martes, 11 de noviembre de 2014

Yo soy tu Dios que te esfuerzo

Devocional # 24  año 5- 11-noviembre-2014

“Yo soy tu Dios que te esfuerzo.” Isaías 41: 10. 
Cuando somos llamados a servir o a sufrir, hacemos un inventario de nuestras fuerzas, y descubrimos que son menores de lo que pensábamos, y menores de las que requerimos. Pero nuestro corazón no deberá abatirse en nuestro interior, ya que contamos con esta palabra, en la que podemos apoyarnos, pues nos garantiza todo lo que podamos necesitar. Dios tiene una fuerza omnipotente y Él puede comunicarnos esa fuerza, y nos promete que lo hará. Él será el alimento para nuestras almas, y la salud de nuestros corazones; y así, Él nos dará fortaleza.
No se puede saber cuánto poder pondrá Dios en un hombre. Cuando la fortaleza divina viene, la debilidad humana ya no es un obstáculo. ¿No recordamos épocas de trabajos y pruebas en las que recibimos fortaleza especial que nos sorprendimos de nosotros mismos? En medio del peligro conservamos la calma, ante la pérdida de seres queridos estábamos fortalecidos, ante la calumnia poseíamos dominio propio, y en la enfermedad éramos pacientes.
El hecho es que Dios provee una fortaleza inesperada cuando nos sobrevienen pruebas inusuales. Nos levantamos por encima de nuestra debilidad. Los cobardes hacen papeles de hombres, los insensatos reciben sabiduría, y a los silenciosos les es dado en el preciso instante lo que deben de hablar.
Mi propia debilidad hace que me acobarde, pero la promesa de Dios me vuelve valeroso. Señor, fortaléceme “conforme a Tu dicho.”
Dice nuestro Señor Jesucristo: Juan 15:5 Yo soy la vid y ustedes los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí ustedes nada pueden hacer.

Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia Nacional Presbiteriana
Tel: (81) 8352 6165

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