Año 6- Devocional # 03 24-Febrero-2015
“Jehová
el Señor es mi fortaleza, el cual hace mis pies como ciervas, y en mis alturas
me hace andar.” Habacuc 3: 19.
Esta
confianza del hombre de Dios, es equivalente a una promesa; pues aquello de lo
que la fe está persuadida, es el propósito de Dios.
El
profeta tuvo que atravesar los lugares hondos de la pobreza y del hambre, fue
cuesta abajo sin resbalar, pues el Señor le dio apoyo. Luego fue llamado a los
lugares altos de los montes del conflicto, y no estuvo más temeroso de subir
que de bajar.
¡El
Señor le proporcionó fortaleza! Es más, el propio Jehová era su fuerza.
Pensemos en esto: ¡el propio Dios Todopoderoso se convierte en nuestra
fortaleza! Notemos que el Señor le dio también una base segura para apoyar sus
pies. Las ciervas saltan sobre las rocas y los riscos sin perder su apoyadero.
Nuestro
Señor nos dará gracia para seguir los senderos más difíciles del deber sin
tropiezo. Él puede adecuar nuestro pie a los riscos, de tal forma que nos
sentiremos muy cómodos allí donde, apartados de Dios, pereceríamos.
¡¡Bendito sea nuestro buen Dios nos dio su mayor gracia,
Jesucristo, que es nuestra Roca firme, Roca inamovible, donde podemos
descansar!!
Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia Nacional Presbiteriana
Tel: (81) 8352 6165
o
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