Devocional # 60 16-Julio-2013
“Porque
yo vivo, vosotros también viviréis”.
Juan 14:19
Que
bella promesa nos da Jesús, nuestra vida depende de su vida. Nuestra vida es
tan segura como la del mismo Jesús. Con la misma seguridad en que vive la
cabeza, viviremos sus miembros. Si Jesús no ha resucitado de los muertos,
estamos muertos en nuestros delitos, pero ha resucitado, los creyentes hemos
resucitado también en Él. Su muerte ha borrado todas nuestras rebeliones y
desatado los lazos que nos tenían sujetos a la sentencia de muerte. Su
resurrección prueba nuestra resurrección, nuestra justificación: hemos sido
absueltos, y el Señor nos dice:
«Jehová
ha redimido tu pecado: no morirás, 2 Samuel 12:13».
Jesús
hace que la vida de los suyos sea tan eterna como la suya. Mientras Él vive no
podemos morir, Jesús ya no muere, la muerte no tiene dominio sobre
Él, por eso nosotros sus hijos no podemos volver al sepulcro de los viejos
pecados, sino que viviremos para el Señor. Cuando nos hallemos en gran
tentación, consolémonos con las palabras que nos dio Jesús. Nunca perderemos la
vida espiritual porque está escondida con Cristo en Dios. El Señor es eterno;
por tanto, al estar unidos a Él, no nos dejará morir. La razón de nuestra vida
es su vida. Descansemos en la fidelidad de nuestro Señor eterno. Que su
vida es nuestra vida.
Bendiciones
Pbro.
Gilberto Flores Elizondo
Pastor
de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia
Nacional Presbiteriana
tel:
(81) 8352 6165
o
web
site: www.inpcaminoverdadyvida.org