martes, 28 de febrero de 2012

Jehová, no me reprendas en tu enojo


Devocional # 10       28 febrero 2012


Salmo 6:1  Jehová, no me reprendas en tu enojo,  Ni me castigues con tu ira. 2  Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy enfermo;  Sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen. 3  Mi alma también está muy turbada;  Y tú, Jehová, ¿hasta cuándo? 4  Vuélvete, oh Jehová, libra mi alma;  Sálvame por tu misericordia.

(Sería bueno leer todo el salmo 6, no lo pongo aquí por cuestión de espacio)

Este es el primero de siete salmos que son conocidos como Salmos "penitenciales".  En este salmo vemos como el escritor humildemente se da cuenta del problema en que está (por lo general resultado del pecado), expresa su dolor por ello, y demuestra su propósito de permanecer cerca de Dios.

No conocemos la causa del dolor de David, pero cualquiera que fuere la causa, buscó a Dios para obtener el antídoto.

David aceptaba el castigo de Dios, pero le suplicó que no lo castigara enojado. Jeremías también pidió a Dios que lo corrigiera suavemente y no con furor (Jeremías 10:24 Castígame, oh Jehová, mas con juicio; no con tu furor, para que no me aniquiles).

Nosotros queremos que Dios nos muestre siempre su misericordia, pero queremos la justicia de Dios para los demás.

En su bondad, Dios nos perdona en vez de darnos lo que merecemos.

Al derramar su corazón con lágrimas (6), David estaba siendo totalmente sincero con Dios. Podemos ser sinceros con Dios, aun cuando estemos llenos de enojo y desilusión, porque El nos conoce profundamente y quiere lo mejor para nosotros.

El enojo a menudo tiene dos resultados: en lo exterior, cometiendo actos precipitados; y en lo interior, la depresión, angustia, ansiedad.

Si confiamos en nuestro Dios por la obra expiatoria de Cristo en la cruz, no tenemos que ser víctimas de las circunstancias ni vernos abrumados por la culpabilidad del pecado.

Confiemos en lo que ya hizo por nosotros, no en lo “bueno” que podamos ser.  Acerquémonos al Él confiados en su bendita obra.

Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia Nacional Presbiteriana
tel: (81) 8352 6165

                           o
           gil@enelinternet.net


lunes, 20 de febrero de 2012

Jesús dijo Mi gozo esté en vosotros


     Devocional # 9       20 febrero 2012

Salmo 4:1   Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia.  Cuando estaba en angustia, tú me hiciste ensanchar;  Ten misericordia de mí, y oye mi oración.

2  Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo volveréis mi honra en infamia, amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira? 3  Sabed, pues, que Jehová ha escogido al piadoso para sí;  Jehová oirá cuando yo a él clamare. 4  Temblad, y no pequéis;   meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama, y callad. 5  Ofreced sacrificios de justicia, y confiad en Jehová.
6  Muchos son los que dicen: ¿Quién nos mostrará el bien? alza sobre nosotros, oh Jehová, la luz de tu rostro.

7  Tú diste alegría a mi corazón mayor que la de ellos cuando abundaba su grano y su mosto.

8 En paz me acostaré, y asimismo dormiré;  Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.

Este Salmo al igual que el Salmo 3 que vimos en el devocional anterior el contexto es la traición de su hijo Absalón; y lo podemos dividir en cuatro partes:
1. Oración, 2. Apelación (posiblemente imaginaria) a los hombres que siguen a Absalón, 3. De nuevo oración, y 4. Resultado de la oración al recordar lo que es Dios para David.

Aunque este Salmo habla de la oración, este no es su tema, sino que el tema es; saber (3) y confiar (5, 7 y 8), el salmista contrasta 2 formas de gozo (7), una es la que aprendió el salmista, que es la que da el Señor al recordarlo y conocerlo, y la otra la que da los bienes adquiridos y claro la conclusión del salmista es que es mejor el gozo que da el Señor al conocerlo y obvio el resultado que David tiene es (8) es dormir en paz a pesar de la angustia en que está; la traición de su propia gente liderados por su propio hijo.

Jesús dijo poco antes de que subiera al cielo:
Juan 15:11  Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.

¿Puedes orar para que Señor Jesús te de ese gozo que disfrutaba David?

Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia Nacional Presbiteriana
tel: (81) 8352 6165

                           o
           gil@enelinternet.net


martes, 14 de febrero de 2012

Este pobre clamó, y le oyó Jehová


Devocional # 8       14 febrero 2012


Salmo 3:1  ¡Oh Jehová, cuánto se han multiplicado mis adversarios!
 Muchos son los que se levantan contra mí.
2  Muchos son los que dicen de mí:
 No hay para él salvación en Dios. Selah
3  Más tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí;
 Mi gloria, y el que levanta mi cabeza.


La circunstancia de este Salmo es especial, pues sus enemigos aquí no eran extranjeros sino su propio hijo Absalón que había juntado una turba de traidores  de su mismo pueblo para destruir a David.

La repetición de la palabra muchos revela el sentimiento traumático que David experimentó cuando su pueblo se volvió contra él. La palabra hebrea traducida como multiplicado procede de la misma raíz que la usada para describir una rebelión creciente.

David se sintió en la soledad. Pudo haber habido más de diez mil soldados a su alrededor en ese momento. Como rey, David pudo haber confiado en su ejército para derrotar a Absalón, pero en vez de ello buscó de la misericordia de Dios (3.4). Por lo tanto, estaba en paz con cualquier resultado que se obtuviera, sabiendo que prevalecerían los propósitos de Dios.

El rey David no estaba sentado en su trono con todo poder, sino que huía de Absalón, su hijo rebelde, y de una hueste de traidores que querían matarlo.
Pero la fe de David en su Dios llegó a ser triunfante.

Empezó el salmo con quejas de la fuerza y malicia de sus enemigos, pero concluye regocijándose en el poder y la gracia de su Dios. La salvación pertenece a Jehová; Él tiene poder para salvar aunque el peligro sea inmenso. Todos los que tienen al Señor como su Dios, están seguros de la salvación; porque el que es el Dios de ellos es el Dios de la salvación.

El Señor dio a David la paz que necesitaba por su gracia. Gran misericordia es que nuestra mente persevere en Dios aún cuando estamos con y en problemas.

Contemplemos al Hijo de David sobre la cruz, ese lecho de dolores, encomendando su Espíritu a las manos del Padre con plena confianza en su último suspiro diciendo Consumado es.

Salmo 34:6  Este pobre clamó, y le oyó Jehová,  Y lo libró de todas sus angustias.
7  El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen,  Y los defiende.

Este Ángel que acampa alrededor es el mismo Hijo de David, Jesucristo.


Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia Nacional Presbiteriana
tel: (81) 8352 6165

                           o
           gil@enelinternet.net


martes, 7 de febrero de 2012

Acerquémonos confiadamente al trono de la Gracia


     Devocional # 7       07 febrero 2012

Hebreos 4:
14  Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.
15  Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
16  Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.

¿Cómo nos podemos acercar al trono de la gracia?, solamente a través de la Palabra de Dios y de la oración:

Juan 5:39  Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;

Lucas 22:46  y les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos, y orad para que no entréis en tentación.


Estas palabras “al trono de la gracia” se encuentran engastadas en ese versículo de gracia: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.” Son una joya en un engaste de oro.

En la oración el Espíritu de Dios acerca a nuestro espíritu al trono de Dios. No se trata de expresar palabras, ni de sentir deseos únicamente,  es un acercamiento espiritual de nuestra naturaleza con el Señor nuestro Dios. La verdadera oración no es un simple ejercicio mental, ni una ejecución vocal, sino que es algo mucho más profundo que eso: es un intercambio espiritual con el Creador del cielo y de la tierra. Dios es un Espíritu invisible para el ojo mortal, y sólo se percibe por el hombre interior regenerado.

Nuestro espíritu, regenerado por el Espíritu Santo, tiene comunión con Él, le presenta sus peticiones, y recibe Sus respuestas de paz. Es un intercambio espiritual de principio a fin; y su meta y objetivo no es el hombre mismo, sino glorificar al propio Dios.

Si la oración sólo fuese de los labios, necesitaríamos únicamente aire en nuestros pulmones para realizarla: si la oración sólo fuera de los deseos, muchos, son excelentes deseos que podemos experimentar con facilidad, incluso por el hombre natural: pero cuando se trata del deseo espiritual, y de la comunión espiritual del hombre con el Grandioso Espíritu, entonces el propio Espíritu Santo debe estar presente en todo momento (y solo está con los hijos de Dios), para ayudar a nuestra debilidad, y dar vida y poder, pues de lo contrario nunca podríamos presentar una oración verdadera. Sin el Espíritu Santo lo que ofreceríamos a Dios, estaría muy lejos de ser una oración.

Además, es claro, por el contexto de nuestro texto, que la mediación del Señor Jesucristo es esencial para una oración aceptable. De la misma manera que la oración no sería una oración verdadera, sin el Espíritu de Dios, tampoco sería una oración que prevaleciera, sin el Hijo de Dios. Él, el Grandioso Sumo Sacerdote, penetra hasta dentro del trono de la gracia por nosotros a través su obra Redentora;  de otra forma, no tendríamos acceso al Dios vivo.

El hombre que, a pesar de la enseñanza de la Escritura, procura orar sin un Salvador, insulta a nuestro Dios. La oración únicamente se torna poderosa delante del Altísimo, cuando es obrada en nosotros por el Espíritu Santo, y es presentada por el Cristo de Dios, a nombre nuestro.


Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia Nacional Presbiteriana
tel: (81) 8352 6165

                           o
           gil@enelinternet.net