martes, 14 de febrero de 2012

Este pobre clamó, y le oyó Jehová


Devocional # 8       14 febrero 2012


Salmo 3:1  ¡Oh Jehová, cuánto se han multiplicado mis adversarios!
 Muchos son los que se levantan contra mí.
2  Muchos son los que dicen de mí:
 No hay para él salvación en Dios. Selah
3  Más tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí;
 Mi gloria, y el que levanta mi cabeza.


La circunstancia de este Salmo es especial, pues sus enemigos aquí no eran extranjeros sino su propio hijo Absalón que había juntado una turba de traidores  de su mismo pueblo para destruir a David.

La repetición de la palabra muchos revela el sentimiento traumático que David experimentó cuando su pueblo se volvió contra él. La palabra hebrea traducida como multiplicado procede de la misma raíz que la usada para describir una rebelión creciente.

David se sintió en la soledad. Pudo haber habido más de diez mil soldados a su alrededor en ese momento. Como rey, David pudo haber confiado en su ejército para derrotar a Absalón, pero en vez de ello buscó de la misericordia de Dios (3.4). Por lo tanto, estaba en paz con cualquier resultado que se obtuviera, sabiendo que prevalecerían los propósitos de Dios.

El rey David no estaba sentado en su trono con todo poder, sino que huía de Absalón, su hijo rebelde, y de una hueste de traidores que querían matarlo.
Pero la fe de David en su Dios llegó a ser triunfante.

Empezó el salmo con quejas de la fuerza y malicia de sus enemigos, pero concluye regocijándose en el poder y la gracia de su Dios. La salvación pertenece a Jehová; Él tiene poder para salvar aunque el peligro sea inmenso. Todos los que tienen al Señor como su Dios, están seguros de la salvación; porque el que es el Dios de ellos es el Dios de la salvación.

El Señor dio a David la paz que necesitaba por su gracia. Gran misericordia es que nuestra mente persevere en Dios aún cuando estamos con y en problemas.

Contemplemos al Hijo de David sobre la cruz, ese lecho de dolores, encomendando su Espíritu a las manos del Padre con plena confianza en su último suspiro diciendo Consumado es.

Salmo 34:6  Este pobre clamó, y le oyó Jehová,  Y lo libró de todas sus angustias.
7  El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen,  Y los defiende.

Este Ángel que acampa alrededor es el mismo Hijo de David, Jesucristo.


Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia Nacional Presbiteriana
tel: (81) 8352 6165

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