Devocional #
20 07 de mayo 201
El HUÉSPED
Del señor:
Salmo 15:1 Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo?
¿Quién morará en tu monte santo? 2
El que anda en integridad y hace justicia, Y habla verdad en su corazón. 3
El que no calumnia con su lengua, Ni hace mal a su prójimo, Ni
admite reproche alguno contra su vecino. 4
Aquel a cuyos ojos el vil es menospreciado, Pero honra a los que temen a
Jehová. El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia; 5 Quien su dinero no dio a usura, Ni
contra el inocente admitió cohecho. El que hace estas cosas, no resbalará
jamás.
El punto central del Salmo es “residencia”
([1], habitará… residirá): ¿Cómo puede uno residir en su tabernáculo,
disfrutando de su hospitalidad como huésped en su casa? Aquí está la santidad
sin la cual nadie ve a Dios (Hebreos. 12:14), que abarca conducta, conversación
y relaciones (2, 3), valores, integridad y contentamiento material (4, 5).
“Tabernáculo” y “monte santo”
son palabras intercambiables que describen el principal centro de la adoración
israelita: la morada de Dios.
¡El
que hace estas cosas, no resbalará jamás! Dios es santo y pide santidad de
sus oradores.
A
veces se ha enfatizado tanto la santidad como medio propio para llegar a Dios
que las personas no se atreven a acercarse a Dios.
Hemos de reconocer que nadie puede cumplir
este mandato de Dios; pero
los salmistas también reconocieron la gracia de Dios y, seguros de su
misericordia y su perdón, pudieron acercarse a Dios con humildad, pero a la vez
con plena confianza.
La Palabra de Dios nos dice que la Gracia
plena y personificada de Dios es Cristo mismo
Juan 15:1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. 2 Todo pámpano que en
mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para
que lleve más fruto. 3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.
4 Permaneced en
mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no
permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. 5 Yo soy la vid, vosotros
los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto;
“porque
separados de mí nada podéis hacer”.
Volvamos
a la primera pregunta ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en
tu monte santo?, Solo a través de Cristo podremos habitar en el tabernáculo o
Monte Santo
Juan 14:6
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino
por mí.
Bendiciones
Pbro.
Gilberto Flores Elizondo
Pastor
de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia
Nacional Presbiteriana
tel:
(81) 8352 6165
o
web
site: www.inpcaminoverdadyvida.org
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