miércoles, 11 de abril de 2012

En Jehová he confiado


Devocional # 16      11 de abril 2012

Salmo 11:1  En Jehová he confiado;  ¿Cómo decís a mi alma,  Que escape al monte cual ave? 2  Porque he aquí, los malos tienden el arco,
 Disponen sus saetas sobre la cuerda,  Para asaetear en oculto a los rectos de corazón. 3  Si fueren destruidos los fundamentos,  ¿Qué ha de hacer el justo? 4  Jehová está en su santo templo;  Jehová tiene en el cielo su trono;  Sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres.
5  Jehová prueba al justo;  Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece. 6  Sobre los malos hará llover calamidades;  Fuego, azufre y viento abrasador será la porción del cáliz de ellos. 7  Porque Jehová es justo, y ama la justicia;  El hombre recto mirará su rostro.


Todos tenemos consejeros, aunque en general no les pedimos consejo esta gente le encanta dar ese consejo no pedido; pueden ser amigos bien intencionados o de opositores que desean hacer caer al siervo de Dios.

En los primeros 3 versículos el consejo que le dan a David es una tentación a desconfiar de Dios. Lo mismo sucede a cada momento con nuestros consejeros, y aunque en apariencia nos digan que confiemos en el Señor, nos aconsejan  andar en nuestras fuerzas o a que huyamos o nos escondamos.

Este salmo es apropiado para toda situación en que personas o poderes se oponen al creyente o a la iglesia.

El salmista empieza afirmando su fe en Jehová, después habla de los detractores. Le están aconsejando equivocadamente que huya, pues ya todo está perdido; mejor es abandonar la lucha y salvar su propia vida. Cuántas veces el siervo de Dios en la batalla espiritual está tentado (y aconsejado) de seguir la misma sugerencia equivocada.

El Salmo es rico en su construcción literaria. Nótense algunas figuras y contrastes repetidos:
1) la idea de refugio o asilo, en su templo, en Jehová;
2) Dios aborrece al impío pero ama la justicia;
3) los malos se esconden, en oculto, pero Dios ve y examina y al final los rectos contemplarán su rostro.

En el verso 7 vemos la confianza del salmista,  Porque Jehová es justo, y ama la justicia;  El hombre recto mirará su rostro. El justo disfruta de la comunión con Dios.

Los rectos contemplarán su rostro. (según otras versiones: Su rostro contempla a los rectos). Mamon (dinero), la carne, el diablo, nuestros consejeros incómodos; todos ellos susurran a nuestro oído: «Huye como un pájaro a tu montaña»; pero nosotros viendo el rostro de Jesús actuaremos conforme a Su Palabra: «Resistid al diablo, y de vosotros huirá.» ¡Adelante! ¡Que la vanguardia avance! ¡Al frente todas las potencias y pasiones del alma! ¡Adelante! ¡Adelante!; en nombre de Dios y del Señor Jesucristo, ¡adelante!, porque «Jehová de los ejércitos está con nosotros; el Dios de Jacob es nuestro refugio». Este último párrafo lo saqué de un comentario (Los Tesoros de David)  de Spurgeon.

Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia Nacional Presbiteriana
tel: (81) 8352 6165

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