jueves, 21 de febrero de 2013

La máxima gracia que nos ha dado Dios es: Que Jesús sea nuestro Buen Pastor


Devocional # 51    21 Febrero 2013
Algunos pensamientos me permitió ponerlos el Teólogo Reformado; Gaby Balan David Jiménez Cristhell Cordero

La máxima gracia que nos ha dado Dios es:
Que Jesús sea nuestro Buen Pastor
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Jehová es mi pastor

Salmo 23:1  Jehová es mi pastor; nada me faltará. 2  En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. 3  Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. 4  Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. 5  Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
6  Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días.

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·         Qué bueno es saber que tenemos un pastor que cuida y vela por nosotros con amor y que a pesar de la situación en la que nos encontremos llámese enfermedad, dificultad, problema, podemos aferrarnos a esa promesa que dice así “Jehová es mi pastor nada me faltará” Salmo 23 vs. 1 y es que nuestro Dios es tan bueno con nosotros que nos ha dejado esa promesa y que es una realidad pues aunque estemos ahora en una situación que es difícil podemos estar confiados en que nada nos va a faltar ¿por qué? Porque sabemos que el va a suplir para la necesidad que tengamos en estos momentos es decir que la situación crítica que vivimos hoy no será para siempre, es momentánea es algo que cambiara pues ahí está nuestro pastor para suplir lo que nos falte.

Este salmo nos llena de esperanza, nos anima y nos fortalece, “Confortará mi alma, me guiará por sendas de justicia por amor a su nombre”, no importa que estés en angustia, Él va a darle descanso a tu alma, va a darte esa paz y ese aliento, pues somos sus amadas ovejas.

“Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tu estarás conmigo”, Él siempre estará pendiente de nosotros, no importa lo peligroso de nuestro entorno Isaías 43:1   Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. 2  Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Qué mejor aliento y paz podemos tener, saber que nuestro Buen Pastor está con nosotros en la situación apremiante que estemos

“Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,  Y en la casa de Jehová moraré por largos días”.  Nunca nos dejará desamparados Sal 103:17  Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen,  Y su justicia sobre los hijos de los hijos;

Dice Jesús en Juan 10:11 y 14; Yo Soy el buen Pastor, el Buen Pastor su vida da por su ovejas, si dio su vida por sus ovejas (nosotros creyentes en Él), con mayor razón nos dará todo lo que nos falte y replico lo que dice Juan 1:14....Gracia sobre gracia....como las olas del mar, así es su gracia, una tras otra, no nos falta nada pues viene una Gracia tras otra como las olas del mar.



Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia Nacional Presbiteriana
tel: (81) 8352 6165

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           gil@enelinternet.net


jueves, 14 de febrero de 2013

Fortaleza en la Gracia que es en Cristo Jesús


Fortaleza en la Gracia que es en Cristo Jesús

Seguimos con el tema de la Gracia de Dios:

Veamos otro aspecto de la Gracia de Dios, La Fortaleza en la Gracia

2ª Timoteo 2: 1, 2. Tú, pues, hijo mío, fortalécete (o esfuérzate) en la gracia (que es) en Cristo Jesús; y las cosas que has oído de mí entre muchos testigos, estas cosas encomienda a hombres confiables, tales que sean capaces de enseñar también a otros.

El apóstol Pablo está entregando la estafeta a Timoteo, está entregando el legado del Evangelio para transmitirlo a su vez a otros, Pablo ya está según dice en 4: 6-8  listo; pues “...El tiempo de mi partida ha llegado”. Y está dando los últimos consejos a Timoteo; en vista de todo lo que se ha dicho en el capítulo 1—los ejemplos de fe y firmeza (Loida y Eunice, Pablo mismo, Onesíforo), el don del Espíritu Santo a Timoteo, la gran salvación que espera a quien persevera, el maravilloso llamamiento—que Timoteo se fortalezca en la Gracia don Cristo-céntrico. La fortaleza de Timoteo en la esfera de la gracia crecerá si transmite  el don que la gracia le concedió, a decir el Evangelio mismo. Esta exhortación está dada con un amor paternal “Tu pues, Hijo mío”.

Lo que el padre amoroso (Pablo), quiere del hijo amado (Timoteo)  es que se fortalezca y una forma segura de fortalecerse en la gracia es transmitir a otros las verdades que se han anidado en el corazón y que son guardadas como un Gran tesoro. Para esto, Timoteo debe actuar como maestro. Aun más, que produzca maestros. Timoteo necesita esta experiencia, y lo que es mucho más importante, la iglesia necesita maestros. El depósito que fue confiado a Timoteo debe ser depositado en manos de hombres dignos de confianza, contrastando con los hombres que abandonaron a Pablo, como Himeneo y Fileto.

Deben ser hombres que sean “aptos para enseñar” a otros, de modo que estos otros también, como su maestro, estén instruidos en la verdad redentora de Dios. Esta verdad redentora o evangelio de salvación, que Timoteo debe transmitir, aquí se describe como “las cosas que has oído de mí entre muchos testigos”.

Aquí en este pasaje el apóstol Pablo nos sigue hablando del tema de la Gracia, nos ha estado diciendo que la gracia nos fortalece en nuestras angustias, que la gracia basta para nuestras debilidades, en la tristeza y ahora nos dice también que nos fortalecemos al transmitir el mensaje del Evangelio de Jesucristo y que nos esforcemos en transmitirlo.

De Timoteo hasta nosotros este legado sigue vigente y el Señor Jesucristo nos sigue diciendo a través de Pablo, que nos fortalezcamos predicando Su Palabra a hombres y mujeres que sean aptos.

Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia Nacional Presbiteriana
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jueves, 7 de febrero de 2013

Seguimos con: El orgullo de la autosuficiencia


Devocional # 49    7 Febrero 2013

En este tema de la gracia, algunos de estos pensamientos son tomados del libro La Gracia Transformadora de Jerry Bridges

Seguimos con: El orgullo de la autosuficiencia

Hemos sido creados para depender de Él de un forma sencilla, como un niño depende de sus padres, pero desde la caída hemos tenido la inclinación a rechazar esa dependencia y el Señor sabe de esta tendencia humana, por algo le dijo a Israel a través de Moisés: Deuteronomio 8: 17 No vayas a decir en tu corazón: “Mi poder y la fuerza de mi brazo me han hecho ganar estas riquezas.” 18 Más bien, acuérdate del Señor tu Dios, porque él es quien te da el poder de ganar esas riquezas, a fin de confirmar el pacto que hizo con tus padres, como en este día.

“Mi poder y la fuerza de mi brazo...” Esta actitud de autosuficiencia es muy nociva para nuestra relación con Dios; al contrario de lo que ha dicho Pablo en el pasaje que estamos analizando 2 Corintios 12: 9 ...Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Nosotros más bien tendemos a gloriarnos en nuestras fuerzas y ocultar nuestras debilidades, es donde el Señor permite en nosotros ya sea aguijones en la carne, crisis, decepciones que sufrimos por no lograr nuestras metas, traiciones, humillaciones, y en ciertos padecimientos físicos para llevarnos a aprender a depender de Él, y poder decir como el apóstol Pablo,...de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
Pablo no era un escritor en su torre de marfil escribiendo en su oficina con clima, sino que él escribió su propia y cruda experiencia que había experimentado en carne propia. Pablo había aprendido que la gracia de Dios era suficiente; que el poder de Dios a través del Espíritu Santo, lo sostendría en medio de los tormentos de su aguijón, en sus debilidades, en las afrentas, necesidades, persecuciones y angustias, Pablo experimentó una expresión muy concreta del amor de Dios al consolarlo y alentarlo a través del Espíritu Santo en medio de sus aflicciones. Por eso podía decir: Filipenses 4: 13 ¡todo lo puedo en Cristo que me fortalece!

Pablo no fue el primero de los escritores bíblicos que habló de la suficiencia de la gracia de Dios. Jeremías un profeta de Dios que sufrió grandes aflicciones y calamidades también pudo decir: Jeremías 3: 19 Tan amargo como la hiel es pensar en mi aflicción y mi tristeza, 20 y lo traigo a la memoria porque mi alma está del todo abatida; 21 pero en mi corazón recapacito, y eso me devuelve la esperanza. 22 Por la misericordia del Señor no hemos sido consumidos; ¡nunca su misericordia se ha agotado! 23 ¡Grande es su fidelidad, y cada mañana se renueva!. Jeremías ve la misericordia del Señor nueva cada día, pero el apóstol Juan en Juan 1: 16 nos dice Gracia sobre Gracia, llevándonos a imaginar que la gracia de Dios es como las olas del mar que viene una tras otra infinitamente, así el apóstol Juan nos lleva a pensar en la gracia de Dios en forma interminable a cada momento sobre nuestra vida. También Job, en medio de la desesperación y sufrimiento pudo decir: Job 23: 10 Pero Dios sabe por dónde ando; me pondrá a prueba, y saldré refinado como el oro.

Los testimonios del poder de Dios hecho perfecto en la debilidad humana no se agotan, a través del Canon Sagrado vemos los testimonios vividos por los escritores sagrados que a lo largo de los siglos han sido de consuelo y aliento para todos los llamados por Cristo y podemos decir como el salmista David:

Salmo 13:
1 ¿Hasta cuándo, Señor?
¿Hasta cuándo me ocultarás tu rostro?
¿Te olvidarás de mí para siempre?
2 ¿Hasta cuándo debo estar angustiado,
Y andar triste todo el día?
¿Hasta cuándo mi adversario me dominará?
3 Señor y Dios mío, mírame y respóndeme;
Ilumina mis ojos, y mantenme con vida.
4 Que no diga mi adversario que logró vencerme.
¡Se burlará de mí si acaso caigo!
5 Yo confío en tu misericordia;
Mi corazón se alegra en tu salvación.
6 Te cantaré salmos, Señor,
Porque tú siempre buscas mi bien.







Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
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