martes, 9 de agosto de 2011

Apacentaré mis ovejas

Devocional # 42                  09 agosto 2011


Yo, dice el Señor Dios, apacentaré mis ovejas, Yo mismo las llevaré al redil a tomar la siesta y descansar. Ezequiel 34:15 (Nácar Colunga traducción libre, que me pareció muy precisa)

Nosotros los santos de Dios son saciados abundantemente bajo la dirección del divino Pastor. Su pasto no es yerba seca; el Señor apacienta a su manada con la sustancia verdadera de su Revelación divina.

La almas encuentran la verdadera nutrición en las Escrituras, que son aplicadas al Corazón por el Espíritu Santo. Jesús mismo es alimento sólido que sostiene la vida de los creyentes. Nuestro Pastor soberano nos promete aquí que Él mismo se nos dará en alimento sagrado.

Si, el domingo, nuestro pastor terreno viene con las manos vacías, el Señor se acerca a nosotros con las manos llenas.
Cuando nos hallamos saciados de la verdad divina, descansa nuestro entendimiento. Aquellos a quienes Dios apacienta gozan de paz. Ningún perro les molestará, ni lobo
alguno les devorará.

Nos acostaremos y rumiaremos tranquilos el alimento que hemos saboreado. Las doctrinas de la gracia sustentan y consuelan: en ellas tenemos los medios para nuestra edificación y descanso. Si los predicadores no nos proporcionan este reposo, busquémoslo en el Señor.

Quiera el Señor apacentarnos hoy en los pastos de Su Palabra para que en ellos podamos descansar.

Ninguna locura ni mal pensamiento nos amarguen este día, al contrario como nos dice el apóstol Pablo: Filipenses 4:8  Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.

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