viernes, 30 de septiembre de 2011

¿Es Cristo Jesús tesoro suficiente para ti?

Devocional # 56                  30 septiembre 2011

Filipenses 3:8 “Y a decir verdad, incluso estimo todo como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por su amor lo he perdido todo, y lo veo como basura, para ganar a Cristo” (Reina Valera contemporánea).

Hay muchas personas que dicen haber “recibido a Cristo” y  han creído en Él , pero dan poca o ninguna evidencia de estar vivos espiritualmente, pues siguen con los afanes de este mundo. Pueden decir que lo reciben como perdonador porque les encanta estar libre de culpa; dicen que lo reciben como rescatador del infierno porque les encanta no querer sufrir; dicen que lo reciben como sanador porque les gusta no estar enfermos; dicen que lo reciben como dador de prosperidad porque les gusta tener dinero; dicen que lo reciben como creador porque quieren tener un universo personal. (De hecho lo que se predica no es a Cristo por ser Cristo mismo, sino por sus “añadiduras”)

Estas personas no lo han recibido como Rey Supremo y Personalmente Valioso por quien es Él mismo. No lo han recibido de la manera que Pablo nos habla del “infinito valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor” “y veo todo lo que pueda ganar como basura, para ganar a Cristo”. No lo reciben por quien realmente es: más glorioso, más hermoso, más maravilloso, más gratificante de todo lo demás que hay en el universo. No lo valoran, ni lo aprecian, ni lo quieren, ni se deleitan en Él.

“Recibir” a  Cristo de esta forma es el tipo de recibimiento que una persona no regenerada y “natural”  puede hacer. Este es un “recibimiento” de Cristo que no exige ningún cambio en la naturaleza humana. No necesitamos nacer de nuevo para que nos agrade vivir sin culpas, sin dolor, libre de enfermedad, seguro y rico.

Abrazar a Jesús como Tesoro Supremo requiere de una nueva naturaleza. Nadie hace esto naturalmente. Se debe nacer de nuevo (Juan 3.3). Debe ser una nueva creación en Cristo (2 Corintios 5:17). Debe estar vivo espiritualmente (Efesios 2:1.5). Esta  nueva naturaleza solo la da Cristo a través de la Fe.

A través de la Fe solamente podemos recibir a Cristo como Salvador, Señor y Tesoro Supremo. Por lo tanto la fe salvadora es receptora de Cristo por quien realmente es: más glorioso, más maravilloso, más gratificante, más valioso que cualquier otra cosa en el universo.

¿Cristo es para ti un tesoro Supremo, que puedas decir como el apóstol Pablo?  ¿…veo todo lo que pueda ganar como basura, para ganar a Cristo?.


Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la:
Iglesia Nacional Presbiteriana Camino Verdad y Vida

Tel: (81) 8352 6165

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Dios es nuestro pronto auxilio


Devocional # 55                  28 septiembre 2011


Salmos 46:1 Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.

Una ayuda que no llega cuando la necesitamos de nada vale. El ancla abandonada en casa de nada vale para el marinero en el momento de la tormenta; el dinero que en
otro tiempo poseyó el deudor para nada vale cuando se ha extendido contra él una demanda.

Pocas ayudas terrenales pueden llamarse «prontas»: de hecho se hallan lejos cuando hay que buscarlas.

Pero nuestro Dios es «pronto» cuando le buscamos según dice nuestro texto; «pronto» cuando le necesitamos, y «pronto» cuando hemos experimentado su ayuda.

Viene en nuestro auxilio antes que pueda llegar el amigo más cercano, porque durante la prueba ya está en nosotros; más presente de lo que estamos nosotros en nosotros
mismos, porque a veces carecemos de ánimo.

Él está siempre presente, totalmente presente, eficazmente presente, simpáticamente presente. Está presente ahora si es un tiempo sombrío o no; descansemos en Él. Es nuestro refugio: escondámonos en Él; es nuestra fortaleza: revistámonos de Él; es nuestro amparo: apoyémonos en Él; nuestro pronto auxilio: descansemos ahora mismo en Él.

No es necesario que pasemos ansiedad ni temor. «Jehová de los ejércitos es con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob».


Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la:
Iglesia Nacional Presbiteriana Camino Verdad y Vida

Tel: (81) 8352 6165

website: www.inpcaminoverdadyvida.org 

sábado, 24 de septiembre de 2011

Tengamos un corazón íntegro


Devocional # 54                  24 septiembre 2011


Salmos 119:80 Sea mi corazón íntegro en tus estatutos, para no sea yo avergonzado.

Consideremos está inspirada oración como conteniendo la seguridad de que quienes se apoyan en la Palabra de Dios, jamás se avergonzarán de haberse apoyado en la Palabra de Dios.

La petición que se hace en este pasaje es de un corazón íntegro avalado por la Palabra de Dios.

Amemos la verdad de la Palabra de Dios, reconozcámosla y obedezcamos; de otra manera no seremos íntegros en los estatutos del Señor. ¿Hay muchos íntegros en estos días malos?

¡Quiera el Señor que tanto el autor de este Salmo y nosotros como lectores seamos uno en los Estatutos del Señor!. Muchos serán avergonzados en el día cuando sea manifestado el Señor. Entonces comprenderán la locura de sus pensamientos, y estarán llenos de remordimientos a causa de su orgullosa incredulidad y su obstinada desconfianza en el Señor.

Proverbios 4:
18  Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora,
 Que va en aumento hasta que el día es perfecto.
19  El camino de los impíos es como la oscuridad;
 No saben en qué tropiezan.

Los justos resplandecerán como el sol. Quienes han sido calumniados e injuriados por creer en Cristo y su Palabra; verá, que en aquel día será cambiada su vergüenza en gloria.

Presentemos al Señor como petición nuestra este texto de Salmo 119:80, y tengamos la seguridad de que esta promesa se cumplirá en nosotros. El Señor nos concederá la gracia de ser íntegros, y también (Él) nos guardará seguros.


Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la:
Iglesia Nacional Presbiteriana Camino Verdad y Vida

Tel: (81) 8352 6165

viernes, 16 de septiembre de 2011

Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida


Devocional # 52                  16 septiembre 2011

Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto:
Apocalipsis 2:
2  Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; 3  y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. 4  Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. 5  Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.
6  Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco.
7  El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios


Nadie puede dar la espalda en la batalla, ni negarse a ir a la guerra santa. Si queremos vencer, es forzoso pelear y proseguir luchando hasta vencer a nuestros enemigos;
de lo contrario, la promesa no es para nosotros, ya que sólo pertenece «al que venciere». Según nos dice este texto: Debemos vencer a los falsos profetas que se han introducido en el mundo y todos los males que acompañan sus enseñanzas. Debemos vencer la cobardía de nuestro corazón y la tendencia a dejar nuestro primer amor. Leamos y oigamos todo lo que el Espíritu dice a la Iglesia de Éfeso.

Por la gracia de Dios obtenemos la victoria, y ésta la lograremos ciertamente siguiendo a nuestro victorioso Capitán, Cristo, seremos admitidos en el mismo centro del paraíso de Dios,
y nos será permitido pasar por delante del querubín con su espada de fuego y llegaremos al árbol de la vida por él guardado, de cuyo fruto, simbólicamente nos lleva a pensar, que disfrutaremos de la vida eterna. De este modo escaparemos de la muerte, que fue la sentencia lanzada contra el pecado.

Esforcémonos a seguir a nuestro victorioso Capitán. Huir del conflicto significa perder los goces del nuevo y más excelente Edén. Pelear hasta vencer es andar con Dios en el Paraíso.


Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la:
Iglesia Nacional Presbiteriana Camino Verdad y Vida

Tel: (81) 8352 6165

website: www.inpcaminoverdadyvida.org

lunes, 12 de septiembre de 2011

El que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna


Devocional # 51                  12 septiembre 2011

Gálatas 6:8    El que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.

Quizá alguien pensará que sembrar es una ocupación inútil porque depositamos buen trigo en la tierra y ya no lo vemos más.

Sembrar para el Espíritu también puede parecer una quimera, un sueño solamente, porque nos negamos a nosotros mismos y en apariencia nada recibimos. Pero si sembramos para el Espíritu procurando vivir para Dios, obedeciendo su voluntad, esforzándonos en darle solo a Él la gloria, nuestra siembra llevará mucho fruto.

La vida es nuestra recompensa: la vida eterna. Esta vida eterna la poseemos tan pronto como comenzamos a conocer a Dios, entramos en comunión con Él, y nos gozamos
con Él. Esta vida sigue su curso como un río que va ensanchándose y profundizando “hasta que el día es perfecto” Proverbios 4:18, que es cuando estemos para siempre en la presencia del Señor.

No sembremos hoy para nuestra carne porque la siega será corrupción, ya que la carne siempre tiende a eso;  por el contrario, venciéndonos a nosotros mismos con la santidad, vivamos para fines más elevados, más puros y espirituales, buscando la gloria de nuestro Dios por la obediencia a su Espíritu de gracia.

¡Qué siega tan admirable será la siega de la vida eterna! ¡Qué gavillas de bendición eterna recogeremos! ¡Qué día de fiesta el día de tan hermosa siega! ¡Señor, concédenos
por amor de tu Hijo, que seamos del número de estos sembradores!


Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la:
Iglesia Nacional Presbiteriana Camino Verdad y Vida

Tel: (81) 8352 6165