lunes, 12 de marzo de 2012

HIMNO A LA GLORIA DE DIOS


Devocional # 12       12 de marzo 2012

Salmo 8:1  ¡Oh Jehová, Señor nuestro,  Cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!  Has puesto tu gloria sobre los cielos; 2  De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza,  A causa de tus enemigos, Para hacer callar al enemigo y al vengativo. 3  Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos,  La luna y las estrellas que tú formaste, 4  Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria,  Y el hijo del hombre, para que lo visites? 5  Le has hecho poco menor que los ángeles,  Y lo coronaste de gloria y de honra. 6  Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies: 7  Ovejas y bueyes, todo ello, Y asimismo las bestias del campo, 8  Las aves de los cielos y los peces del mar;
Todo cuanto pasa por los senderos del mar. 9  ¡Oh Jehová, Señor nuestro,  Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!

Este Salmo es un modelo de lo que debe ser un himno de alabanza a Dios, glorifica a Dios, habla de quién es, de lo que ha hecho y relaciona al ser humano con él. Algunos lo llaman una liturgia para la noche. El v. 3 indica que el salmista está contemplando los cielos de noche, pues no menciona el sol pero habla de las estrellas. En cambio, el Salmo 19, que también destaca la creación, pone énfasis en el sol.

Señor nuestro; El mismo Dios que dirige nuestra vida es Señor en toda la tierra y aun sobre todo el universo. ¡Qué grande desafío es reconocerlo como Señor y Dueño de nuestra vida!
El salmista usa contrastes; del señorío sobre todo el universo vuelve a la alabanza de los niños. Dios usa a los débiles para confundir a los enemigos que se creen poderosos.

¿Qué es el hombre...? (v. 4). El uso de la palabra  ’enosh’ para hombre lleva la connotación de debilidad. Asimismo hijo de hombre destaca su condición de criatura. ¡Qué maravilla que un Dios tan grande se interese en cada uno de nosotros! La Biblia no enseña el auto desprecio sino el reconocimiento que el hombre es criatura de Dios y está sujeto a él.

El Salmo termina con la misma exaltación a Dios con que empieza. Forma un marco literario y teológico para la alabanza y enseñanza del mismo. ¡Oh Jehová, Señor nuestro,  Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!


Al igual que el salmista debemos tener la capacidad de ver la Gracia sobre abundante  de Dios en lugar de ver el pecado que abunda y existe como corrupción de la humanidad, según nos dice el apóstol Pablo:

Romanos 5:20... Más cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia;


Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia Nacional Presbiteriana
tel: (81) 8352 6165

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