Devocional # 66 12-Septiembre-2013
Zacarías 14:7 Sucederá que al caer la tarde habrá
luz.
Esto
es sorprendente, porque todo indica que, al atardecer, oscurece. Dios
acostumbra a obrar de un modo tan distinto a como obramos nosotros, por
encima de nuestros temores y esperanzas, que nos quedamos sorprendidos y
obligados a adorar su gracia soberana. No acontecerá con nosotros según los
augurios de nuestro corazón: nuestra oscuridad no llegará a ser como la noche,
sino que repentinamente se esclarecerá como el día.
Nunca
desmayemos. En los tiempos más adversos, confiemos en el Señor, porque Él cambia
la oscuridad de la muerte en la claridad de la mañana. Cuando el trabajo de
fabricar ladrillos se duplicó, ahí estaba Moisés, y cuando abunda la
tribulación, es señal de que nos acercamos al final.
Esta
promesa debe ayudarnos a ser pacientes. Tal vez la luz no amanecerá del todo
hasta que nuestras esperanzas en nuestro propio esfuerzo estén totalmente
agotadas esperando todo el día en vano en lo que podemos hacer por nuestro
esfuerzo.
Para
el impío el sol se pone cuando aún es de día; para el justo se levanta cuando
casi es de noche. ¿No podemos esperar con paciencia aquella luz divina, que tal
vez tarde en llegar, pero que es digna de ser esperada? Aceptemos esta
palabra y cantemos de gozo al que nos bendecirá en vida y también en la muerte.
Proverbios
4:18 Pero la senda de los justos es como la aurora: ¡su luz va en aumento,
hasta la plenitud del día!
Bendiciones
Pbro.
Gilberto Flores Elizondo
Pastor
de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia
Nacional Presbiteriana
tel:
(81) 8352 6165
o
web
site: www.inpcaminoverdadyvida.org
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