Mis deseos producen enemistad con Dios y con mi prójimo

 Devocional # 6       30 Enero 2012

Santiago 4:1  ¿De dónde surgen las guerras y los conflictos entre ustedes? ¿No es precisamente de las pasiones que luchan dentro de ustedes mismos? (NVI)

2  Desean algo y no lo consiguen. Matan y sienten envidia, y no pueden obtener lo que quieren. Riñen y se hacen la guerra. No tienen, porque no piden. (NVI)

4  ¡Oh gente adúltera! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Si alguien quiere ser amigo del mundo se vuelve enemigo de Dios. (NVI)

Santiago, es el hermano de Jesús, no lo presume sino al contrario, inicia su carta como esclavo de Dios y del Señor Jesucristo (su hermano en la carne), reconociendo plenamente que Jesús es el Mesías que habría de venir reconoce ser sirvo de Él. A Santiago se le reconocía como una columna de la Iglesia.

¿De dónde surgen las guerras y los conflictos entre ustedes? esta pregunta que lanza Santiago con respecto a la relación con Dios, relación con nuestro prójimo, relación en el trabajo, relación en nuestra familia, (Esposo, esposa, hijos, hijas, padres, parientes, etc.), relación en general.

Simplemente la respuesta de Santiago es que; (1) Nuestros problemas, nuestras guerras, son por nuestros deseos, mientras yo quiera que se cumplan o me cumplan mis deseos, habrá problemas. (2) Matan, sienten envidia, pues no tienes lo que quieres. (4), la amistad con el mundo (nuestros deseos) ES enemistad con Dios, si queremos nuestros deseos nos volvemos enemigos de Dios.

¿Tenemos problemas?, es porque tenemos mala relación con Dios, tenemos relaciones rotas, es porque primero se rompió nuestra relación con Dios.

Santiago es muy claro (por lo mismo no le queremos hacer caso), si buscamos nuestros deseo, estamos en problemas con Dios y con nuestro prójimo quien quiera que sea, para restaurar una relación o para no tener malas relaciones, debemos buscar el deseo de nuestro Señor Jesucristo, no darnos gusto nosotros, sino darle gusto a Él.

Santiago nos llama (4) adúlteros, de la peor forma de adulterio que nos pueden acusar es adulterar a nuestro esposo a Cristo, en palabras más de nuestra época y más entendibles, le estamos poniendo el cuerno a Dios al querer que se cumplan mis deseos. Que tremenda acusación nos hace Santiago, estamos poniéndole el cuerno a Dios mismo a Cristo mismo, al Espíritu Santo mismo, estamos poniéndole el cuerno a misma Santísima Trinidad. Por eso tenemos problemas con Dios y con nuestro prójimo.

Señor Jesús perdóname por ser adúltero, te pido Señor que tu deseo sea mis deseo, te pido que yo haga solamente lo que tu deseas, en el Nombre de Cristo. Amén

Bendiciones

Pbro. Gilberto Flores Elizondo

Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida

Iglesia Nacional Presbiteriana

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