caen vacilantes, sin poder consumar sus siniestros
designios. Ni un ejército entero que acampara contra él podría
prevalecer. Al menos el corazón del salmista permanecerá tranquilo, esperando
la intervención divina salvadora.
4 “Le
he pedido al Señor, y sólo esto busco: habitar en su casa todos los días de mi
vida”, El Señor
es el centro de toda la vida y de las aspiraciones del salmista; con El no teme
a un escuadrón de enemigos que se le opongan; pero, además, su seguridad
encuentra su complemento en la vida en el santuario, contemplar el
encanto de El Señor, es decir, habitar en su templo; viendo pasajes
como Apocalipsis 21:3 y 22 vemos es ese templo es el mismo Cristo; 3 “Entonces
oí que desde el trono salía una potente voz, la cual decía: «Aquí está el
tabernáculo de Dios con los hombres. Él vivirá con ellos, y ellos serán su
pueblo, 22 No vi en ella ningún templo, porque su templo son el
Señor y Dios Todopoderoso, y el Cordero”. Que mejor protección que estar en
ese templo eterno (Cristo), estar permanentemente en él por su Gracia y Amor.
7-14 “Señor,
escúchame cuando a ti me dirija; ¡ten compasión de mí, y respóndeme”!... La oración
pidiendo estar con el Señor (4) se ha desarrollado ahora hasta ser una oración
pidiendo esas bendiciones que sólo el Señor puede dar. La oración descansa
sobre una invitación divina; 8 “A
mi corazón le pides buscar tu rostro, y yo, Señor, busco tu rostro”. La oración está
impregnada de confianza: 9 “Tú eres mi
Dios y salvador”;... 10 “Podrían mi
padre y mi madre abandonarme, pero tú, Señor, me recogerás”.
14 ¡”Espera
en el Señor!... Si espera en el Señor” El
salmista concluye con una nueva declaración de confianza. Esta confianza en que
Dios oye y actuará también da aliento al creyente. El Salmo es un ejemplo, en
el AT de lo que dice: Romanos
8: 31 ¿Qué más podemos
decir? Que si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar en contra de
nosotros.
Les dejo esta ilustración verídica:
La tela de araña Roberto Bruce,
uno de los grandes líderes de la Reforma escocesa, se vio frecuentemente
perseguido a causa de su fe. Un día, cuando estaba huyendo de sus
perseguidores y parecía que iba a ser atrapado, se refugió en una cueva. Bruce
elevó su oración a Dios, pidiendo que su protectora mano le guardara. Desde la
oscuridad de la cueva, pudo ver cómo una gruesa araña tejía su tela, casi a la
misma entrada de la cueva. Cuando llegaron sus enemigos y vieron la tela de
araña intacta, pensaron que nadie había penetrado en aquel lugar, y así fue
preservada la vida del servidor de Dios. Más tarde cuando Roberto Bruce daba
testimonio de este hecho, solía decir: “Con Dios una tela de araña es como un
muro; pero sin Dios un muro es como una tela de araña.”
Bendiciones
Pbro.
Gilberto Flores Elizondo
Pastor
de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia
Nacional Presbiteriana
tel:
(81) 8352 6165
o
web
site: www.inpcaminoverdadyvida.org
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