lunes, 29 de agosto de 2011

Si algo pidiereis en mi nombre, Yo lo haré.

Devocional # 48                  29 agosto 2011

Juan 14:14  Si algo pidiereis en mi nombre, Yo lo haré.



¡Grande es esta promesa! «¡Algo!» Todas mis necesidades, grandes y pequeñas, están incluidas en la palabra «algo». Vayamos con libertad y «confiadamente ante el trono de la gracia»  y escuchemos a nuestro Señor, que nos dice: Salmo 81:10 «Abre tu boca, y Yo la llenaré».

¡Qué promesa tan sabia! Siempre debemos pedir en el nombre de Jesús. Esto nos anima a nosotros, y le honra a Él; es una recomendación permanente.

Hay veces que estamos en circunstancias que nos parece negado todo auxilio, aun aquél auxilio que se apoya en nuestras relaciones con Dios, o sobre la experiencia que hemos hecho de su gracia; pero, en tales ocasiones, el nombre de Jesús es tan poderoso delante del trono de Dios, que en el tiempo preciso seremos socorridos.

¡Qué promesa tan rica de enseñanzas! Nada debemos pedir si antes Cristo no pone sobre ello su mano y su sello.
Nunca debemos servirnos atrevidamente de su nombre para una petición egoísta u obstinada; sólo podemos poner el nombre de mi Señor en las oraciones que Él utilizaría si se hallara en mi caso.

Qué gran privilegio es estar autorizado para pedir en nombre de Jesús como si Él mismo pidiese; pero nuestro amor hacia Él nunca nos permitirá poner su nombre donde Él no lo ha puesto. ¿Pido lo que Jesús aprobaría? ¿Me atrevo a poner su sello en mi oración? Entonces ya tengo todo aquello que busco del Padre.


Bendiciones

Pbro. Gilberto Flores Elizondo; 
               Pastor de:
La Iglesia Nacional Presbiteriana
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viernes, 26 de agosto de 2011

No solo de pan vivirá el hombre

Devocional # 47 25 agosto 2011


No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Mateo 4:4

Si Dios así lo dispusiera, podríamos vivir sin pan, como Cristo vivió durante unos cuarenta días; pero nunca podríamos vivir sin su Palabra. Por esta Palabra fuimos creados, y por esta misma Palabra seremos guardados, porque Él sostiene todas las cosas con la potencia de su Palabra.

El Señor es la primer causa de nuestra existencia, el pan es la segunda causa. No nos afanemos excesivamente por las cosas visibles; miremos al Dios invisible. Hemos oído decir a algunos creyentes que en los días de extremada pobreza, o cuando escaseaba el pan, cómo el Señor les proveía; y otros me han asegurado que cuando faltaban los medios de vida, el Señor les socorría en forma inesperada.

Es necesaria e indispensable para nuestras vidas la Palabra de Dios. Con esta Palabra podemos resistir al diablo (no con la nuestra). Si nos quitaran la Palabra, caeremos en poder del enemigo, porque nos faltarán las fuerzas. Nuestras almas necesitan alimento, y fuera de la Palabra del Señor no puede haberlo. Todos los predicadores y libros del mundo no pueden proporcionarnos una sola comida: el alimento sólo lo da la Palabra de la boca de Dios es la que nutre al creyente.

Señor, danos siempre este pan. Lo necesitamos más que todos los deleites de una majestuosa mesa.


Bendiciones

Pbro. Gilberto Flores Elizondo;
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lunes, 22 de agosto de 2011

El Señor sabe librar de tentación a sus hijos

Devocional # 46 22 agosto 2011


Sabe el Señor librar de tentación a los piadosos y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio. 2 Pedro 2:9

Los que somos hijos de Dios somos tentados y probados. La fe que no se somete a prueba no es fe verdadera.

Pero los que honran a Dios son liberados de sus pruebas, no por casualidad, sino por el mismo Señor. Él se encarga personalmente de salvar a los que en Él confían. Dios ama a quienes le siguen, y por cuenta propia se toma la labor de saber dónde están y cómo se encuentran.

En ocasiones el camino nos parece un laberinto, una encrucijada, y no nos imaginamos cómo podemos salir del peligro que nos amenaza. Y no nos damos cuenta de lo que el Señor ya sabe. Él sabe que estamos en peligro y sabe cuándo y cómo nos ha de librar. Nos libra (a sus hijos) del modo más honroso para nosotros, y más humillante para nuestros tentadores, y sobre todo lo más glorioso para el Señor.

No nos preocupemos del «cómo» y dejémoslo en manos de Dios; contentémonos y regocijémonos de saber que Él sabe librar a su pueblo de todo peligro, prueba o tentación, y esto con su mano diestra y con gloria.

No me incumbe escudriñar hoy los secretos del Señor, sino esperar con paciencia la hora de la liberación, sabiendo ciertamente que, aunque yo no sepa nada, mi Padre Celestial lo sabe todo.


Que esta semana sea llena de bendiciones


Pbro. Gilberto Flores Elizondo;
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viernes, 19 de agosto de 2011

Si la Ley de Dios está en tu corazón, tus pasos no resbalarán

Devocional # 45 19 agosto 2011

La ley de su Dios está en su corazón; por tanto, sus pasos no resbalarán. Salmos 37:31

Pon la ley en el corazón del hombre, y éste siempre caminará bien. Ahí es donde debe estar escrita, así, tu corazón será como las tablas de piedra del arca, ocupando
el lugar que se la ha señalado. Si la Palabra de Dios está en la cabeza, confunde; si está sobre las espaldas nos encorvan, pero si está en el corazón nos sostiene.

¡Qué expresión tan certera es ésta: «la ley de su Dios»! Cuando conocemos al Señor como Dios nuestro, su ley (Palabra), significa libertad para nosotros. Él hará lo que es recto y
por tanto, obrará con prudencia. Las buenas acciones son siempre las más prudentes, aunque por el momento no lo parezca.

Vamos caminando por el sendero de la providencia y gracia de Dios cuando perseveramos en la guarda de sus mandamientos. Nadie ha sido engañado por la Palabra de Dios. Al contrario cuando ha sido conocida la Palabra de Dios nos conforta.

Su dirección es clara: nos enseña a caminar con humildad, justicia, amor y temor de Dios. No sólo son consejos llenos de sabiduría para que nuestro camino prospere, sino también reglas de santidad para que nuestros vestidos no se contaminen. Anda rectamente y estarás seguramente sin que te preocupes.



Bendiciones

Pbro. Gilberto Flores Elizondo;
Pastor de:
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martes, 16 de agosto de 2011

No tenga envidia tu corazón

 
Devocional # 44                  16 agosto 2011

No tenga tu corazón envidia de los pecadores, antes persevera en el temor de Jehová todo el tiempo. Porque ciertamente hay fin, y tu esperanza no será cortada. Proverbios 23:17-18

Cuando vemos cómo prosperan los pecadores, fácilmente somos tentados por la envidia, y cuando oímos el canto de su regocijo mientras nosotros estamos afligidos,
casi llegamos a creer que se han llevado la mejor parte.

Pero pensar así es insensatez y pecado. Si los conociéramos mejor y consideráramos su fin, serían para nosotros objeto de lástima.

El remedio contra la envidia consiste en vivir constantemente en el sentimiento de la divina presencia, en la adoración y continua comunión con Dios.

Una religión verdadera transportará nuestra alma a regiones superiores, donde nuestro juicio será más claro y más altos nuestros pensamientos.

Cuanto más penetrados estemos del cielo, menos codiciaremos el mundo. El temor de Dios ahuyenta la envidia de los hombres.

El golpe fatal contra la envidia es la serena meditación del futuro. Las riquezas y glorias de los impíos son vanas apariencias. Su brillo es pasajero y rápido se apaga. ¿De
qué aprovecha al pecador su prosperidad si es alcanzado del juicio de Dios? En cambio, el hombre de Dios tendrá como fin la paz y la bienaventuranza, y su gozo nadie se lo arrebatará.

Por lo tanto, despójese de la envidia y busque el verdadero contentamiento del espíritu. ¡Gloria sea a Dios que nos vino a dar la paz que el mundo no puede dar!


Bendiciones

Pbro. Gilberto Flores Elizondo;
                Pastor de:
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sábado, 13 de agosto de 2011

Si nuestros caminos agradan a Dios, Él nos hace estar en paz con todos.

Devocional # 43                  13 agosto 2011

Cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová, aun sus enemigos hace estar en paz con él. Proverbios 16:7

Debo procurar que mis caminos sean agradables al Señor. Aun así tendré enemigos,  tal vez más, porque trato de obrar con rectitud. ¡Qué, gran promesa nos entrega el Señor!
Dios sacará alabanza de la ira de mi enemigo; calmará esa ira de tal modo que me de la paz.

Dios puede hacer que el enemigo desista de hacerme daño, aun cuando intente hacérmelo. Así sucedió con Labán, cuando perseguía a Jacob, Dios le advirtió a Labán. Génesis 31:24…Guárdate que no hables a Jacob descomedidamente. Así sucedió, Labán no se atrevió a maltratarlo.

Dios puede apaciguar el furor de nuestro enemigo, y cambiar su odio en amistad, como sucedió cuando Esaú vino fraternalmente a besar a su hermano, en el momento en que Jacob  temía morir al filo de la espada de su hermano junto con toda su familia. Génesis 33:4  Pero Esaú corrió a su encuentro y le abrazó, y se echó sobre su cuello, y le besó; y lloraron.

Dios puede también convertir un enemigo encarnizado en un hermano en Cristo y en colaborador, como lo hizo con Saulo de Tarso. ¡Quiera el Señor obrar así todas las veces que surge un espíritu perseguidor!. Hechos 9:13  Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén; 15  El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre

Bienaventurado es el hombre cuyos enemigos se han transformado para él como los leones para Daniel que en el foso se tornaron mansos y apacibles. Daniel 6:20  Y acercándose al foso (el Rey de Persia, pues era su amigo) llamó a voces a Daniel con voz triste, y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones? 22  Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo.

Cuando venga la muerte, que es «el último enemigo», también Dios estará de nuestro lado. Salmo 48:14  Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre;  El nos guiará aun más allá de la muerte.

¡Mi oración al Señor querido hermano,  amigo que lees este devocional es que encuentres la paz, pido también que entendamos que viviendo una vida agradable a nuestro Dios Altísimo (buscando siempre su voluntad a través de Cristo), es cómo vamos a tener esa paz aún con nuestros enemigos como nos dice este pasaje (Proverbios 16:7) que tomé para hacer este devocional!


Bendiciones

Pbro. Gilberto Flores Elizondo;
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martes, 9 de agosto de 2011

Apacentaré mis ovejas

Devocional # 42                  09 agosto 2011


Yo, dice el Señor Dios, apacentaré mis ovejas, Yo mismo las llevaré al redil a tomar la siesta y descansar. Ezequiel 34:15 (Nácar Colunga traducción libre, que me pareció muy precisa)

Nosotros los santos de Dios son saciados abundantemente bajo la dirección del divino Pastor. Su pasto no es yerba seca; el Señor apacienta a su manada con la sustancia verdadera de su Revelación divina.

La almas encuentran la verdadera nutrición en las Escrituras, que son aplicadas al Corazón por el Espíritu Santo. Jesús mismo es alimento sólido que sostiene la vida de los creyentes. Nuestro Pastor soberano nos promete aquí que Él mismo se nos dará en alimento sagrado.

Si, el domingo, nuestro pastor terreno viene con las manos vacías, el Señor se acerca a nosotros con las manos llenas.
Cuando nos hallamos saciados de la verdad divina, descansa nuestro entendimiento. Aquellos a quienes Dios apacienta gozan de paz. Ningún perro les molestará, ni lobo
alguno les devorará.

Nos acostaremos y rumiaremos tranquilos el alimento que hemos saboreado. Las doctrinas de la gracia sustentan y consuelan: en ellas tenemos los medios para nuestra edificación y descanso. Si los predicadores no nos proporcionan este reposo, busquémoslo en el Señor.

Quiera el Señor apacentarnos hoy en los pastos de Su Palabra para que en ellos podamos descansar.

Ninguna locura ni mal pensamiento nos amarguen este día, al contrario como nos dice el apóstol Pablo: Filipenses 4:8  Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.