Devocional #
40 3 noviembre 2012
Salmo 34 Gozo
por la Protección Divina
1 Bendeciré
al Señor en todo tiempo; su alabanza estará siempre en mi boca. 2 Alabaré
al Señor con toda el alma. ¡Escuchen, gente humilde, y alégrense también! 3 ¡Únanse
a mí, y reconozcan su grandeza! ¡Exaltemos a una voz su nombre! 4 Busqué
al Señor, y él me escuchó, y me libró de todos mis temores. 5 Los que
a él acuden irradian alegría; no tienen por qué esconder su rostro. 6 Este
pobre clamó, y el Señor lo oyó y lo libró de todas sus angustias. 7 Para
defender a los que temen al Señor, su ángel acampa alrededor de ellos. 8 ¡Prueben
ustedes mismos la bondad del Señor! ¡Dichoso aquél que en él confía! 9 Ustedes,
sus fieles, teman al Señor, pues a quienes le temen nunca les falta nada. 10 Los
cachorros del león chillan de hambre, pero los que buscan al Señor lo tienen
todo. 11 Hijos míos, acérquense y escúchenme; voy a enseñarles a honrar
al Señor. 12 ¿Quién de ustedes anhela vivir mucho tiempo? ¿Quién quiere vivir
y llegar a ver el bien? 13 Eviten entonces que su lengua
hable mal; eviten que sus labios profieran mentiras. 14 Apártense
del mal y practiquen el bien; busquen la paz, y no la abandonen. 15 El
Señor no aparta sus ojos de los justos; sus oídos están siempre atentos a su
clamor. 16 El Señor vigila a los que hacen el mal para borrar de la tierra
su memoria. 17 Los justos gimen, y el Señor los escucha y los libra de todas
sus angustias. 18 Cercano está el Señor para salvar a los que tienen roto el
corazón y el espíritu. 19 El justo pasa por muchas
aflicciones, pero el Señor lo libra de todas ellas. 20 El
Señor le cuida cada uno de sus huesos, y ni uno solo de ellos se le quebrará. 21 Al
malvado lo destruye su propia maldad; y los que odian al justo recibirán condenación.
22 El Señor rescata el alma de sus siervos; no serán condenados los
que en él confían.
Él salmo 34, es acróstico, de forma que
cada verso empieza con una letra del alefato. Aquí lo pongo solo para que se
vea el acróstico
1De David, cuando se
fingió loco ante Abimelec, que le echó de sí, pudiendo así escapar.
2 Alef. Yo
bendeciré a Yahvé en todo tiempo; su alabanza estará siempre en mi boca.
3 Bet. En Yahvé
se gloriará mi alma; lo oirán los humildes, y se alegrarán.
4 Guímel. ¡Engrandeced
conmigo a Yahvé, ensalcemos a una su nombre!
5 Ddlet. Yo he
buscado a Yahvé, y El me ha respondido, librándome de todos mis terrores.
6 He. Volveos
todos a El y seréis iluminados, y vuestros rostros no serán confundidos.
7 Zain. Clamó
este pobre, y Yahvé escuchó y le salvó de todas sus angustias.
8Jet. Acampa el ángel de
Yahvé en derredor de los que le temen y los salva.
9Tet. Gustad y ved cuan
bueno es Yahvé. Bienaventurado el varón que a Él se acoge.
10 Yod. Temed a
Yahvé vosotros sus santos, pues nada falta a los que le temen.
11 Kaf. Empobrecen
los ricos y pasan hambre, pero a los que buscan a Yahvé no les falta bien
alguno.
12 Lamed. Venid,
hijos, y oídme, y os enseñaré el temor de Yahvé.
13 Mem. ¿Quién
es el hombre que ama la vida y desea ver días felices?
14 Nun. Preserva
del mal tu lengua, tus labios de palabras mentirosas.
15 Sámec. Aléjate
del mal y haz el bien, busca y persigue la paz.
16 Ayin. Los
ojos de Yahvé están sobre los justos, y sus oídos, atentos a sus clamores.
17 Pe. La faz de
Yahvé contra los que hacen el mal, para borrar de la tierra su memoria.
18 Sade. Clamaron
(los justos), y Yahvé los oyó y los libró de todas sus angustias.
19 Qpf. Yahvé
está próximo a los contritos de corazón y salva a los de espíritu abatido.
20 Resh. Muchas
son las calamidades del justo, pero de todas ellas le libra Yahvé.
21 Shin. Toma a
su cuidado todos sus huesos, y ni uno solo de ellos será roto.
22 Tau. La
malicia matará al impío, y los que aborrecen al justo expiarán.
El salmista inicia un himno de alabanza
a Yahvé para que los que le escuchan se asocien a Él. Dios es la fuente
de la luz y de la vida; de El procede la vida espiritual y la física, y, por
tanto, la felicidad; por ello, el salmista invita a que los humildes, que
saben valorar las íntimas alegrías de la amistad divina, se dirijan hacia
El, pues serán iluminados, en cuanto que sus rostros volverán
radiantes de alegría y de optimismo ante la vida, porque saben que tienen a
Dios a su lado (v.6). Nunca serán confundidos o avergonzados de
haber confiado en Yahvé, pues en la hora difícil les tenderá la mano. En
realidad, el pobre afligido, temeroso de Dios, no se halla solo y
desamparado, pues en torno suyo acampa el ángel de Yahvé para
protegerle y salvarle, nos lleva a la promesa
de Cristo de Mateo 20: 20;...Y yo estaré con
ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.» Amén.
La vida del justo está amasada de calamidades,
pues es víctima de los que sin conciencia organizan su vida en la sociedad;
pero esos sufrimientos tienen un límite, pues al fin Yahvé siempre los salva.
En su providencia tiene cuenta de todos los huesos del justo, para
que ninguno sea roto. Aquí parece que alude a las torturas morales,
simbolizadas en la rotura de huesos; pero la frase tiene también aplicación a
los casos en que el justo se halla postrado en el lecho del dolor.
Cristo como dice la promesa está siempre próximo
a los de espíritu abatido.
Bendiciones
Pbro.
Gilberto Flores Elizondo
Pastor
de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia
Nacional Presbiteriana
tel:
(81) 8352 6165
o
web
site: www.inpcaminoverdadyvida.org
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