miércoles, 25 de mayo de 2011

Las hojas del Árbol


Me comenta un hermano, que tiene una fe débil e insegura, no me dan ganas de orar, ¿habrá un remedio para eso?, me vino a la mente un peculiar pasaje en la Palabra de Dios; que creo que ha sido poco entendido y más bien ha despertado nuestra ágil mente.

Apocalipsis 22:
2  En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.

Como no tenemos los conocimientos que tenían de su propia cultura los cristianos del primer siglo se nos dificulta entender. El apóstol Juan estaba escribiendo en forma simbólica a estos hermanos para alentarlos a creer y confiar en Cristo, Jesús se nos presenta como el Árbol (o vid verdadera) verdadero.
Quiero suponer que el Espíritu Santo nos quiere decir que las “hojas” son los hechos, promesas, palabras, aflicciones de Jesús, todo esto es para sanidad de Su pueblo. Vino a mi mente un pasaje muy similar mucho más conocido:

Isaías 53:
4  Ciertamente llevó Él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.
5  Mas Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

La “hojas” son para la sanidad de Su pueblo, las heridas sangrantes, los golpes y magulladuras de su carne, los clavos, la lanza, la vara y el cruel látigo, son las “hojas” para la sanidad de Su pueblo. Jesucristo ocupó el lugar de los que creen en Él, si  confiamos en Él, nuestros pecados son perdonados porque mi Bendito sustituto ya fue castigado por lo que hicimos, fue castigado por algo Él no hizo, debemos entender que no se nos exige nada para nuestra salvación; sino que todo viene de Jesús,  no debemos ser heridos, ni golpeados, ni debemos sufrir. Él ya sufrió, sangró, fue castigado por nuestra causa, por mi culpa Él sufrió.

Nuestra vida debe ser encontrada en su muerte y nuestra curación debe ser encontrada en Sus heridas, cuando entendí esto fue cuando brotó la esperanza en mi vida. “Las hojas del Árbol, son para la sanidad de las naciones”, “Por su llaga fuimos nosotros curados”.
La sangre de Cristo es letal para la incredulidad, una visión de la humillación que Jesús recibió, vence cualquier pecado de soberbia y orgullo. Una vista a Aquel que salvó a otros y no pudo salvarse a sí mismo, vence cualquier egoísmo. Los ataques de ira son vencidos por la mansedumbre con que fue a la cruz que como cordero fue llevado al matadero.
Confía en Aquel siervo sufriente.
“Por su llaga fuimos nosotros curados”….seguiremos comentando este pasaje en el próximo devocional…

Bendiciones

Pbro. Gilberto Flores Elizondo; Pastor de:
Iglesia Nacional Presbiteriana
"Camino Verdad y Vida"
Tel: (81) 8352 6165

y         gil@enelinternet.net

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